DESCRIPCIÓN Y ETAPAS
Aquellos que comiencen el Camino al inicio del invierno, saborearán el ambiente navideño que embebe toda la vida por dichas fechas. Verán los nacimientos en las iglesias o en los huecos de puertas y portalones de numerosas casas; en las plazas o a través de los empañados cristales de las ventanas. Vivirán las cabalgatas en esa noche mágica del día cinco, siempre cargada de ilusión y encanto, con su bullicio y vistosidad, con sus nostalgias y vivencias; la decoración navideña que podremos encontrar hasta en los rincones más insospechados y en las aldeas más humildes; la algarabía y el bullicio propios de estos días. Las gentes salen y se reúnen en animadas conversaciones y celebraciones innumerables. En los cafés podremos ver a muchos contertulios debatiendo sobre los últimos acontecimientos o, simplemente, recreándose en una fina partida de naipes. Hombres y mujeres conviven más intensamente de lo habitual... aunque sólo sea en esta época del año.
En
Navidad se vive de otra manera, se siente de otra manera. Su interacción con
el peregrino es evidente. En algunos albergues se sirve una cena especial o se
invita a algo a los jacobitas que se encuentren en esas jornadas tan especiales como son las
de los días veinticuatro y Navidad o bien, en algún monasterio, se puede
celebrar, incluso, con los mismos monjes.
Son unas fechas muy señaladas que no dejan indiferente a nadie. El
espíritu preconizado para con los peregrinos se manifiesta, si cabe, más en
estas fechas tan significativas y entrañables ya que eso son para los
jacobípetas: unas fechas poderosamente significativas; ya que, mientras para
las demás personas, serán –como habitualmente lo vienen celebrando- fecha
significadas, para los que recorren el Camino de Santiago, esa superficialidad imperante que pasa
desapercibida para el común de los mortales les parecerá insuficiente y
buscarán, a buen seguro, una mayor dimensión y profundidad. De la superficialidad de lo significado
(significar –en primera acepción de la RAE-: “dicho de una cosa: ser, por
naturaleza, imitación o convenio, representación, indicio o signo de otra cosa
distinta”) a la profundidad de lo significativo (significativo –en las dos acepciones
de la RAE-: 1- Que da a entender o conocer con precisión algo. 2- Que tiene
importancia por representar o significar algo)
media un abismo. Esto lo entiende y, lo que es más importante, lo siente
intensamente el peregrino. Huir de la banalidad y sumergirse en un mundo exento
de adornos superfluos con otras personas que buscan, por diferentes motivos, la
misma finalidad.
En otros momentos hibernales
también se vive un ambiente especial,
como no podría ser menos. Y todo ello con esa luz única que convierte en argénteo
todo cuanto toca. Es un baño de luz que presenta, bajo otro prisma, formas y
distribuciones, sombras y claroscuros, tonos y colores, relieves y proyecciones.
Las ciudades, pueblos y aldeas, se
distribuyen a lo largo de nuestro discurrir. Las primeras, nos servirán para
poder caminar entre sus callejuelas, cargadas de historia y sumergirnos,
desgranando el sosegado paso de los minutos, en esos barrios por los cuales
parece no haberse deslizado el tiempo.
La amplia oferta que nos ofrecen se verá incrementada por la calidad. Una calidad que no podremos saborear en otros momentos pues ahora, como ya se ha manifestado en numerosas ocasiones, es cuando se puede atender mejor al forastero, al, en nuestro caso, peregrino que busca un poco de calor al abrigo de una conversación profunda o intrascendente; al abrigo de la intemperie que potencia la comunicación y la hospitalidad; al abrigo de prisas y superficialidad. Observar, en los días o noches neblinosas, cómo las altas agujas de iglesias y catedrales parecen alcanzar el mismísimo cielo hacia el que se dirigen. Sentir intensamente el abrazo de las pétreas nervaduras en el interior de los templos propiciando nuestras más íntimas reflexiones. Permitirnos el capricho de descansar alguna vez en algún hotel, hostal o pensión; pues, en esta época, son más asequibles y tranquilos.
La amplia oferta que nos ofrecen se verá incrementada por la calidad. Una calidad que no podremos saborear en otros momentos pues ahora, como ya se ha manifestado en numerosas ocasiones, es cuando se puede atender mejor al forastero, al, en nuestro caso, peregrino que busca un poco de calor al abrigo de una conversación profunda o intrascendente; al abrigo de la intemperie que potencia la comunicación y la hospitalidad; al abrigo de prisas y superficialidad. Observar, en los días o noches neblinosas, cómo las altas agujas de iglesias y catedrales parecen alcanzar el mismísimo cielo hacia el que se dirigen. Sentir intensamente el abrazo de las pétreas nervaduras en el interior de los templos propiciando nuestras más íntimas reflexiones. Permitirnos el capricho de descansar alguna vez en algún hotel, hostal o pensión; pues, en esta época, son más asequibles y tranquilos.
Los pueblos multiplicarán todas estas
cualidades dando un toque de atención casi personalizada porque, aunque
ciudades en sí mismas, aquí se vive la vida de otra manera: de una manera más
próxima, más afable, más intensa. Pasear, dejándonos llevar por el azar, por
callejuelas apenas contaminadas por el ritmo de vida actual. Observar, con ojos
escrutadores y atentos, los más mínimos mensajes; esos sutiles detalles que, en
otras circunstancias, nos habrían pasado inadvertidos. Descubrir antiguos
teatros rescatados del olvido y frecuentemente utilizados en estas fechas.
Cuando visitemos una ermita o alguna de esas bellísimas iglesias que salpicarán
nuestro pausado y cadencioso ambular, podremos disfrutar de ángulos insólitos
al subir a sus campanarios e, incluso, quedaremos gratamente sorprendidos al descubrir
que ese mismo día se celebra un concierto ofrecido por alguna de esas maravillosas
orquestas formadas, en bastantes ocasiones, por agrupaciones no profesionales
que se vuelcan en estas fechas. Y es en estos lugares, a buen seguro, donde nos
encontraremos frecuentemente con personas que estarán encantadas de explicarnos
su historia, de mostrarnos sus tesoros celosamente protegidos, siendo una buena
ocasión para que nos inviten a ver zonas
en las que nunca o casi nunca entran los demás. Descubrir viejos mobiliarios
con mensajes totalmente insólitos; respirar el embriagador aroma de muebles y
libros que descansan desde tiempos casi inmemoriales.
Lugares cargados de
misterio y devoción. Lugares en los que avistaremos nuevos ángulos de
contemplación de nuestras propias vidas. No hace falta que seamos creyentes;
todos seremos bien acogidos por esas buenas gentes que, extrañados de que
caminemos en estos meses tan “poco propicios” (todavía no conciben que sean los
“más auténticos”), nos brindarán toda su amabilidad y confianza.
¿Y
qué decir de las aldeas? Si en las ciudades y en los pueblos los jacobitas son
excelentemente atendidos, en ellas la atención se vuelve casi familiar. El
trato es totalmente cordial y se vuelcan en dar conversación y en entremezclar
sus recuerdos y sus consejos. En las aldeas entraremos en lugares totalmente
singulares que nos dejarán perplejos y nos harán meditar, a buen seguro, sobre
aspectos que hasta ahora desconocíamos. La sabiduría popular y su filosofía de
vida (sobre todo en las personas menos jóvenes), nos aportarán un valioso
conocimiento del que no podremos sustraernos.
En el invierno, en las ciudades, no
tendremos ningún tipo de problemas en cuanto al abastecimiento de alimentos en
nuestras etapas; pero sí conviene tener en cuenta que en los pueblos pequeños
y, con mayor motivo, en las aldeas, es posible que sólo existan unos o dos
establecimientos y que éstos estén cerrados. Debemos prever esta circunstancia
y, por ende, informarnos en la población anterior por si fuera el caso de que
conviniera avituallarse en previsión de posibles problemas culinarios. No
obstante lo anterior, no debemos calibrar el “inconveniente” como algo negativo
ya que, como en el ejemplo de la botella medio llena o medio vacía, podemos
considerar que las dificultades que tengamos que salvar en esta época del año,
forman parte indubitable de su propio encanto. Nosotros, acostumbrados a tener
todo “al alcance de la mano”, sentiremos, una vez más, que no valoramos
convenientemente cuanto nos rodea. Esta sensación siempre será positiva.
Qué duda cabe de que, cuando
regresemos, nos sentiremos orgullosos de pertenecer a ese escaso cinco por
ciento que lo hacen en los meses invernales.
Bien... Sabemos lo que nos espera en
las aldeas, en los pueblos y en las ciudades: un calor humano que se vuelca especialmente
con el sufrido peregrino; con ese personaje que, con moderno atavío en la inmensa
mayoría de los casos, se enfrenta a las adversidades climatológicas con el
mejor de los ánimos; en esa persona que, si observamos detenidamente, parece no
pertenecer a este mundo pues su forma de pensar, de hablar, de caminar, no son,
ni de lejos, los normales a las que estamos acostumbrados el resto de los
pobres mortales. Veamos en las páginas que siguen, cuáles son las
características más reseñables que hagan diferentes a las poblaciones por las
que pasará y –cuestión práctica- qué servicios principales encontraremos en
cada una de ellas. En este sentido, se hace notar que, puesto que nos
encontramos en el capítulo de “Ciudades, pueblos y aldeas”, nos referiremos tan
sólo a los monumentos civiles y particularidades relacionadas; ya que los
monumentos religiosos –y particularidades inherentes- serán detallados en el
capítulo de “De las ermitas a las catedrales” dentro de “Arte y
espiritualidad”. De acuerdo; hecha esta importante puntualización veamos la…
Poblaciones que atravesaremos:
Primera etapa
Poblaciones que atravesaremos:
Saint-Jean Pied-de-Port (Donibane Garazi)
Honto
Orreaga/Roncesvalles
Y, si optaramos por el itinerario alternativo...
Saint-Jean Pied-de-Port (Donibane Garazi)
Arnéguy (Arnegi)
Luzaide/Valcarlos
Orreaga/Roncesvalles
Saint-Jean Pied-de-Port (Donibane Garazi)
La
rue de Citadelle, número cuarenta, portalón de recia factura pétrea que nos
presenta, tal vez, una de las imágenes más genuinas del propio Camino: una
ristra de botas que, pendiendo en pares de varios grandes clavos, nos insinúan
abiertamente cuál va a ser nuestra más próxima e importante actividad… Andar y
más andar… La mencionada calle (rue) en franca pendiente nos muestra diversos
carteles de “chambres” u otros establecimientos útiles para una primera toma de
contacto con la extraordinaria experiencia que iniciamos.
Muchos
peregrinos -aunque no tantos como sería de desear- comienzan sus pasos dirigidos a la tumba del Apóstol en esta ciudad
transpirenaica en la cual, con su atmósfera casi medieval, con sus calles
empedradas con terminación de charol y con sus frecuentes cielos algodonosos y lloriqueantes,
nos sentiremos inmersos en un ambiente que nos retrotrae a épocas lejanas;
épocas en las cuales una bulliciosa
multitud, llegada de todos los rincones del continente, se congregaba, nerviosa e ilusionada, para enfrentarse a la tan temida, a la tan incierta travesía: el paso de
los Pirineos que, por añadidura, en invierno, habrían de presentar una imagen ciertamente desoladora: la infinitas nieves; porque, además, hemos de tener en cuenta que antaño no era como ahora lo conocemos y salvo muy contadas excepciones, siempre nevaba mucho más que en la actualidad. Imaginemos a esos esforzados primeros peregrinos, casi con harapos más que con otra cosa, con un calzado que en absoluto era apropiado para el paso por las nieves y los hielos, sin gafas que pudieran mitigar la reverberación nívea... Suponía toda una heroicidad pasar en tales circunstancias por Ibañeta y, por supuesto, con mayor motivo, por el terrorífico Lepoeder.
Pero volvamos a la actualidad y veamos qué monumentos civiles podemos encontrar en esta maravillosa primera etapa...
Pero volvamos a la actualidad y veamos qué monumentos civiles podemos encontrar en esta maravillosa primera etapa...
Entre los
monumentos más significativos, tenemos la Puerta
de Santiago que es la que da acceso a los peregrinos provenientes del norte
galo: Vía de París, proveniente de la capital francesa y que también guiaba a los provenientes del
centro de la nación; los cuales se repartían con la llamada Vía de Vézelay (recorrida parcialmente por el autor –desde
Mont-de-Marsan y cuyas fotografías se incluyen en esta obra-) y, por último, los provenientes del noreste francés: la llamada Vía de Le Puy.
La ciudadela fortificada, que data del
siglo XVII, ofrece unas magníficas vistas sobre esta ciudad de la Aquitania
francesa. En su construcción tuvo mucho que ver el celebérrimo cardenal Richelieu, en su ánimo
de reforzar las defensas fronterizas en aquellos revueltos tiempos.
Sus calles
empedradas y su conservada fisonomía es otro de los alicientes a tener en
cuenta. Un buen ejemplo de lo que antecede lo tenemos en la ya mencionada “rue de la Citadelle” (anteriormente
llamada “de Sant Jacques”) que conduce desde la iglesia de la Asunción hasta la
Ciudadela. El escalonamiento de sus casas debido a la fuerte pendiente y su
arquitectura con el blanco y el rojo por divisa, crean un encanto especial.
Antes de
salir de Saint-Jean, aunque atravesemos el río Nive por el puente medieval,
sería interesante acercarse el puente nuevo para, así, tener una visión mucho
más auténtica de unas casas que se bañan en el río; con sus balconadas de enrojecidas, amarronadas o azules maderas enmarcadas por los rojizos tejados. Al
fondo, el puente medieval no sólo une ambas orillas del río sino que también
une visualmente todo el conjunto con la iglesia de Notre-Dâme con cuyos muros y contrafuertes parece
abrazarse.
Si
continuamos por la llamada “Ruta de Napoleón”, pasaremos por una agrupación de
casas que no es otra que el lugar llamado Honto. Se encuentra a unos cinco kilómetros de Saint-Jean. Un albergue particular nos podrá acoger, si
fuera el caso, pues ya no hay nada hasta Roncesvalles. Por supuesto, al menos, algún
cafecillo nos vendrá bien antes de lanzarnos definitivamente a las alturas. Los paisajes son magníficos y podremos disfrutar de bucólicas vistas montañesas.
Como
decimos, pocas poblaciones, más veremos en este trayecto; tan pocas que sólo
encontraremos la correspondiente al final de la etapa: Orreaga (Roncesvalles)
Si el curioso lector se preguntara el porqué de los dos nombres citados en la
mayoría de las poblaciones de esta parte del trayecto, debemos aclarar que en
Navarra y en Galicia nos encontraremos con el topónimo castellano y el topónimo
en lengua vernácula. En la mayoría de los casos son cooficiales por lo que se
indican siempre ambos; correspondiendo el primero a la denominación en vascuence
o euskera y el segundo a la denominación castellana separados por barra diagonal (excepto en Francia, que al
no ser cooficial, se indica primero el nombre francés y luego el correspondiente
en vascuence o euskera, separado, este último, por paréntesis). En algunos casos sólo existe una referencia
toponímica, lo cual se indica oportunamente. Además de lo apuntado, tenemos otra peculiaridad en este primer
tramo: al desarrollarse en la vertiente francesa, muchas veces encontraremos
indicaciones de nuestro punto de destino nominados en francés; por lo cual no
es raro encontrar algún que otro cartel que nos indique “Roncevaux” para
denominar a Roncesvalles.
Tengamos presente lo dicho si no queremos extraviarnos;
cuestión nada difícil de ocurrir pues esta primera etapa tiene estadísticamente
el récord de personas perdidas y, por imprudencias que siempre desaconsejamos,
de personas que han estado en verdadero riesgo de congelación si no se han
encontrado con problemas mayores que no deseamos destacar especialmente aquí, pero que
siempre deberemos tener presentes.
Orreaga/Roncesvalles
La llamada
Casa Itzandegia es muy probablemente el
albergue más antiguo de todo el Camino. En invierno, dada la poca afluencia
de peregrinos, está cerrado, siendo alojados, desde el uno de noviembre y hasta
San José, en la Colegiata. No obstante, nos sorprenderán sus grandes
dimensiones pues… así, a simple vista, podríamos calcular que tenga al menos
32 metros de longitud por unos 12 de ancho… ¡Y todo en una sola nave!
Este albergue ya es citado por Domenico Laffi con inmejorables comentarios en cuanto a trato y alojamiento. La sensación de robustez es impresionante pues no en vano se trata de un edificio ciego que sólo presenta unas pequeñas aberturas -aspilleras o saeteras- en lo alto de la fachada de poniente y en su lateral.
Este albergue ya es citado por Domenico Laffi con inmejorables comentarios en cuanto a trato y alojamiento. La sensación de robustez es impresionante pues no en vano se trata de un edificio ciego que sólo presenta unas pequeñas aberturas -aspilleras o saeteras- en lo alto de la fachada de poniente y en su lateral.
La biblioteca de Roncesvalles tiene un importante depósito
en libros de todo jaez predominando, como parece lógico pensar, los de
temática teológica o filosófica. Algunos de sus más valiosos tesoros están
expuestos en su museo en el cual se encuentran
tapices, libros –como ya se ha indicado- monedas, escultura, orfebrería, pintura…
Así, el autor quedó impresionado por un fino trabajo orfebre consistente en una
arqueta de plata dorada que, según se indica, está fechada entre el último
cuarto del siglo XIII y el primer cuarto del XIV. También nos llamará la
atención el “ajedrez de Carlomagno” y, por su “espectacularidad”, la famosa esmeralda
de Miramamolín.
Dado que
esta etapa presenta la posibilidad de dos itinerarios atendiendo a las
circunstancias climatológicas o a nuestra experiencia y posibilidades físicas,
podemos optar por la anteriormente reseñada o por la subida que atraviesa la
ciudad de Luzaide (Valcarlos) Por ello, si ascendemos siguiendo el curso de río
Nive, llegaremos a la población francesa de
En cuya población
encontramos, sobre todo, las llamadas “Ventas” situadas en la zona fronteriza entre
España y Francia; las cuales consisten en edificios de corte tradicional unos o
más moderno otros, dedicados a la venta de artículos que puedan resultar
atractivos (por precio u otros aspectos) al visitante extranjero... Así, por
ejemplo –y sin que se pueda entender como propaganda o cualquier otro tipo de
promoción -sino que han sido lugares visitados por el autor- podemos citar la “Venta
Harriet”, con un bonito balcón sobre las aguas del Nive (en invierno, cierra
los martes) o las llamadas “Ventas Arneguy” en un curioso edificio de color
salmón o, sin ir más lejos, las “Ventas Peio” en edificio más moderno.
Todas estas ventas han venido a menos como consecuencia de la desaparición de las fronteras "físicas" con motivo de la creación de la Unión Europea. No obstante, sigue siendo interesante su visita.
Todas estas ventas han venido a menos como consecuencia de la desaparición de las fronteras "físicas" con motivo de la creación de la Unión Europea. No obstante, sigue siendo interesante su visita.
Más
adelante, como siguiente núcleo urbano, la ciudad de…
…nos
recibe; aunque debemos aclarar que esta ciudad no lo es tanto por la agrupación
lógica de casas y edificios públicos o religiosos, sino que es una ciudad en la
cual sus barrios están diseminados y separados físicamente unos de otros. El
núcleo principal es el llamado “Elizaldea” que, en euskera o vascuence quiere decir “junto
a la iglesia”. También veremos un monumento
al peregrino que, visto desde algo lejos, más perecieran fichas de ajedrez
que otra cosa…
…Y como último destino de hoy, entroncaremos con Orreaga (Roncesvalles) ya descrito en el itinerario que pasa por el collado de Lepoeder.
Segunda etapa
Poblaciones que atravesaremos::
Auritz/Burguete
Aurizberri/Espinal
Bizkarreta/Gerendian
Lintzoáin
Zubiri
Larrasoaina/Larrasoaña
Después de salir de Orreaga
(Roncesvalles) encontraremos esta población con su calle de San Nicolás flanqueada
por señoriales casas blasonadas que
muestran un impresionante abanico que comprende los siglos XVI a XVIII. En este
sentido, a ambos lados de la ya mencionada calle de San Nicolás, podemos contemplar
bellísimos ejemplos de arquitectura típica de esta zona en sus grandes casas
ennoblecidas… entre las cuales podemos citar la casa “Porkaxo” –aproximadamente
del siglo XVIII o principios del XIX- con su aspecto de casa tradicional; o,
también en esa misma acera, la casa “Goizueta” –de principios del XIX o la casa
“Aguio” de finales del XVIII… Siempre es muy interesante contemplar los escudos
heráldicos con toda su carga de simbolismo, historia y poder.
También es de notar su cementerio; el cual, construido en
fecha reciente (en la mitad de los años sesenta), presenta una entrada con forma
de alfa (primera letra del alfabeto griego –simbolizando el comienzo de la
nueva vida-) mientras que todo el recinto del cementerio tiene una forma de
omega; la cual, no en balde, es la última letra de dicho alfabeto… por lo que,
paralelamente, viene a significar el fin de la vida en este mundo.
Bueno, dejemos
Auritz/Burguete para llegar a nuestra siguiente pequeña ciudad:
Aurizberri/Espinal
Cuatro kilómetros más
adelante entraremos en la mayor población de todo el valle de Erro, la cual nos
brinda la posibilidad de los servicios más habituales. Son interesantes sus casas de estilo montañés.
Es importante que conozcamos que en el siglo XII existió aquí un importante hospital de peregrinos (ya sabemos: hospital proviene de "hospitalidad") cuya relevancia llegó a ser tal que en esta población muchos jacobitas terminaban su etapa del día. Nos sorprenderán, por su perfección, relativo buen estado de conservación y belleza indudable, los magníficos escudos heráldicos que adornan y ennoblecen la fachada de muchas de sus casas de tradicional arquitectura.
Seguimos inmersos en el magnífico valle de Erro. Sus poblaciones, diseminadas en tan bello entorno, muestran su espléndida arquitectura. Lintzoáin no es una excepción y sobre ella podemos decir -según nos comentaron personas del lugar mientras tomábamos un café- que está en el centro geográfico del mencionado valle y además es su capital administrativa en la actualidad; e, incluso, en el fragor de la conversación, se nos llegó a afirmar que en su término municipal se encuentra una "prueba" del paso de Roldán por estas tierras en las cuales se desarrolló una de las varias escaramuzas que tuvieron lugar con motivo de la batalla de Roncesvalles. Preguntados sobre esa famosa "prueba" de la presencia del citado caballero (era sobrino de Carlomagno), se nos remitió a la huella que el mismísimo Roldán dejara en una de sus zancadas: "Marca en el suelo -claramente de una pisada- que mide... unos tres metros de longitud" (¡Caramba, sí que tendría problemas para encontrar calzado de su talla!).
Como ya viene siendo habitual en este valle, sus casas tradicionales nos seguirán llamando la atención.
Zubiri
Nos recibe su puente
medieval, de dos ojos, llamado “puente
de la rabia” porque…. dice la leyenda que los animales que contraían esta
enfermedad, si daban tres vueltas en tan significado lugar, éstos sanaba. La
causa no era otra que la intercesión de Santa Quiteria a la cual encontraron
perfumada cuando estaban excavando para asentar el pilar central de este famoso
puente.
Igualmente, como en todas estas
localidades, podemos encontrar bellos ejemplos
de arquitectura montañesa.
De forma paralela, aquí nos recibe otro
puente “famoso”: el llamado “de los bandidos”. Y ¿qué decir de la
llamada fuente del agua de Batueco? En dicha fuente -según la leyenda, la tradición, o ambas, que vaya usted a saber- podemos encontrar aguas que tienen demostradas propiedades curativas ya que según se puede leer en "Cartografía hispano-científica, ó sea, los mapas españoles en que se representa á España bajo todas sus diferentes fases" -editado en Madrid, año 1857- estas aguas son de naturaleza sulfurosa, teniendo la facultad de ser... "eficaz en la curación de las herpes y otras enfermedades cutáneas".
Tercera etapa
Poblaciones que
atravesaremos:
Akerreta
Zuriain
Irotz
Atarrabia/Villava (Trinidad
de Arre)
Burlata/Burlada
Iruña/Pamplona
Zizur Txiquia/Cizur Menor
Resulta sumamente interesante parar y observar los magníficos ejemplos de sus sólidas casas de estilo montañés, con sus enormes bloques de piedra, sus
bonitos tejados rojos y sus contraventanas de vivo y mesurado color.
![]() |
Imagen de archivo (puente de acceso) |
Zuriain
En esta pequeñísima
población, podremos ver un curioso y típico
lavadero, bastante bien conservado, de los que ya casi no quedan. Recordemos
que la importancia de los lavaderos iba más allá del simple lugar de lavar las
prendas ya que, en efecto, eran lugar de reunión social y, según informaron al autor,
su mayor apoyo por parte de los organismos públicos se produjo en la mitad del
siglo XIX para potenciar la higiene. Siempre debemos interesarnos por lo autóctono.
Llegados a esta localidad,
nos encontramos que, incluso, tiene menos población que la que acabamos de
dejar atrás –Zuriain-; lo cual, ya es decir.
Es digno de reseñar el
llamado puente de Iturgaitz el
cual, con sus tres ojos románicos del XII, presenta una bella estampa sobre el
Arga.
Un gran puente medieval de elegante figura, con sus seis ojos somnolientos
que se reflejan en mansas aguas, nos sale al paso recreando nuestros ya cansado
ánimo de hoy. Todavía, si seguimos los itinerarios recomendados en esta obra,
nos quedan unas dos horas y media para terminar nuestra jornada… Ya estamos, por lo tanto, a
mitad de camino.
En nuestro caminar, también podremos descubrir
una columna de estampa toscana de más de dos metros de altura
que posiblemente sirviera como picota, aunque este extremo no está demasiado
claro todavía.
Como ejemplo de bello edificio, podremos descubrir la Escuela de Peritos Agrícolas. Igualmente, como curiosidad de una de esas “reliquias” que se conservan casi por casualidad, podremos entrar en un molino-museo.
Como ejemplo de bello edificio, podremos descubrir la Escuela de Peritos Agrícolas. Igualmente, como curiosidad de una de esas “reliquias” que se conservan casi por casualidad, podremos entrar en un molino-museo.
Burlata/Burlada
Tenemos un puente medieval de seis arcos que ha
sido reconstruido en numerosas ocasiones. Algunos palacetes situados en la calle Mayor, como el palacio Uranga, son
otros de los atractivos a tener en cuenta.
Iruñea/Pamplona
Aquí nos encontramos con
otro puente de amplio conocimiento: el puente
de la Magdalena, sobre el río Arga el cual data de muy antiguos tiempos habiendo sido reformado en el siglo XIX. Justo antes de cruzar el puente, podemos admirar la bella factura de un crucero que posiblemente se remonte al siglo XVI. Su contemplación no nos dejará indiferentes.
Las murallas también son dignas de tener en cuenta, así como la plaza del Castillo, ya en pleno casco urbano en la cual, como su propio nombre indica, se construyó un castillo -con sus cuatro torres en los ángulos, como Dios manda-, a principios del XII, por orden de Luis Hutín I de Navarra, que fuera, también, Luis X de Francia.
En cuanto a la plaza de San José, al lado de la catedral, debemos decir que es un lugar muy agradable pues normalmente es un emplazamiento tranquilo en el cual se puede relajar nuestro cuerpo y nuestra mente, sentados en uno de sus bancos y arrullados por el melodioso caer del agua por sus caños. También será interesante saber que todos los sábados no festivos se instala en esta plaza el llamado "Rastro de las Buenas Pulgas" que no es otra cosa que un mercadillo dedicado a la compra y venta de antigüedades y objetos de segunda mano -muy interesante-; como también es muy interesante su propio nombre ya que en España se suele denominar "rastro" o "rastrillo" a este tipo de comercio callejero mientras que en la República Dominicana, por ejemplo, se llaman "pulgas". Curioso, sin duda.
La plaza Consistorial, el palacio de Navarra, la llamada cámara de Comptos Reales… tantos y tantos monumentos que es mejor dejarse llevar por sus calles e ir descubriendo por nosotros mismos todo el enorme encanto e historia que atesoran.
Las murallas también son dignas de tener en cuenta, así como la plaza del Castillo, ya en pleno casco urbano en la cual, como su propio nombre indica, se construyó un castillo -con sus cuatro torres en los ángulos, como Dios manda-, a principios del XII, por orden de Luis Hutín I de Navarra, que fuera, también, Luis X de Francia.
En cuanto a la plaza de San José, al lado de la catedral, debemos decir que es un lugar muy agradable pues normalmente es un emplazamiento tranquilo en el cual se puede relajar nuestro cuerpo y nuestra mente, sentados en uno de sus bancos y arrullados por el melodioso caer del agua por sus caños. También será interesante saber que todos los sábados no festivos se instala en esta plaza el llamado "Rastro de las Buenas Pulgas" que no es otra cosa que un mercadillo dedicado a la compra y venta de antigüedades y objetos de segunda mano -muy interesante-; como también es muy interesante su propio nombre ya que en España se suele denominar "rastro" o "rastrillo" a este tipo de comercio callejero mientras que en la República Dominicana, por ejemplo, se llaman "pulgas". Curioso, sin duda.
La plaza Consistorial, el palacio de Navarra, la llamada cámara de Comptos Reales… tantos y tantos monumentos que es mejor dejarse llevar por sus calles e ir descubriendo por nosotros mismos todo el enorme encanto e historia que atesoran.
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Imagen de archivo (antiguo monasterio y hospital de peregrinos de la Orden de San Juan de Jerusalén) |
Zizur
Txiquia/Cizur Menor
En las fechas del carnaval o carnestolendas, se pasea a
un curioso personaje llamado Tartalo.
El sábado de carnaval, podremos verlo simulando una fuga para ser quemado posteriormente en
medio de cánticos y danzas de ancestral origen. Así, en este sentido, puede que
nos digan que el tal personaje es un cíclope ¡antropófago! al cual, por esa
razón u otras de semejante corte, se quiere acabar con él. También nos podrán
informar que se cree que vivía en el monte del Perdón. Siempre, como siempre, el detalle curioso.
Cuarta
etapa
Poblaciones
por las que pasaremos:
Zariquiegui
Uterga
Muruzábal
Obanos
Gares/Puente
La Reina
Mañeru
Zirauki/Cirauqui
Una curiosa escultura, de
moderna factura, nos recibirá en esta población, proyectándose hacia los azules
cielos en medio de su oxidada superficie.
Es interesante la historia que podremos oír si nos detenemos un poco en esta
población navarra.
Pues resulta –nos dirán a poco que preguntemos- que no muy lejos
estuvieron reunidos otros caseríos agrupados bajo la denominación de Olandain
de tal manera que existían dos parroquias que compartían un terreno común. Al
parecer –eso nos dirán- existían rencillas que nadie deseaba que llegaran a más
por lo que se decidió trasladar las casas de la citada Olandain hasta Uterga.
Parece ser que las obras de traslado comenzaron en 1601 y terminaron en 1633. Sugestivo, sin duda.
Su plaza, con su típica fuente pública, nos causarán una grata impresión.
El Palacio de Muruzábal, con
su austera y señorial fachada, nos llamará poderosamente la atención a poco que
reparemos en él.
Los animales tienen su propia simbología en los capiteles.
Así, por ejemplo, tal y como vemos en este interesante capitel, las aves
representan en dicha iconografía los pájaros hacer alusión a la Eucaristía y a
las almas bienaventuradas. Por otro lado, animales como el ciervo son tratados
en los Salmos Bíblicos con la simbología del alma del hombre.
No cabe ninguna duda de que su belleza plástica es
notable.
OBANOS 31.12.06
Obanos
El arco gótico de la Puerta de
Obanos, o la plaza del Ayuntamiento que
es “oficialmente” el punto de unión de aquellos que vienen desde Somport y los
que han comenzado o pasado por Roncesvalles.
Puente La Reina/Gares
Nos despide su bello puente
románico archifotografiado… hasta la saciedad por lo que no vamos a
insistir mucho más en él. Esta población constituye una típica calle-camino que nació y se desarrolló
por y para el Camino de Santiago. Su estrecha rúa Mayor nos facilitará el descubrimiento de numerosos detalles
jacobeos en sus bellos edificios.
Aquí, como en otros lugares de esta senda milenaria, se siguen perpetrando atentados manifiestos y gravísimos contra este Patrimonio de la Humanidad. Ya hemos hecho referencia aal enorme problema que se presentaba en este punto como consecuencia de un mal llamado "desvío provisional", pero veamos ahora lo que se indica en una página pro defensa del Camino de Santiago: "Autovía del Camino de Santiago, de Pamplona a Logroño. Está ya afectando grandemente al Camino, con grandes desvíos por el monte y mucho barro, causando la pérdida de muchos peregrinos, en la etapa Puente la Reina-Estella la autovía se superpone al Camino medieval, con viaductos sobre un antiquísimo puente que se había restaurado"...
Ya comentamos en el apartado "Bosques y monte bajo" que el problema del barro se ha solucionado por haber sido acondicionado el tramo en cuestión... ¡Pero que no es el Camino "histórico" sino el Camino de "porque me da la gana"! ¡Qué pena tanta presunta falta de cultura y sensibilidad por parte de los responsables del desaguisado!
Aquí, como en otros lugares de esta senda milenaria, se siguen perpetrando atentados manifiestos y gravísimos contra este Patrimonio de la Humanidad. Ya hemos hecho referencia aal enorme problema que se presentaba en este punto como consecuencia de un mal llamado "desvío provisional", pero veamos ahora lo que se indica en una página pro defensa del Camino de Santiago: "Autovía del Camino de Santiago, de Pamplona a Logroño. Está ya afectando grandemente al Camino, con grandes desvíos por el monte y mucho barro, causando la pérdida de muchos peregrinos, en la etapa Puente la Reina-Estella la autovía se superpone al Camino medieval, con viaductos sobre un antiquísimo puente que se había restaurado"...
Ya comentamos en el apartado "Bosques y monte bajo" que el problema del barro se ha solucionado por haber sido acondicionado el tramo en cuestión... ¡Pero que no es el Camino "histórico" sino el Camino de "porque me da la gana"! ¡Qué pena tanta presunta falta de cultura y sensibilidad por parte de los responsables del desaguisado!
De las postrimerías del XVI, nos encontramos, al salir de esta
población, un bello crucero en el
cual hemos de destacar su hermoso capitel.
Zirauki/Cirauqui
Su muralla,
llamada popularmente “el murallón” tiene una longitud de casi 100 metros y se
encuentra en un relativo buen estado de conservación. Parece ser que va a ser acondicionada para dar mayor protagonismo a este elemento defensivo de la ciudad.
También es de notar la belleza de los herrajes en las puertas de sus recias casonas con dintel en arco.
Aunque, también hay que decirlo, este hecho se repite en muchos pueblos por los
que pasemos.
Y, por supuesto, no podíamos dejar de citar algunos de los encantos de
esta ciudad sin mencionar su famosísima calzada
romana. Bien es cierto que, como calzada que es, podemos, tal vez, entender
que esté un poco “deteriorada” pues hay que tener en cuenta su más que evidente
antigüedad. Son, nada más y nada menos, unos trescientos metros de grandes
piedras laterales que forma el encajado que se rellenaba con canto rodado y
piedras de menor tamaño. Más abajo, al poco, desembocamos en un relativamente
bien conservado puente romano al que
accederemos con cuidado pues la “bajada al puente” es algo delicada.
Quinta
etapa
Ciudades por
las que pasaremos:
Lorca
Villatuerta (Bilatorta)
Lizarra/Estella
Aiegi/Ayegui
A
unos veinte minutos de haber atravesado la autopista por un túnel “iluminado”,
nos encontramos en Lorca. En esta localidad hemos de reseñar sus casonas tradicionales y sus escudos heráldicos que, a pesar del tiempo, todavía perviven dando testimonio de un insigne pasado.
También podremos disfrutar de la vista de una bonita fuente con pilón que rememora aquella época en la cual toda plaza que se preciara debía tener en su centro o en cualquier otro lugar relevante, una fuenta pública.
También podremos disfrutar de la vista de una bonita fuente con pilón que rememora aquella época en la cual toda plaza que se preciara debía tener en su centro o en cualquier otro lugar relevante, una fuenta pública.
“En llegando” a la “sinuosa villa romana” cruzaremos un restaurado puente romano de dos ojos con
pronunciado tajamar triangular que hiende las aguas del Iranzu.
![]() |
Imagen de archivo (vista general) |
¡Qué decir de Estella! Su riqueza monumental es tan importante que
apenas si podríamos hacer un esbozo de toda ella. Como ejemplos a destacar,
podríamos citar, entre otros, el Palacio
de los Reyes de Navarra, que presenta la importante particularidad de ser
el único edificio románico de carácter civil existente en toda la Comunidad
Foral de Navarra. Sus capiteles son de bella factura entre los cuales destaca
el que representa la lucha entre el caballero Roldán y el ciudadano de Alesón
llamado Farragut.
El castillo de Zalatambor (bueno,
más bien sus ruinas) fue otrora un importantísimo bastión defensivo. Sin
embargo, en 1572 fue volado por orden de Felipe II (que, por cierto, la
explosión se llevó por delante parte de la iglesia de San Pedro dejando el
claustro hecho una pena con gran parte de los capiteles tirados por los suelos -¡Es que antes
no calculaban bien eso de las voladuras controladas!-). Tras su demolición,
parece ser que, como en otros muchos lugares en situaciones similares, todo el que podía se llevaba piedras para hacer o ampliar su
casa… ¡Así está el pobre hoy en día!
Y podríamos seguir citando numerosos ejemplos monumentales; pero baste
con lo expuesto y que sea el curioso peregrino el que descubra –para su
sorpresa y satisfacción- otros monumentos que acrecienten su curiosidad.
La Fuente del Vino se
encuentra a la salida de esta población. Es algo sumamente curioso en el Camino
y, además, debemos saber que dispone de una cámara web que funciona en horas de
oficina. Por ello, si llamamos a algún amigo o pariente y se conecta con su
ordenador, nos podrán ver en tiempo real. Esta fuente pertenece a una conocida
marca de vinos y si lo deseamos, también nos pueden sellar la credencial con
tan singular recuerdo.
El Monasterio de Irache es un
impresionante edificio (al lado de la fuente del vino –o que la fuente del vino
está al lado del Monasterio-) que fue, en tiempos del abad Veremundo un
hospital de rancia tradición peregrina. A lo largo de los siglos ha atravesado momentos de
esplendor y decadencia, estando en la actualidad acondicionándose para
convertirse en parador de turismo.
Sexta
etapa
Poblaciones
por las que pasaremos:
Azqueta
Villamayor de
Monjardín
Los Arcos
Sansol
Torres del Río
Esta localidad, como muchas
de estas tierras, nos muestra una magnífica arquitectura civil con sus enormes puertas de medio arco en
sillería y sus siempre interesantes herrajes.
Villamayor de Monjardín
El Castillo de San Esteban de Deyo
está en estado "un poco lamentable” pues quedan unos viejos muros de piedra
arenisca, un aljibe y restos de una torre del homenaje. En la actualidad se
está intentando reconstruir en parte.
La fuente
de los Moros nos la encontraremos un poco antes de llegar a esta localidad.
Dicha fuente –sumamente curiosa- pertenece a un gótico del XIII y se construyó
para proveer de agua a los peregrinos. Su estado de conservación (una vez
restaurada, claro) es magnífico y sorprende ver su gran escalinata que da
acceso a un gran pilón que se encuentra muy por debajo del nivel del suelo y que recibe las aguas a través de una oquedad para
devolverlas por un rebosadero cuadrangular.
La Plaza
porticada de Santa María, con su iglesia y sus edificios civiles, forma
una bella estampa que admiraremos al pasar por ella camino de la llamada Puerta
de Castilla que es la puerta principal que tenían las antiguas murallas en
su zona oeste. Llámase así por haberse construido durante el periodo de
dominación de Castilla en esta población. Sus escudos y sus inscripciones nos
interesarán, sin duda. Escudos que también encontraremos, en relativa
abundancia, por todo Los Arcos con sólo pasear tranquilamente por sus calles y
disfrutar de sus numerosas casas
blasonadas.
Esta población está llena de monumentos… Así, merece la pena desviarse un poco y subir hasta su iglesia para, desde allí, tener una magnífica vista sobre el próximo pueblo que abordaremos: Torres del Río. Desde este privilegiado mirador veremos, a vista de pájaro (sin exagerar nada), dicha población y, dentro de ella, la enigmática iglesia del Santo Sepulcro (el siempre curioso lector podrá encontrar en esta misma obra una magnífica vista "aérea" de la mencionada iglesia tomada, precisamente, desde este mirador que comentamos). Así, este balcón natural al que hacemos referencia se encuentra en el lugar, como decimos, en donde está emplazada la iglesia de San Zoilo.
Por supuesto, como siempre en estos históricos asentamientos, los caserones blasonados no nos dejarán
indiferentes.
Séptima
etapa
Poblaciones
por las que pasaremos:
Viana
Logroño
Viana
Es cierto que Logroño ya está a un paso… Pero Viana tiene tal
monumentalidad y está tan empapada de historia que, siempre que podamos,
deberíamos hacer un alto en esta ciudad e, incluso, quedarnos a dormir en su
magnífico albergue. Son tantos los monumentos a visitar y tantos los detalles
que nos llamen la atención que sería casi imperdonable no detenernos aquí.
Así, por ejemplo (entre otros muchos) podríamos citar su interesante Ayuntamiento con fachada barroca en
soportales y con pilastras de estilo toscano. Nos llamará la atención el enorme
escudo que se aprecia en su fachada.
Situado en la plaza del Coso, el llamado Balcón de Toros, diseñado por el mismo autor de la casa
consistorial, es una de esas “faraónicas” obras que nos dejan perplejos al
conocer sus detalles. Efectivamente, cuando nos enteremos de que este
importante edificio fue construido y diseñado para el exclusivo fin de servir
de “lujoso palco” para que las autoridades pudieran asistir a las corridas
taurinas, nos deja, cuando menos, perplejos; aunque esto lo veremos también en
algún otro lugar.
Dado que todavía se
conserva parte de sus antiguas murallas,
bien podríamos dar un paseo por lo que otrora fuera su bastión defensivo. Aún
queda alguna de las puertas que, allá, en el último año del siglo XVI, fueran
cerradas para atender extramuros a los apestados (aquella peste duró desde 1599
hasta 1601); aunque ésta no fue ni la primera ni la última pues también fueron tristemente famosas las epidemias del XIV y la del
1564. Estas puertas de acceso a la ciudad son: Santa María o San Juan al norte,
La Solana al sur y Estella al oeste. Presentan escudos de armas y, estando
dedicados a santos, éstos se encuentran en las correspondientes hornacinas.
Si nos pasamos por el albergue municipal, veremos, justamente enfrente
de su entrada, las ruinas del Monasterio
de San Pedro que, hasta no hace mucho, el curioso peregrino podía visitar
pues no había ninguna valla que se lo impidiera. Allí, el autor de este libro,
sentado en algún poyete, con el frescor de una tarde invernal y rodeado de tan
solemnes ruinas, se sentía transportado a otros parámetros de difíciles
connotaciones actuales. Pero, por desgracia, como quiera que algunas personas
que entraban allí no valoraban debidamente la historia de sus piedras, ha sido
vallado para evitar su más que evidente deterioro. ¡Lástima!
Logroño
Nada más llegar a este secular cruce de caminos y fronteras, nos
encontramos con el puente de piedra sobre
el Ebro que, con sus siete grandes arcos, salva el inconveniente de tener
que atravesar el río más largo y caudaloso de España (que no de la Península
Ibérica)
El arco denominado “Puerta del Camino” o puerta del Revellín, en lo que queda de la
antigua muralla de la ciudad, es la salida “histórica” de los peregrinos hacia
su siguiente localidad: Navarrete. Es de destacar el águila bicéfala del
emperador Carlos V, junto a dos escudos de Logroño con las flores de lis
concedidas por el monarca en el vigésimo tercer año del siglo dieciséis.
Por supuesto, tampoco debemos perdernos el casco viejo de la ciudad con su maravillosa calle Portales, su
calle Laurel (conocida como la senda de los elefantes –llena de bares y
restaurantes-), calle Sagasta, Ruavieja…
El puente de Hierro es el más antiguo de los que atraviesan en Logroño el río de los ríos: el Ebro. Debemos saber que tiene la considerable longitud de 330 metros y que es conocido en la capital riojana como "puente de Sagasta". También debemos destacar el edificio de Correos, un magnífico ejemplo de arquitectura neobarroca y el palacio de los Chapiteles -en la ya mencionada calle Portales- y cuya denominación proviene de sus dos famosas torres (chapitel, según la RAE, es el remate de las torres que se levanta en forma piramidal). Por supuesto y sin que ello agote todo lo que conviene ver y disfrutar, igualmente tenemos la muy fotografiada fuente del Peregrino, también llamada fuente de Santiago o fuente del Camino y que está situado en uno de los ángulos de la plaza de Santiago; sí, esa en la cual también encontraremos un curioso juego de la oca que explicitaremos algo más adelante. En cuanto a la plaza del Mercado, decir que es un lugar de reunión, que se encuentra en plena fachada de
la concatedral y que es lugar aprovechado para exposiciones al aire libre. Tampoco podemos olvidarnos del céntrico paseo del
Espolón o Príncipe de Vergara que antiguamente era conocido como paseo Extramuros, paseo de las Delicias, la Glorieta o paseo de los Reyes.
Son tantos y tantos los monumentos y lugares que esperan la visita del curioso y siempre paciente peregrino invernal que casi nos parece más conveniene que sea el propio peregrino invernal el que descubra esos rincones de sugestivo aspecto, esas plazas de recovecos sentimientos o esos monumentos de rancia y recia historia. Debemos significar, sin que sea excluyente y tal y como ya habíamos anunciado, la plaza de Santiago (al lado, recordemos, de la Fuente del Peregrino) en la cual se encuentra un curioso juego de la oca en pleno suelo, formado por grandes baldosas en las cuales se han representado las casillas típicas de este juego pero referidas exclusivamente a lugares relacionados con el Camino de Santiago.
Son tantos y tantos los monumentos y lugares que esperan la visita del curioso y siempre paciente peregrino invernal que casi nos parece más conveniene que sea el propio peregrino invernal el que descubra esos rincones de sugestivo aspecto, esas plazas de recovecos sentimientos o esos monumentos de rancia y recia historia. Debemos significar, sin que sea excluyente y tal y como ya habíamos anunciado, la plaza de Santiago (al lado, recordemos, de la Fuente del Peregrino) en la cual se encuentra un curioso juego de la oca en pleno suelo, formado por grandes baldosas en las cuales se han representado las casillas típicas de este juego pero referidas exclusivamente a lugares relacionados con el Camino de Santiago.
Lo lamentable de estas maravillosas fechas es que muchos museos estén cerrados
(aquí y en el resto del Camino) por lo que tendremos que contentarnos en
algunas ocasiones con mirar su exterior y disfrutar de los detalles que éste
nos ofrezca.
Octava
etapa
Poblaciones
por las que pasaremos:
Navarrete
Ventosa
Nájera
Navarrete
Poco antes de llegar a este emplazamiento, nos encontramos con las ruinas del antiguo Hospital de Peregrinos
de San Juan de Acre (siglo XII). Como dato curioso, comentaremos que sus
ventanas y portada fueron desmontadas piedra a piedra y recolocadas en la
fachada del cementerio de esta localidad.
Bueno, pues como en otras muchas poblaciones de esta zona -y si me apuran, de todo el Camino- no debemos dejar de elevar nuestra vista para deleitarnos con los increíbles y curiosísimos -muchas veces lo son- escudos de sus casas blasonadas…, muchas de las cuales se encuentran en su casco antiguo, absolutamente espectacular, con algunos pasadizos en forma de arco de medio punto que nos transporta al más genuino ambiente medieval.
Bueno, pues como en otras muchas poblaciones de esta zona -y si me apuran, de todo el Camino- no debemos dejar de elevar nuestra vista para deleitarnos con los increíbles y curiosísimos -muchas veces lo son- escudos de sus casas blasonadas…, muchas de las cuales se encuentran en su casco antiguo, absolutamente espectacular, con algunos pasadizos en forma de arco de medio punto que nos transporta al más genuino ambiente medieval.
El llamado puente de San Juan de
Ortega nos sorprenderá por lo moderno de su diseño… hasta que alguien nos
ponga al corriente de que dicho puente –“según comentan”, nos afirmaron- fue
construido alrededor del siglo X pues ya aparece documentado en esas fechas…
¡Ah!... Pero el río Najerilla siempre ha tenido “muy mal humor” y se llevaba de vez
en cuando todo lo que encontraba a su paso. Por esta razón (origen de su
nombre) en el XII, San Juan de Ortega lo remodeló; aunque en los siglos
siguientes había que reforzarlo y reconstruirlo “cada dos por tres” como quien
dice. Así, en 1866 se construye el puente actual y en el 2003 se amplía su
plataforma. Bueno, ¡pues por eso parece tan moderno!
La plaza de Santa María,
circundada por recias casonas es otro de los puntos a tener en cuenta, así como el museo najerillense con sus muy interesantes fondos arqueológicos, etnográficos y su pequeña pero importante colección de pintura. Por fortuna, suele estar abierto de forma permanente (no obstante, conviene siempre informarse por aquello de los horarios).
Novena
etapa
Poblaciones
por las que pasaremos:
Azofra
Cirueña
Santo Domingo
de la Calzada
Grañón
Azofra
Bueno, pues aquí también nos encontraremos con varios escudos nobiliarios en las casas de
la calle Mayor… Así como una gran
casona llamada “Real Casona de las Amas”
con sus escudos nobiliarios y porte de recia estirpe.
Aquí, en Azofra,
se construyó en el siglo XII un hospital de peregrinos y un cementerio
reservado solamente para aquellos jacobitas que fallecieran en el camino.
Lamentablemente, hoy en día no queda nada de aquellas lejanas construcciones.
Y, desde luego, no podemos dejar de ver el llamado Rollo de Azofra que tiene la curiosa forma de una espada clavada en
tierra por lo que, tal vez, su significación sea la de disuadir a cualquiera de
cometer algún delito, recordando la acción de la justicia.
En este caso debemos decir (en justa indignación pero que da igual) que el
Camino ha sido desviado desde años atrás porque había que construir un
“hermoso” campo de golf (en el que, por supuesto, no sirven el "menú del peregrino" -el autor entró al restaurante en horas de comida y preguntó si había dicho menú, por lo que se pueden imaginar la cara que le pusieron-) y también como consecuencia de hacer un montón de urbanizaciones que, por cierto,
hoy en día, en muchas de esas viviendas, está puesto el cartel de “SE VENDE”.
Éste es un claro ejemplo a añadir a los muchos que agreden el itinerario del
Camino con especulaciones de todo jaez; y ello sin importarles lo más mínimo y
con… Pero, ¡para qué seguir! Todos sabemos lo que hay.
En este sentido,
queremos mostrar lo que se expresa en una página para la defensa del Camino de
Santiago... "Campo
de golf y urbanización de lujo en Cirueña. La salvajada ha consistido en que al
molestarle supuestamente el Camino de Santiago a urbanización y promotores, han
desviado el Camino, y consecuentemente a los peregrinos, por un rectángulo de
calles con casas de hasta tres pisos donde antes había campo y arbolado, de
paso, dando un giro de 90º se envía a los peregrinos casi hasta Ciriñuela para
que no molesten".
¿Qué, cómo se queda el
cuerpo al leer estas presuntas agresiones a la más elemental inteligencia? (Lo de "presunto" es por "imperativo legal", claro)
Es tal la cantidad de monumentos que tiene Santo Domingo de la Calzada
que su sola enumeración supondría una injusticia pues es muy probable que
olvidáramos alguno. No obstante, y dentro de los monumentos civiles que estamos tratando en esta página, podríamos citar el Ayuntamiento, en la
antigua plaza del Mercado y que constituye otro de los edificios que no deberíamos dejar de
ver. Aquí, en esta plaza, se celebraron corridas de toros durante muchos siglos. La fachada está rematada con el escudo de los Borbones.
En cuanto a las murallas,
debemos significar que éstas fueron las que cerraron el mayor recinto de toda
La Rioja. Su estado de conservación es relativamente bueno. Llegó a tener
alrededor de un kilometro y medio y un total de treinta y ocho torreones. Hoy
en día se conservan doce de esos torreones y tres de sus puertas.
Ni que decir tiene (por tantas veces dicho) que sus casas blasonadas son también un importante punto a tener en cuenta, así como el antiguo hospital de peregrinos
(convertido hoy en un Parador de Turismo) y su rollo jurisdiccional (de sencilla factura y recio aspecto) así como otros muchos elementos de
interés cuyo descubrimiento dejamos a la curiosidad del arrojado e inquieto peregrino invernal.
La calle Santiago y la calle Mayor tienen, como en otros
lugares, una bella representación de casas blasonadas de bella estampa.
Grañón, como ciudad fronteriza que fuera, estuvo rodeada de robustas murallas, pero el paso de tiempo ha alejado todo vestigio que pudiéramos contemplar hoy.
Dicen los eruditos que los orígenes de Grañón se remontan al siglo IX que fue cuando se construyó un castillo por orden del rey de León Alfonso III; motivo éste que propició que se fueran construyendo caseríos alrededor de la fortaleza. Hoy en día tampoco quedan vestigios del mencionado castillo, por lo que se cita a modo de curiosidad histórica.
Grañón, como ciudad fronteriza que fuera, estuvo rodeada de robustas murallas, pero el paso de tiempo ha alejado todo vestigio que pudiéramos contemplar hoy.
Dicen los eruditos que los orígenes de Grañón se remontan al siglo IX que fue cuando se construyó un castillo por orden del rey de León Alfonso III; motivo éste que propició que se fueran construyendo caseríos alrededor de la fortaleza. Hoy en día tampoco quedan vestigios del mencionado castillo, por lo que se cita a modo de curiosidad histórica.
Décima
etapa
Poblaciones
por las que pasaremos:
Redecilla del
Camino
Castildelgado
Viloria de
Rioja
Villamayor del
Río
Belorado
Tosantos
Villambistia
Espinosa del
Camino
Villafranca
Montes de Oca
Redecilla del Camino
Cuando estemos entrando en esta localidad, veremos un grueso rollo jurisdiccional que nos marca el
inicio de la calle Real. Su porte es sencillo, rematado por una cruz.
Dado que estamos tratando de los monumentos y aspectos civiles, dejamos para la página "De las hermitas a las catedrales" la descripción de su iglesia y de su importantísima pila bautismal.
Dado que estamos tratando de los monumentos y aspectos civiles, dejamos para la página "De las hermitas a las catedrales" la descripción de su iglesia y de su importantísima pila bautismal.
En esta población podremos imaginar el interesante edificio llamado casa de los Condes de Berberana "con artístico artesonado y trabajadas rejas" en cuyo exterior nos llamarían la atención unos verracos procedentes -según nos aseguraron- de un castro denominado "de las Merchanas". Y decimos imaginar, porque en fechas muy recientes fue derribado por completo en una de esas actuaciones que van empobreciendo nuestro ya de por sí maltratado Camino.
El día cinco de febrero se celebra la fiesta de Santa Águeda con su correspondiente misa matinal y ya por la tarde, podremos asistir a una invitación a vino dulce. Bueno, para aquellos que no sean abstemios -el autor lo es- seguro que supondrá la oportunidad de un simpático hermanamiento con la población.
El peregrino transitará por una de esas calles típicas del Camino que,
con sus casas blasonadas, nos
mostrarán mucho de su historia y linaje. Además, sus pronunciados aleros, a
modo de escudos celestes, nos protegen de las inclemencias del tiempo.
Ya van quedando, desafortunadamente, pocos. Nos referimos a la en otros tiempos típica fuente pública con su lavadero incorporado que tan entrañables llegaron a ser como imagen inseparable de cualquier pueblo que se preciera. Lamentablemente -para bien o para mal, que en eso hay opinión para todos los gustos- hoy en día no es posible beber de tan bellos caños pues el agua, al no estar garantizada su salubridad, se coloca el cartel de "no potable" o "no tratada" con lo cual sólo nos queda el recuerdo de su siempre grata presencia.
Belorado
Podemos encontrar en esta población una gran cantidad de fábricas y
venta de prendas de piel… ¡A lo mejor alguien hace el Camino con un abrigo de pieles... que en invierno no habrá de estorbar a buen seguro!
Bueno, dejémonos de bromas y sigamos explorando esta población... Así, en nuestro ambular podremos descubrir la bonita plaza Mayor, con su simpático templete fieramente defendido por colosos guardianes de valiente madera y brazos extendidos e, igualmente, veremos por encima de su iglesia parroquial los restos del antiguo castillo encargado de defender esta población estratégica pues controlaba el paso entre los reinos de Navarra y Castilla. Si acaso subiéramos hasta estas ruinas, podremos divisar, allá, en la lejanía, el pueblo de Villafranca Montes de Oca: antesala del otrora temido bosque de los montes del mismo nombre (aunque esta subida la dejamos para los más animosos).
Otro aspecto curioso de esta población lo tenemos en el llamado paseo del Ánimo que no es otra cosa que un conjunto de calles en las cuales se han acondicionado losetas con dos huellas de personajes famosos y de personajes también protagonistas, pero anónimos en su peregrinar hacia la tumba del Apóstol. En la actualidad existen losetas con una huella del pie y de la mano en las calles Mayor, Raimundo de Miguel e Hipólito López.
El llamado puente de El Canto, construido, según parece, por San Juan de Ortega y Santo Domingo de la Calzada, nos dará el adiós por parte de esta ciudad. Nosotros, para evitar el peligro de pasar por tan histórico puente pero de calzada estrecha y sin arcén, podremos atravesar el río Tirón por una pasarela de madera que encontraremos paralela a la izquierda en nuestro orden de marcha.
Ya, por último, haremos una breve reseña de las llamadas cuevas de San Caprasio, San Valentín y Santa Pía que se encuentran a los pies del cerro en el que se asientan las ruinas del ya citado castillo. Estas cuevas sirvieron de morada-eremitorio en época de los visigodos pues los eremitas o anacoretas tuvieron un gran desarrollo en esos tiempos.
Bueno, dejémonos de bromas y sigamos explorando esta población... Así, en nuestro ambular podremos descubrir la bonita plaza Mayor, con su simpático templete fieramente defendido por colosos guardianes de valiente madera y brazos extendidos e, igualmente, veremos por encima de su iglesia parroquial los restos del antiguo castillo encargado de defender esta población estratégica pues controlaba el paso entre los reinos de Navarra y Castilla. Si acaso subiéramos hasta estas ruinas, podremos divisar, allá, en la lejanía, el pueblo de Villafranca Montes de Oca: antesala del otrora temido bosque de los montes del mismo nombre (aunque esta subida la dejamos para los más animosos).
Otro aspecto curioso de esta población lo tenemos en el llamado paseo del Ánimo que no es otra cosa que un conjunto de calles en las cuales se han acondicionado losetas con dos huellas de personajes famosos y de personajes también protagonistas, pero anónimos en su peregrinar hacia la tumba del Apóstol. En la actualidad existen losetas con una huella del pie y de la mano en las calles Mayor, Raimundo de Miguel e Hipólito López.
El llamado puente de El Canto, construido, según parece, por San Juan de Ortega y Santo Domingo de la Calzada, nos dará el adiós por parte de esta ciudad. Nosotros, para evitar el peligro de pasar por tan histórico puente pero de calzada estrecha y sin arcén, podremos atravesar el río Tirón por una pasarela de madera que encontraremos paralela a la izquierda en nuestro orden de marcha.
Ya, por último, haremos una breve reseña de las llamadas cuevas de San Caprasio, San Valentín y Santa Pía que se encuentran a los pies del cerro en el que se asientan las ruinas del ya citado castillo. Estas cuevas sirvieron de morada-eremitorio en época de los visigodos pues los eremitas o anacoretas tuvieron un gran desarrollo en esos tiempos.
Una de las curiosidades que presenta Tosantos es su cerro cortado a pico con abundante estratigrafía en la cual se enmarca su ermita, de la cual hablaremos en el correspondiente capítulo titulado "de las ermitas a las catedrales". No obstante, además de la ya mencionada ermita, también podemos divisar, al otro lado del arroyo y en el citado cerro, una serie de cuevas llamadas "cuevas de los arancones" que hoy en día son prácticamente inaccesibles. Nos dirán, a poco que preguntemos a algún tosantino, que son "obra de los moros" aunque el nombre de "arancones" haría referencia -se nos antoja- al hecho de "arrancar" pues así lo aseguraron algunas personas que nos invitaban a subir para verlo de cerca. Lo de arrancar sería, posiblemente, por la facilidad con que se pueden extraer los grumos yesosos de estos cortados.
(imagen provisional)
En el mes de noviembre del 2007, el Ayuntamiento aprobó el diseño de la bandera y del escudo de Villambistia. Ello fue publicado -como es preceptivo- en el Boletín Oficial de la provincia. Consta, según se expresa en dicha resolución, de escudo de azur, una fuente de plata. En jefe dos veneras de oro. Al timbre corona real de España.
Villambistia
Encontramos
una fuente pública en la cual dice
la leyenda que es menester meter la cabeza dentro de ella para poder conseguir
acabar con el cansancio y retomar las fuerzas hasta el fin del Camino… por lo
menos.
Este pueblo es de reducidas dimensiones y además de la citada fuente pública de reanimadora acción, podemos encontrar también un bonito lavadero techado que nos rotrotrae a aquellos tiempos en los cuales el lavadero público era el lugar de reunión de las mujeres para, mientras lavaban la ropa, charlar y contarse todos los chascarrillos acaecidos de nuevo cuño.
Este pueblo es de reducidas dimensiones y además de la citada fuente pública de reanimadora acción, podemos encontrar también un bonito lavadero techado que nos rotrotrae a aquellos tiempos en los cuales el lavadero público era el lugar de reunión de las mujeres para, mientras lavaban la ropa, charlar y contarse todos los chascarrillos acaecidos de nuevo cuño.
Esta población presenta un conjunto de casas típicas en un relativo estado de buena conservación. Es destacable el entramado de madera de los pisos superiores los cuales, sin poder evitarlo, llamarán nuestra atención pues nos recuerdan -salvando las distancias- a las construcciones de lugares tan apartados como pueda ser centroeuropa.
Pasaremos por
delante del Hospital de la Reina que es un edificio que hasta hace poco estuvo cerrado y sin ningún uso. No obstante, afortunadamente, ha sido rehabilitado y ha vuelto a funcionar desde el año 2009. También es interesante que nos fijemos en sus casas con algunos balcones cerrados en cristalera como si estuviéramos muchos kilómetros más al norte.
En esta ciudad, como en todas aquellas en las cuales hubiera que superar alguna dificultad notable, se reunían los peregrinos de antaño para atravesar el temido y temible bosque de Montes de Oca. Por eso, por su carácter de "ciudad-reunión", tuvo una gran importancia en los siglos de mayor auge de la peregrinación pues no en balde el "Hospital de la Reina" era el albergue mejor equipado después del "Hospital del Rey", en Burgos.
En esta ciudad, como en todas aquellas en las cuales hubiera que superar alguna dificultad notable, se reunían los peregrinos de antaño para atravesar el temido y temible bosque de Montes de Oca. Por eso, por su carácter de "ciudad-reunión", tuvo una gran importancia en los siglos de mayor auge de la peregrinación pues no en balde el "Hospital de la Reina" era el albergue mejor equipado después del "Hospital del Rey", en Burgos.
Undécima
etapa
Poblaciones
por las que pasaremos:
San Juan de
Ortega
Agés
Atapuerca
Cardeñuela de
Riopico
San Juan de Ortega
Es una auténtica lástima que su albergue esté cerrado pues en invierno -al menos en el periodo que comprende este trabajo- nunca ha estado abierto en la época de los grandes fríos. Desde luego, en primavera, verano y otoño sí estaba abierto pero claro, eso sirve de poco al valiente peregrino invernal. Tal vez, destacar que hay una gran esplanada con varios bancos en los cuales podremos sentarnos y descansar -si no están cubiertos por la nieve, claro-.
En cuanto a la riqueza de monumentos civiles... ¿qué decir? Como quiera que el camino pasa por delante de la iglesia y continúa de frente, sin atravesar la población en sí, tal vez se nos ocurre que lo único civil que podamos citar sea el bar que hay al lado del monasterio; pero, claro está, no podemos hacer referencia a ninguna característica histórica ni a ningún orden arquitectónico que pudiera ser de interés ancestral, salvo la fábrica de piedra y madera tradicionales. Sí queremos citar que dicho bar está abierto en invierno y que suelen tener encendida una chimenea con lo cual podremos calentarnos un poco "al socaire" de nuestra travesía por los sobrecogedores Montes de Oca.
Agés
Desde luego, no podremos comentar que Agés no sea una localidad con un encanto especial. Frecuentemente abrigada por la niebla invernal, nos encontraremos en un entorno que casi parecería sacado de una historia del mismísimo medievo tal es el aspecto de sus casas y callejuelas. En efecto, los entramados de madera destacan entre los adobes a los que protejen y cuidan; los contrastes de colores se potencian en sutiles tonos cuando nieva e, incluso, podremos encontrar una vivienda en la que leeremos esa palabra mágica que incluía la transmutación del alma para conseguir la transmutación de los metales: "alquimista"... Conseguir oro partiendo de metales inferiores o conseguir la vida eterna a través de las propiedades de la materia... La alquimia, disciplina espiritual y filosófica.
Todo el pueblo es una continua sorpresa de "rincones con encanto" que deberemos ir saboreando con cada detalle, con cada esquina... con, en definitiva, su bien conservada arquitectura popular.
Todo el pueblo es una continua sorpresa de "rincones con encanto" que deberemos ir saboreando con cada detalle, con cada esquina... con, en definitiva, su bien conservada arquitectura popular.
Atapuerca
Esta localidad y municipio pertenecen al alfoz de Burgos siendo conocido a nivel mundial por albergar los yacimientos del mismo nombre, en la sierra homónima, en los que se han localizado los restos de los primeros europeos. En efecto, hemos de saber que en estos yacimientos arqueológicos fue descubierto, en el año 2007 -según nos explicaron-, la mandíbula del europeo más antiguo del que se tenga constancia hasta la fecha. Tiene, nada más y nada menos que un millón doscientos mil años de antigüedad.
Por otro lado, también será interesante que conozcamos que estamos pisando tierras en las cuales se dio una importante batalla allá por los comienzos del mes de septiembre del mil cincuenta y cuatro. En esta batalla se enfrentaron las tropas del rey de León y Castilla (Fernando I) y el rey de Navarra (García Sánchez III). Como consecuencia de esta batalla, las fronteras castellanoalavesas se establecieron en línea con el Ebro desde el Camino de Santiago en Logroño como término de paz.
Los menhires que podemos encontrar con el fondo de esta población nos recordarán ese pasado que se pierde en la noche de los tiempos... ¡aunque no sean megalíticos! También debemos mencionar su plaza mayor que guarda ese encanto singular de lugar tranquilo y sencillo, apto para el descanso y el sosiego.
¿Qué decir de esta pequeña población? Bueno, aparte del problema existente con su albergue, que comentaremos en su apartado específico, podemos citar su arquitectura tradicional que se imbrica y se hermana con todo el entorno como si uno fuera consecuencia del otro y viceversa.
Duodécima
etapa
Poblaciones
por las que pasaremos:
Orbaneja Riopico
Villafría
Burgos
Aquí, como en otros pueblos de todo este entorno, es la arquitectura tradicional lo más destacable entre lo que, por extensión, podríamos llamar "monumentos civiles". Igualmente y como anécdota y casi ya imagen asentada, podemos citar el gracioso dibujo a todo color que hay en una pared, pegada al camino, de una de las casas de esta pequeña población. Este dibujo representa a un moderno peregrino de esos que quieren llevar su casa en su mochila... Creo que todos los que pasan por el pueblo se hacen la correspondiente foto con tan simpático grafiti.
Podemos asegurar que Villafría ha constituído un importante punto de reunión dentro del Camino de Santiago e, incluso, nos atreveríamos a decir que muy posiblemente convergieran en esta ciudad, que hoy es un barrio de Burgos, los peregrinos centroeuropeos que quisieran atravesar los tan temidos Pirineos por algún lugar menos peligroso que el paso de Ibañeta o Lepoeder. Por eso, figura datado desde la lejana época del siglo XV que los peregrinos provenientes de Suiza, por ejemplo, utilizaban el llamado Camino de San Adrián que no era otro que la ruta proveniente del país de Guillermo Tell atravesando el país vasco aunque según consta en los documentos de la época, su utilización era en gran medida para efectuar el regreso, atravesando Francia tras salir de España por la zona de Irún. ¿Tal vez entraran por Saint-Jean Pied-de-Port en las demás estaciones del año y dejaran el regreso por Irún para el invierno? No hemos podido constatar este extremo.
Pero volviendo al comentario siempre interesante de sus monumentos civiles, tenemos que reconocer que al ser Villafría un barrio periférico de Burgos, ha perdido una gran parte de su esencia primigenia por lo que se ha modernizado y provisto de bloques de anodina arquitectura como suele ser frecuente hoy en día. No obstante lo anterior, podremos descubrir algunas casas de arquitectura tradicional si buscamos un poco entre sus calles.
Burgos
La muy noble y muy mas leal ciudad de Burgos, cabeza de Castilla y cámara de su magestad; (...) Así reza en los encabezamientos de antiguos documentos burgaleses... Burgos, "cabeza de Castilla"; Burgos, la que fuera capital del pujante condado castellano; Burgos, situada en tierras de gélido clima y asiento desde hace más de un millón de años de los primeros europeos... Burgos nos acoge y nos muestra un tesoro monumental grandioso. Burgos, sin duda, quedará por siempre en nuestro recuerdo.
¿Qué decir de los monumentos civiles de esta imponente ciudad? (Ya sabemos que los monumentos religiosos se describirán en el apartado correspondiente). Tal vez podríamos empezar por el encantador paseo del Espolón; un paseo que nos habrá de proporcionar deliciosos momentos de asueto y sosiego. Este paseo se extiende desde la puerta de Santa María hasta el llamado teatro Principal. Protegida por nudosos guerreros de recia madera que entrelazan sus largos y huesudos brazos, está flanqueada, en la parte del Arlanzón, por pétreas e hieráticas figuras pertenecientes a la misma colección que adorna la Plaza de Oriente en Madrid. En efecto, desde Ataúlfo a Fernando VI, en un total de 108 estatuas, estaban dispuestas para decorar el recién construido Palacio Nuevo de Madrid... Pero, siempre tiene que haber un "pero" en estas cosas, Sabatini pensó que no encajaba con la estética del edificio y mandó... ¡que se repartieran por otros lugares que no fueran aquéllos a los cuales estaban destinados! Por esta razón, ocho de esas estatuas le correspondieron a la ciudad de Burgos. Podremos ver a Fernán González, San Millán de la Cogolla, Fernando I, Alfonso IX, Enrique III, Alfonso VI, Teodorico I y, por último, la estatua de Juan I -el que fuera rey de Castilla, de León, de Portugal, de Toledo, de Galicia, de Sevilla, de Córdoba, de Murcia, de Jaén, del Algarve, de Algeciras y Señor de Lara, de Vizcaya y de Molina, tal y como era titulado en el último cuarto del siglo XIV.
Si llegamos hasta el ya citado Teatro Real y cruzamos el Arlanzón, lo haremos por el llamado puente de San Pablo. Este puente, dice la tradición que fue mandado construir a expensas de la Cofradía de los 13 caballeros por lo cual cada uno de ellos se encargó de costear uno de los arcos. Así, sabemos que inicialmente tuvo trece arcos -aunque hoy podamos contar sólo hasta ocho, ya que los otros cinco quedaron sepultados en lo que actualmente es la plaza del Cid-. Cuando crucemos, nos llamará la atención la serie de estatuas que figuran decorando su pretil. Son ocho figuras en piedra de Hontoria esculpida por el maestro Joaquín Lucarini -el que fuera hijo del escultor italiano Ángel Lucarini- con temática notoriamente cidiana pues no en balde representan a personajes vinculados de una u otra manera a la vida del Cid Campeador... Doña Jimena, el abad del monasterio de Cardeña (San Sisebuto), el alcalde de Molina de Aragón y amigo del Cid llamado Bengalbón y, por último, en el pretil del lado derecho del puente, está -creemos recordar- Jerónimo de Perigord, el que fuera ilustrado clérigo y ardiente luchador al lado del Cid que más tarde llegaría al obispado de Valencia. Luego, en el lado izquierdo se alzan, como hemos dicho, otras cuatro estatuas que dejamos al descubrimiento y curiosidad del valiente peregrino invernal.
...Por supuesto, ni que decir tiene que cuando nieva todo este conjunto monumental adquiere tales tonos de irrealidad que sólo estando allí en esos momentos irrepetibles, por singulares, podremos comprenderlo en toda su extensión.
La puerta de San Esteban, el Hospital del Rey, la puerta de San Martín y la celebérrima, bellísma y casi indescriptible puerta de Santa María que, bajo ningún concepto, debemos dejar de visitar, son otros de los muchos monumentos que tenemos a nuestro alcance... como, y ya para terminar este párrafo, la iglesia de Santa Águeda o de Santa Gadea, que de ambas formas se la conoce, en donde, según la tradición, tuvo lugar el famoso juramento que el rey Alfonso VI "El Bravo" se vio obligado a hacer ante el Cid para despejar las dudas sobre su posible participación en el asesinato de Sancho II "El Fuerte", rey de Castilla, quien fue asesinado mientras sitiaba la ciudad de Zamora. El siempre curioso lector, podrá ver una fotografía de la actual aldaba de la puerta de dicha iglesia en la cual se recuerda este acontecimiento. Ah, también debemos decir para hacer honor a la verdad, que la iglesia actual no es la misma en la que se celebro tal ceremonia aunque el emplazamiento sí se corresponde.
...Las ruinas, reconstruidas en parte, del castillo de Burgos, el palacio de Capitanía, el palacio de los Condestables -también llamado casa del Cordón-, el palacio de la Isla -de preciosa estampa que casi parece una maqueta-, la estatua ecuestre del Cid, la magnífica plaza de San Juan... Y, cómo no, la Plaza Mayor; la plaza que otrora fuera denominada "plaza del Mercado Menor", con sus típicos soportales y sus muy agradables comercios.
...Y tantos y tantos monumentos más que dejamos a la curiosidad -y a las ganas de seguir caminando por sus callejuelas- del peregrino de la blanca estación su oportuno descubrimiento. ¡Ánimo y a descubrir esos rincones que destilan historia por sus poros!
¿Qué decir de los monumentos civiles de esta imponente ciudad? (Ya sabemos que los monumentos religiosos se describirán en el apartado correspondiente). Tal vez podríamos empezar por el encantador paseo del Espolón; un paseo que nos habrá de proporcionar deliciosos momentos de asueto y sosiego. Este paseo se extiende desde la puerta de Santa María hasta el llamado teatro Principal. Protegida por nudosos guerreros de recia madera que entrelazan sus largos y huesudos brazos, está flanqueada, en la parte del Arlanzón, por pétreas e hieráticas figuras pertenecientes a la misma colección que adorna la Plaza de Oriente en Madrid. En efecto, desde Ataúlfo a Fernando VI, en un total de 108 estatuas, estaban dispuestas para decorar el recién construido Palacio Nuevo de Madrid... Pero, siempre tiene que haber un "pero" en estas cosas, Sabatini pensó que no encajaba con la estética del edificio y mandó... ¡que se repartieran por otros lugares que no fueran aquéllos a los cuales estaban destinados! Por esta razón, ocho de esas estatuas le correspondieron a la ciudad de Burgos. Podremos ver a Fernán González, San Millán de la Cogolla, Fernando I, Alfonso IX, Enrique III, Alfonso VI, Teodorico I y, por último, la estatua de Juan I -el que fuera rey de Castilla, de León, de Portugal, de Toledo, de Galicia, de Sevilla, de Córdoba, de Murcia, de Jaén, del Algarve, de Algeciras y Señor de Lara, de Vizcaya y de Molina, tal y como era titulado en el último cuarto del siglo XIV.
Si llegamos hasta el ya citado Teatro Real y cruzamos el Arlanzón, lo haremos por el llamado puente de San Pablo. Este puente, dice la tradición que fue mandado construir a expensas de la Cofradía de los 13 caballeros por lo cual cada uno de ellos se encargó de costear uno de los arcos. Así, sabemos que inicialmente tuvo trece arcos -aunque hoy podamos contar sólo hasta ocho, ya que los otros cinco quedaron sepultados en lo que actualmente es la plaza del Cid-. Cuando crucemos, nos llamará la atención la serie de estatuas que figuran decorando su pretil. Son ocho figuras en piedra de Hontoria esculpida por el maestro Joaquín Lucarini -el que fuera hijo del escultor italiano Ángel Lucarini- con temática notoriamente cidiana pues no en balde representan a personajes vinculados de una u otra manera a la vida del Cid Campeador... Doña Jimena, el abad del monasterio de Cardeña (San Sisebuto), el alcalde de Molina de Aragón y amigo del Cid llamado Bengalbón y, por último, en el pretil del lado derecho del puente, está -creemos recordar- Jerónimo de Perigord, el que fuera ilustrado clérigo y ardiente luchador al lado del Cid que más tarde llegaría al obispado de Valencia. Luego, en el lado izquierdo se alzan, como hemos dicho, otras cuatro estatuas que dejamos al descubrimiento y curiosidad del valiente peregrino invernal.
...Por supuesto, ni que decir tiene que cuando nieva todo este conjunto monumental adquiere tales tonos de irrealidad que sólo estando allí en esos momentos irrepetibles, por singulares, podremos comprenderlo en toda su extensión.
La puerta de San Esteban, el Hospital del Rey, la puerta de San Martín y la celebérrima, bellísma y casi indescriptible puerta de Santa María que, bajo ningún concepto, debemos dejar de visitar, son otros de los muchos monumentos que tenemos a nuestro alcance... como, y ya para terminar este párrafo, la iglesia de Santa Águeda o de Santa Gadea, que de ambas formas se la conoce, en donde, según la tradición, tuvo lugar el famoso juramento que el rey Alfonso VI "El Bravo" se vio obligado a hacer ante el Cid para despejar las dudas sobre su posible participación en el asesinato de Sancho II "El Fuerte", rey de Castilla, quien fue asesinado mientras sitiaba la ciudad de Zamora. El siempre curioso lector, podrá ver una fotografía de la actual aldaba de la puerta de dicha iglesia en la cual se recuerda este acontecimiento. Ah, también debemos decir para hacer honor a la verdad, que la iglesia actual no es la misma en la que se celebro tal ceremonia aunque el emplazamiento sí se corresponde.
...Las ruinas, reconstruidas en parte, del castillo de Burgos, el palacio de Capitanía, el palacio de los Condestables -también llamado casa del Cordón-, el palacio de la Isla -de preciosa estampa que casi parece una maqueta-, la estatua ecuestre del Cid, la magnífica plaza de San Juan... Y, cómo no, la Plaza Mayor; la plaza que otrora fuera denominada "plaza del Mercado Menor", con sus típicos soportales y sus muy agradables comercios.
...Y tantos y tantos monumentos más que dejamos a la curiosidad -y a las ganas de seguir caminando por sus callejuelas- del peregrino de la blanca estación su oportuno descubrimiento. ¡Ánimo y a descubrir esos rincones que destilan historia por sus poros!
Décima tercera etapa
Poblaciones
por las que pasaremos:
Villalbilla
Tardajos
Rabé de las
Calzadas
Hornillos del
Camino
Hontanas
El camino no se adentra en esta población y la pasa rozando. Tan sólo destacar el llamado puente del Arzobispado o puente de la Tabla. A partir de aquí tendremos que esquivar carreteras en diferentes puntos para, ya decididamente, dirigirnos a...
![]() |
Imagen de archivo |
...en donde podremos ver un interesante crucero sobre una esbelta y estilizada columna aun con fuste abombado además de sus recias casas de arquitectura tradicional.
Rabé de las Calzadas
Encontraremos
el palacio del Conde de Villariezo (frente a un edificio escuela, justamente al entrar en el pueblo) así como una interesantísima colección de escudos heráldicos repartidos por toda la población en lugares destacados de las casas que albergaron linajes de ilustre historia. También, cómo no, en un entorno que nos transporta a épocas pasadas, nos sumergiremos en calles flanqueadas por construcciones de bella arquitectura tradicional.
Su calle Real es una típica calle del Camino;
con sus viviendas de pétreos e históricos semblantes… También nos encontraremos con
una humilde fuente decorada con veneras
que da testimonio de su vinculación a la senda jacobea.
Hontanas
...El nombre de Hontanas proviene de "fontanas"; es decir, de fuentes de clara y fresca agua ya que era de general conocimiento la gran abundancia de manantiales y regatos en esta zona.
Entre otros monumentos, podemos hacer mención al denominado "Palacio del prelado burgalés" cuyas ruinas hacen intuir lo que debió de ser en otros tiempos. También, citar el Hospital de San Juan que es, hoy en día, albergue de peregrinos. En este albergue aún podemos hallar un interesante arco apuntalado del hospital original (el lector puede ver una fotografía del mismo en esta obra). Por último, y sin agotar los posibles descubrimientos, citamos la siempre acogedora imagen de su arquitectura tradicional de pétrea y noble hechura.
Décima
cuarta etapa
Poblaciones
por las que pasaremos:
Castrojeriz
Ítero de la
Vega
Castrojeriz
Las ruinas del castillo son verdaderamente espectaculares y ya no tanto por la abundancia de restos conservados, sino por proporcionar una magnífica vista de la planicie castellana con sus mesetas, valles, caminos dibujados en rectas líneas... pero, claro, para eso hay que subir una importante cuesta... y después de terminar una etapa... Su calle Real es muy larga (aproximadamente un kilómetro); tan larga que han dividido su nombre en dos: calle Real de Oriente y calle Real de Occidente -curioso, muy curioso sin duda-. Por lo tanto, podemos afirmar que se trata de una típica calle del Camino…
Las ruinas del convento de San Antón (las encontraremos antes de llegar a Castrojeriz) son otra de las pecualiaridades que no debemos perdernos pues no siempre pasará una carretera por el interior -al menos bajo los arcos- de un templo... o lo que queda de él, así como también citar -para los más golosos- el convento de las madres clarisas. Siempre recordaremos con gustoso paladar los inefables "Puños de San Francisco" o las insuperables "tejas", de dulce recuerdo. No viene mal que cuando estemos en la entrada de esta población nos acerquemos (está a la izquierda si seguimos un poquito por la carretera) hasta el mencionado monasterio para adquirir en su torno auténticas ambrosías. Tanto es así que un peregrino que nos acompañaba en una ocasión le dijo a la madre que nos ofrecía los dulces: "madre, esto tiene que ser pecado por lo buenos que están". No sabemos si se sentiría halagada la madre ante tal comentario que, desde luego, hacía justicia a tan sabrosos postres, aunque el comentario pudiera entenderse como un poco "heterodoxo" aunque siempre con sana intención.
Las ruinas del convento de San Antón (las encontraremos antes de llegar a Castrojeriz) son otra de las pecualiaridades que no debemos perdernos pues no siempre pasará una carretera por el interior -al menos bajo los arcos- de un templo... o lo que queda de él, así como también citar -para los más golosos- el convento de las madres clarisas. Siempre recordaremos con gustoso paladar los inefables "Puños de San Francisco" o las insuperables "tejas", de dulce recuerdo. No viene mal que cuando estemos en la entrada de esta población nos acerquemos (está a la izquierda si seguimos un poquito por la carretera) hasta el mencionado monasterio para adquirir en su torno auténticas ambrosías. Tanto es así que un peregrino que nos acompañaba en una ocasión le dijo a la madre que nos ofrecía los dulces: "madre, esto tiene que ser pecado por lo buenos que están". No sabemos si se sentiría halagada la madre ante tal comentario que, desde luego, hacía justicia a tan sabrosos postres, aunque el comentario pudiera entenderse como un poco "heterodoxo" aunque siempre con sana intención.
El peregrino puede empezar a sentir cómo, sin él proponérselo, su corazón empieza a latir con fuerza. Acaba de atravesar el rio Pisuerga y en las próximas etapas va a adentrarse en lo más profundo de Castilla, en lo más auténtico de estos desérticos parajes, en la sobria Tierra de Campos, en un paisaje que sobrecoje por su aridez y por sus inmensas llanadas de cereales de secano... Tierra de Campos, una comarca de gran extensión en donde sólo rige la horizontalidad, en donde la vista no tropieza con nada que la detenga y, por ello, por eso mismo, no tiene más remedio que elevarse hacia los cielos para distraer sus pensamientos en esas nubes de blancos y grises arremangados, en esos cielos azules y claros, tan claros y puros como nuestros pensamientos en esos instantes, porque Tierra de Campos predispone a una elevación de nuestro espíritu, al soliloquio más sincero con nosotros mismos y con ese algo indefinible que nos rodea, que no vemos, pero que sentimos que está ahí.
El autor siente una especial emoción cuando atraviesa el Pisuerga pues es conocedor de que está sumergiéndose en lo más profundo de los páramos castellanos, en una tierra en la cual los vientos no encuentran obstáculos que detengan su impulso, en la cual los pensamientos vagan de un lado a otro sin ser detenidos por ningún accidente geográfico, en la cual nos sentimos a solas con nosotros mismos en una infinitud que casi nos aterra por lo que tiene de sinceridad, de pureza, de misterio casi cósmico... E Ítero de la Vega es la primera población que encontraremos en la formidable Tierra de Campos.
Mas, para llegar a esta población, antes tenemos que atravesar un largo puente sobre el mencionado Pisuerga; un puente estrecho relativamente que requiere de semáforos y que se nos antoja muy antiguo a pesar de su buen estado de conservación (por las consiguientes reformas, claro). Es el Pons Fitere supra Pisorga Flumen del Códex.
Unos metros antes de llegar a este puente, encontraremos a nuestra izquierda una construcción totalmente rectangular que corresponde a la antigua ermita románico-gótica de San Nicolás y que hoy en día ha sido acondicionada como albergue de peregrinos por una comunidad italiana. Lamentablemente, sólo está abierto en el verano siendo así que el autor -en su primera peregrinación (año 2003) y única hecha en las postrimerías del verano y principios del otoño- (las demás peregrinaciones siempre han sido en invierno), llegó con gran ilusión a este lugar a muy temprana hora pues había leído que la congregación que regenta este albergue tiene la costumbre de realizar un lavatorio de pies a los primeros peregrinos que lleguen cada día y él deseaba participar en la ceremonia. Estuvo esperando mucho tiempo hasta que llegaron los que lo gestionan y se tuvo que conformar viendo cómo sólo lavaban los pies de las primeras peregrinas que llegaron más tarde (a última hora), y no de los peregrinos. ¡En fin, cosas del Camino!
Pero volvamos a Ítero de la Vega... Aquí, podemos contemplar un sobrio rollo jurisdiccional de fuste cuadrado con basamento en escalón que está rematado en su parte superior. Lamentablemente, aunque es de bella factura, algunas reparaciones se han solucionado de manera "no muy ortodoxa", por lo que su correcto acondicionamiento y su protección del tráfico rodado sería más que deseable.
Décima
quinta etapa
Poblaciones
por las que pasaremos:
Boadilla del
Camino
Frómista
Población de
Campos
Revenga de
Campos
Villarmentero
de Campos
Villalcázar de
Sirga
Carrión de los
Condes
También en esta población podremos encontrar un importante rollo jurisdiccional que, según nos dijo con mal disimulado orgullo un vecino de este pueblo, "es el más alto de toda la provincia de Palencia". Bueno, ahí dejamos el dato. De lo que no cabe ninguna duda es de su magnífica labra. De estilo gótico, es uno de los más bellos de toda España. Con basamento circular de cinco escalones, arranca el fuste, en discreta basa, formado por una extraordinaria decoración en la cual podemos hallar, entre sus delicadas ocho columnas, vieiras, medias conchas y cabezas de clavo. Más arriba, a poco que observemos, podremos encontrar el capitel adornado con la flora y fauna de la zona. A continuación, una cornisa adornada con cabezas de lobo y de león da paso a una especie de balconada en cuyo centro se alza, poderosa, una aguja gótica.
Frómista
El Canal de Castilla es una de esas obras faraónicas que se acometen de vez en cuando y que quedan -desafortunadamente- sin el uso para el que fuera concebido. En efecto, allá por la mitad del XVIII, en tiempos de Fernando VI y por iniciativa del Marqués de la Ensenada, comenzaron las obras de un gran canal que debería unir las ciudades de Segovia con Reinosa. El proyecto se materializó en tres canales con una longitud de 207 kilómetros cuyo mayor auge en el transporte mediante barcazas correspondió a la década 1860-1870 ya que pronto perdió el protagonismo que se le había querido dar pues la llegada del ferrocarril hizo quedar obsoleto este proyecto. Las diferencias de nivel en los terrenos eran salvadas mediante esclusas que todavía, en parte, se conservan hoy. (En esta obra se pueden ver varias fotografías del canal y de su sistema de esclusas).
Lo atravesaremos en las puertas de Frómista.
Frómista, además de sus monumentos religiosos -muy importantes- que daremos a conocer en "De las ermitas a las catedrales", tiene un importante casco urbano en el cual descubrimos a cada paso detalles que nos dejarán sumamente impresionados. Toda su arquitectura popular se despliega en una explosión de rincones, fachadas, lugares de un inequívoco y arcano sabor. El barro y la paja -el adobe- están omnipresentes, bien en solitario o revestidos con ladrillo para preserva su durabilidad. No son grandes monumentos civiles que destaquen por su grandiosidad, pero sí son monumentos humildes -en el sentido de no ampulosos- que no tienen nada que envidiar a otras manifestaciones arquitectónicas de mayor calado. En esta obra, nuestro siempre curioso lector podrá ver varias fotografías que se hacen eco de lo expresado.
Tampoco debemos perdernos el museo etnográfico -de iniciativa privada- que, situado junto a la iglesia de San Pedro, "Muestra lo que fue Frómista y Castilla, y realiza un recorrido por las distintas profesiones y oficios, mostrando los corespondientes aperos y herramientas. Es un lugar muy apropiado para apreciar el enorme trabajo y esfuerzo invertido en labores que ahora ya sólo se conservan en el recuerdo". (Entresacado de la página "fromista.com").
Lo atravesaremos en las puertas de Frómista.
Frómista, además de sus monumentos religiosos -muy importantes- que daremos a conocer en "De las ermitas a las catedrales", tiene un importante casco urbano en el cual descubrimos a cada paso detalles que nos dejarán sumamente impresionados. Toda su arquitectura popular se despliega en una explosión de rincones, fachadas, lugares de un inequívoco y arcano sabor. El barro y la paja -el adobe- están omnipresentes, bien en solitario o revestidos con ladrillo para preserva su durabilidad. No son grandes monumentos civiles que destaquen por su grandiosidad, pero sí son monumentos humildes -en el sentido de no ampulosos- que no tienen nada que envidiar a otras manifestaciones arquitectónicas de mayor calado. En esta obra, nuestro siempre curioso lector podrá ver varias fotografías que se hacen eco de lo expresado.
Tampoco debemos perdernos el museo etnográfico -de iniciativa privada- que, situado junto a la iglesia de San Pedro, "Muestra lo que fue Frómista y Castilla, y realiza un recorrido por las distintas profesiones y oficios, mostrando los corespondientes aperos y herramientas. Es un lugar muy apropiado para apreciar el enorme trabajo y esfuerzo invertido en labores que ahora ya sólo se conservan en el recuerdo". (Entresacado de la página "fromista.com").
Constituyó señorío de la Orden Hospitalaria y Militar de San Juan de Jerusalén o Caballeros de Rodas y Malta. Aproximadamente por los siglos XII y XIII, Población de Campos llegó a tener dos hospitales de peregrinos conocidos como el de Nuestra Señora de la Misericordia y el de San Miguel -en la actualidad no quedan vestigios de ellos-.
Nos llamarán la atención unas construcciones cilíndricas o cuadradas que son muy pequeñas para ser una casa y muy grandes para ser otra cosa. Bien, debemos saber que nos encontramos en tierra de palomares, unas tradicionales construcciones que tienen como única misión -o tenían- la de criar palomas. Hechos de barro y paja, se mantienen hoy en día gracias a subvenciones pues se intenta mantener esa figura tan característica de estas tierras.
Nos llamarán la atención unas construcciones cilíndricas o cuadradas que son muy pequeñas para ser una casa y muy grandes para ser otra cosa. Bien, debemos saber que nos encontramos en tierra de palomares, unas tradicionales construcciones que tienen como única misión -o tenían- la de criar palomas. Hechos de barro y paja, se mantienen hoy en día gracias a subvenciones pues se intenta mantener esa figura tan característica de estas tierras.
(imagen provisional)
Según se detalla en el Boletín Oficial de Castilla y León -nº 64 de fecha 2003- la bandera de Revenga de Campos será: Rectangular de proporciones 2:3, formada por un paño verde, con una franja roja de 1/4 del ancho de la bandera , fileteada de blanco, desde la parte superior del asta inferior del batiente, cargada ésta con una venera blanca junto al asta. Recordemos que, en el caso del Camino de Santiago, una venera es identificable como una vieira.
Revenga de Campos
"En estando" ocupados con la degustación de un sabroso bocadillo, se nos acercó un hombre de recia estampa, faz alargada que presentaba grandes surcos en su superficie -como en los arados campos castellanos-, nariz prominente y ojos vivarachos para, después de observarnos atentamente, preguntar... Buenas, ¿qué tal hoy el camino?
Entablamos una amistosa conversación y "vino en decirnos" que para que usted lo sepa", en este pueblo, aquí donde lo ve, estuvo durmiento el emperador. Ya, le contestamos. ¿Qué emperador? El hombre volvió a mirarnos de arriba abajo y exclamó con aire de sorpresa... ¡Qué emperador va a ser! ¡El que durmió aquí! ¡Carlos V! Guardamos un respetuoso silencio y esperamos a que siguiera hablando... Pues han de saber ustedes -continuó- que ese señor estuvo durmiendo en una casa que había aquí con foso, con agua y ¡hasta con un puente de esos que se levantan!
Le invitamos a un trago, seguimos charlando algo y salimos al poco con la satisfacción de saber un poquito más de la historia de estas entrañables tierras.
Revenga de Campos nos saludará con un bonito monumento metálico a los peregrinos que fue instalado con motivo del jacobeo 2004. También, cómo no, veremos algunos de esos palomares que tanto adornan estos paisajes aunque contemplemos con pena cómo algunos de ellos están en estado catatónico, tal es su aspecto de derrumbe inminente.
Entablamos una amistosa conversación y "vino en decirnos" que para que usted lo sepa", en este pueblo, aquí donde lo ve, estuvo durmiento el emperador. Ya, le contestamos. ¿Qué emperador? El hombre volvió a mirarnos de arriba abajo y exclamó con aire de sorpresa... ¡Qué emperador va a ser! ¡El que durmió aquí! ¡Carlos V! Guardamos un respetuoso silencio y esperamos a que siguiera hablando... Pues han de saber ustedes -continuó- que ese señor estuvo durmiendo en una casa que había aquí con foso, con agua y ¡hasta con un puente de esos que se levantan!
Le invitamos a un trago, seguimos charlando algo y salimos al poco con la satisfacción de saber un poquito más de la historia de estas entrañables tierras.
Revenga de Campos nos saludará con un bonito monumento metálico a los peregrinos que fue instalado con motivo del jacobeo 2004. También, cómo no, veremos algunos de esos palomares que tanto adornan estos paisajes aunque contemplemos con pena cómo algunos de ellos están en estado catatónico, tal es su aspecto de derrumbe inminente.
Los palomares, otra vez, hacen acto de presencia y, como suele ser habitual por estas zonas, sus casas en arquitectura tradicional, harán las delicias de nuestro afán por encontrar ese pequeño detalle que llene el objetivo de nuestra cámara o la pupila de nuestra alma.
Villalcázar de Sirga
E dest' en Vila-Sirga miragre mui fremoso
mostrou a Virgen, Madre de Deus, Rey grorioso,
e ontr' os seus miragresé d'oyr piadoso,
de que ela faz muitos nobres e mui preçados.
Razon an de seerenseus miragres contados...
(entresacado de las Cantigas de Alfonso X El Sabio)
(entresacado de las Cantigas de Alfonso X El Sabio)
Antiguamente -e incluso hoy- llamada Villasirga (Vila-Sirga), ahora recibe la denominación de Villalcázar de Sirga. Alfonso X El Sabio compuso sus famosas cantigas en loor de la Virgen Blanca; en loor de la figura que podemos ver en el interior de la iglesia templaria -que otrora estuviese fortificada- de esta interesante población. Pero todo esto lo ampliaremos en el capítulo "De las ermitas a las catedrales".
Nada más atravesar la carretera que va de Arconada a Villoldo, veremos a nuestra derecha, adosado a un tapial, uno de los tantos palomares que iremos descubriendo por estas zonas. Otros los podremos ver en el interior de la población, escondidos entre las casas mientras que uno que es claramente visible desde el camino, se encuentra en un lamentable estado agónico. Por supuesto, mientras recorremos las calles de esta ciudad, iremos descubriendo múltiples detalles de su siempre sorprendente arquitectura tradicional.
Carrión de los Condes
El museo de arte sacro nos muestra una muy interesante exposición relacionada con el Camino. Podremos subir a su campanario -cuidado, la escalera es de caracol, muy cerrada y al bajar se suele salir algo mareado.
También encontraremos, ya saliendo de la ciudad, el imponente edificio del monasterio de San Zoilo (convertido hoy en hotel con el nombre de "Hotel Real Monasterio de San Zoilo") que fuera antiguamente un lugar muy renombrado pues era lugar de acogida de peregrinos y según nos aseguraron al pasar por su frente... "aquí daban de comer pan y de beber vino a discreción. Sí, sí, todo lo que se quisiera".
También encontraremos, ya saliendo de la ciudad, el imponente edificio del monasterio de San Zoilo (convertido hoy en hotel con el nombre de "Hotel Real Monasterio de San Zoilo") que fuera antiguamente un lugar muy renombrado pues era lugar de acogida de peregrinos y según nos aseguraron al pasar por su frente... "aquí daban de comer pan y de beber vino a discreción. Sí, sí, todo lo que se quisiera".
Décima
sexta etapa
Poblaciones
por las que pasaremos:
Calzadilla de
la Cueza
Podríamos casi (o sin casi) decir que se perdona al peregrino que, llegado a esta singular población, no abandone el albergue en ningún momento para recorrer las calles siempre importantes en su arquitectura popular, como la calle Mayor, la sinuosa y casi laberíntica calle del Corro o la curiosa denominación de las calles "traseras" en un paralelismo con aquellas otras calles que en Latinoamérica han venido en llamarse "respaldo".
Las ruinas del antiguo monasterio de Santa María de las Tiendas nos observarán a nuestro paso hacia Lédigos.
El nombre de Calzadilla proviene de una antigua calzada (la Vía Trajana) que aún se conserva en parte y que fue construída por los romanos sirviendo posteriormente como senda de los peregrinos de Santiago. Bien, pero dejémonos de disquisiciones más o menos curiosas y pasemos a explicar el porqué de ese "se perdona al peregrino" mencionado al principio... Creemos que ya se explicó en su momento que la etapa que nos acerca a esta pequeña población es, en opinión del autor, una de las más bellas de todo el recorrido jacobeo. Por supuesto, habrá más de uno que no vea la belleza por ninguna parte y ello es debido a que esa belleza no puede ser vista con los ojos sino que ha de ser contemplada con la mirada del alma; un alma que se sentirá empapada del espíritu de antaño, de cuando los peregrinos "penaban" por llegar a su destino. En efecto, ya creemos haber expuesto que catorce kilómetros andando en la nada más absoluta, con un piso que nos "machaca" los pies y con un paisaje que sólo presenta la línea del horizonte -allá, a lo lejos, muy lejos- no puede ser apreciada por el común de los mortales. Sin embargo, el peregrino invernal, con sus motivaciones, sus muchos kilómetros a la espalda y con esa sensibilidad especial que ya habrá adquirido, seguro que disfruta -casi en sentido "masoquista", si se quiere- de esta etapa; de una etapa en la cual estaremos a solas con nosotros mismos en un océano terroso en el que incluso parece que los surcos sementeros fueran olas que se movieran a nuestro paso.
Pero dejemos un poco todo esto -por no parecer redundantes e, incluso, "pesados" y pasemos a nuestra siguiente etapa...
Décima
séptima etapa
Poblaciones
por las que pasaremos:
Lédigos
Terradillos de
los Templarios
Moratinos
San Nicolás
del Real Camino
Sahagún
Otra vez, los palomares que, en su mayoría de planta circular y muy buen estado de conservación, dan un aire de imagen al óleo
para estas tierras de ascetismo sublimado hasta la máxima expresión. Pero no se trata, en ningún momento, de un ascetismo triste, mediocre, aplastante... No, nada más lejos de la realidad. Lédigos, como otras muchas poblaciones por las que pasaremos en este tramo de nuestra peregrinación, se enmarca en un ascetismo "gozoso" en el cual nuestro espíritu sobrevuela esos desnudos campos y se eleva hacia ese magnífico cielo que le da color y sentido. Ésto es Castilla: tierra de sensaciones y de elevación del alma.
Lédigos tiene rincones muy bellos en los cuales descubrimos encuadres que nos sorprenderán por su originalidad. La vista desde la parte inferior de la calle que conduce a su iglesia es, ciertamente, muy fotogénica.
Lédigos tiene rincones muy bellos en los cuales descubrimos encuadres que nos sorprenderán por su originalidad. La vista desde la parte inferior de la calle que conduce a su iglesia es, ciertamente, muy fotogénica.
Encomienta templaria en su momento, en la comarca de Vega-Valdavia, en el municipio de Lagartos, se encuentra la pedanía de Terradillos de los Templarios. Esta población, con sus siempre entrañables casas de adobe y sus palomares en mejor o peor estado de conservación, nos despide para que podamos llegar a...
Lo primero que nos llamará la atención según nos acercamos a esta población, serán las bodegas excavadas y las casas de adobe. Parece increíble -para los que somos legos en estas materias constructivas- que el "simple" barro aunado con la humildísima paja puedan dar lugar a un material tan resistente y tan bello a la vez. Sí, Moratinos nos dejará un muy grato recuerdo por abrirnos sus brazos para que seamos protagonistas de una inmersión en la propia tierra que nos sustenta. Es, ¿cómo diríamos?, es algo así como si el terroso suelo se convirtiera en arte tanto en la superficie como en su interior. Casas construídas con la propia tierra que las circunda y bodegas que se adentran en sus entrañas. Todo un ejemplo de unidad paisajística y humana.
Nuevamente, y sin querer ser repetitivos, la arquitectura tradicional del adobe y los palomares serán los elementos civiles que más nos llamen la atención. Alguna que otra recoveca plazuela nos dará, cómo no, oportunidad de solazarnos en un reparador descanso mientras, tal vez, saboreamos alguna galletita de estas tierras cerealistas. En este sentido, el autor, que ha vivido varios años al otro lado del Atlántico, en la isla llamada en otros tiempos La Hispaniola y más concretamente en la República Dominicana, sabe lo deliciosas que saben estas galletas producidas en tierras palentinas sobre todo si estamos fuera de nuestra casa; fuera del solar patrio. Poder comprar galletas palentinas en Santo Domingo de Guzmán, en pleno Caribe, no tiene precio. Pero, una vez más, dejémonos de divagaciones y sigamos nuestro caminar hacia nuestro siguiente afán...
El arco barroco de San Benito nos sorprenderá por encontrarse en medio de una calle (o desarrollo de la carretera N-120) como puerta hacia ninguna parte o, por mejor decir ya que esa fue la idea original del ingeniero de caminos Eduardo Saavedra, como majestuoso arco del triunfo pues se encontraba en muy buen estado al haber sido construida -o reconstruida, según se mire- en 1662 para sustituir la portada románica meridional de la iglesia abacial del monasterio Real de San Benito.
Sahagún no dejará de sorprendernos por su gran cantidad de monumentos; monumentos entre los cuales podremos destacar (pues son muchos los de carácter religioso, que se dejan para su correspondiente apartado) el puente del Canto, sobre el río Cea, que, con sus cinco arcos apoyados sobre macizas pilastras, se presenta en magnífico estado de conservación (después de "tropecientas" restauraciones, claro). También queremos hacer notar otro monumento que aunque sea de carácter religioso, al haber sido desacralizado y tener otra función específica en la acualidad, podremos encuadrarlo como "edificio civil". Nos referimos a la que fuera iglesia de la Trinidad y que en la actualidad está destinada a albergue de peregrinos (magnífico en un escenario grandioso), oficina de turismo y sala de teatro y de actos varios. Además, no podemos olvidar la plaza Mayor, con su templete y su rumorosa fuente.
Por añadidura de lo ya citado, tenemos forzosamente que insistir en la ya manida -nunca peyorativa, que conste- arquitectura tradicional, con sus entramados de madera formando la estructura del edificio con relleno de ladrillo o adobes y, también una vez más, los palomares cuya estampa es inseparable de estas tierras que vamos dejando atrás.
En los tiempos álgidos de las peregrinaciones, esta población tenía fama por ser la ciudad que se destacaba sobre las demás en su vida alegre y nocturna pues era algo así como una especie de “Sodoma y Gomorra” bíblica -salvando las diferencias y sin que nadie se moleste; sólo constatamos un dato histórico-. Hoy en día queda un pequeño club en una discreta calle de la ciudad.
Sahagún no dejará de sorprendernos por su gran cantidad de monumentos; monumentos entre los cuales podremos destacar (pues son muchos los de carácter religioso, que se dejan para su correspondiente apartado) el puente del Canto, sobre el río Cea, que, con sus cinco arcos apoyados sobre macizas pilastras, se presenta en magnífico estado de conservación (después de "tropecientas" restauraciones, claro). También queremos hacer notar otro monumento que aunque sea de carácter religioso, al haber sido desacralizado y tener otra función específica en la acualidad, podremos encuadrarlo como "edificio civil". Nos referimos a la que fuera iglesia de la Trinidad y que en la actualidad está destinada a albergue de peregrinos (magnífico en un escenario grandioso), oficina de turismo y sala de teatro y de actos varios. Además, no podemos olvidar la plaza Mayor, con su templete y su rumorosa fuente.
Por añadidura de lo ya citado, tenemos forzosamente que insistir en la ya manida -nunca peyorativa, que conste- arquitectura tradicional, con sus entramados de madera formando la estructura del edificio con relleno de ladrillo o adobes y, también una vez más, los palomares cuya estampa es inseparable de estas tierras que vamos dejando atrás.
En los tiempos álgidos de las peregrinaciones, esta población tenía fama por ser la ciudad que se destacaba sobre las demás en su vida alegre y nocturna pues era algo así como una especie de “Sodoma y Gomorra” bíblica -salvando las diferencias y sin que nadie se moleste; sólo constatamos un dato histórico-. Hoy en día queda un pequeño club en una discreta calle de la ciudad.
Décima
octava etapa
Poblaciones
por las que pasaremos:
Bercianos del Real Camino
El Burgo
Ranero
Reliegos de
las Matas
(imagen provisional)
En el Boletín Oficial de Castilla y León nº 237 del año 2001, se publicó la bandera y escudo del pueblo de Bercianos del Real Camino. Dice dicha resolución: Bandera rectangular, de proporciones 2:3, formada por una banda blanca del ángulo superior del asta al inferior del batiente, cargada con una venera roja a 1/3 del asta, siendo el triángulo del asta azul y amarillo el del batiente. Como siempre -no hace falta recordarlo- la venera es equivalente a la vierira y tiene su presencia para destacar la vinculación del pueblo al Camino de Santiago.
En el Boletín Oficial de Castilla y León nº 237 del año 2001, se publicó la bandera y escudo del pueblo de Bercianos del Real Camino. Dice dicha resolución: Bandera rectangular, de proporciones 2:3, formada por una banda blanca del ángulo superior del asta al inferior del batiente, cargada con una venera roja a 1/3 del asta, siendo el triángulo del asta azul y amarillo el del batiente. Como siempre -no hace falta recordarlo- la venera es equivalente a la vierira y tiene su presencia para destacar la vinculación del pueblo al Camino de Santiago.
Bercianos del Real Camino
Una discreta fuente decorada con una vieira, nos dará la bienvenida. Ya estamos en tierras de León (Sahagún fue el primer pueblo -o pequeña ciudad-) y seguimos con los elementos característicos que nos han acompañado hasta aquí: la arquitectura tradicional y los inseparables palomares. Sin embargo -¡Ay, siempre tiene que haber un "sin embargo"!- muchas de estas casas han sido últimamente "mejoradas" o remodeladas y han perdido por completo su carácter tradicional. Ahora son casas modernas con un estilo anodino pero, sin duda, más cómodas para sus habitantes. Bien, siempre debemos alegrarnos del progreso, aunque...
Tal vez, el curioso lector de esta bitácora o blog, esté interesado en saber que el origen del nombre de Bercianos (lo del Real Camino es evidente) proviene del hecho de que fueran sus primeros pobladores de la comarca leonesa de El Bierzo.
Y así pasamos a nuestra siguiente población...
Tal vez, el curioso lector de esta bitácora o blog, esté interesado en saber que el origen del nombre de Bercianos (lo del Real Camino es evidente) proviene del hecho de que fueran sus primeros pobladores de la comarca leonesa de El Bierzo.
Y así pasamos a nuestra siguiente población...
El Burgo Ranero
Algún vecino
nos comentará que en una casona de esta población, que todavía existe -"al menos parte de ella"- durmieron los Reyes Católicos
en su peregrinación a Santiago de Compostela… Al menos, eso dicen… Por otro
lado, y como no podría ser de otra manera, citar la arquitectura tradicional y su famosa laguna que le da nombre. En efecto, el Burgo Ranero (antiguamente: Raneros) debe su apelativo a... Pero veamos (con permiso del amable lector) un delicioso comentario aparecido en el Diario de León allá por el mes de diciembre del año 2002... Dice: "
Burgo Ranero quiere decir poblado surgido al lado de charcas, lagunillas
o carrizales, donde croan, cantan o por lo menos hay y toman el sol y
se hidrogenan las simpáticas ranas y ranitas de color más o menos verde,
ocre o amarronado. Es lástima que con frecuencia las charcas o
lagunillas duren menos que cantan ranas, porque ellas son como el
tablado donde ensayan y ejecutan sus conciertos humedisecos las ranas.
Esos lugares y sus habitantes decimos que suelen estar extramuros o en
el burgo, términos que en muchos casos, por no decir en todos, quieren
decir lo mismo. Fundados en tal equivalencia, podíamos decir que las
ranas y ranitas son también burguesas. Que unas y otras -lagunillas y
ranas- existieron con profusión en el contorno de Sahagún y de las
Matas, es cosa sabida y vista y oída.
El nombre de El Burgo es otro testimonio más de esta tradición".
La verdad sea dicha, no nos hemos podido resistir a insertarlo en este trabajo.
La verdad sea dicha, no nos hemos podido resistir a insertarlo en este trabajo.
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Imagen de archivo (ruinas de una antigua iglesia) |
Reliegos de las Matas
Nuevamente se
nos presentan agrupaciones de bodegas que entroncan la superficie con las entrañas de la propia tierra. En esta población, en Reliego de las Matas, podremos encontrar también unas ruinas -"muy ruinosas"- de una antigua iglesia que forman una bellísima estampa en el entorno "bodeguero".
Es curioso cómo unas cosas llaman a otras… Nos explicamos: "Resulta y acontece" que en esta pedanía se han localizado restos prehistóricos de ceraunias... ¿Cera quéee? Sí, de "ceraunias" que no es otra cuestión que esas piedras acabadas en punta que nuestros antepasados -muy antepasados- utilizaban para sus quehaceres cotidianos. Bien, pues hemos de saber que estas piedras talladas (hachas) reciben el nombre de "piedras de rayo" aunque en otras culturas también han recibido -sorprendentemente- denominaciones muy similares, como "piedras de trueno" (en Islandia o Japón), "flechas de Dios " (en Hungría), "dientes de rayo" (en Java) o "dardos de hada" (en Irlanda) por no citar más que unos pocos ejemplos de la increíble similitud en las nominaciones dadas a nivel mundial.
¿Y por qué todo esto? Bueno, pues viene a colación de que en el año 1947, a las ocho de la mañana del día 28 de diciembre (¡encima, para colmo, el día de los Santos Inocentes!) un fuerte ruido asustó a todos los que estaban por allí y concretamente a los que andaban o faenaban en las inmediaciones de la calle Real, que no es otra que la calle por la que pasa el Camino de Santiago. Hubo quien pensó que acababa de estrellarse un avión. Hubo quien pensó que se trataba de una explosión de ignoto origen... Pero no, no se trataba de nada de lo anterior; se trataba de lo que menos podían imaginar: un meteorito. Sí, nada más y nada menos que un meteorito de casi nueve kilos de peso.
En la actualidad, dicho meteorito está expuesto en el Museo Nacional de Ciencias de Madrid y también se da la circunstancia de que, al día de hoy, es todavía el último meteorito catalogado en España. Hecho curioso, sin duda.
Es curioso cómo unas cosas llaman a otras… Nos explicamos: "Resulta y acontece" que en esta pedanía se han localizado restos prehistóricos de ceraunias... ¿Cera quéee? Sí, de "ceraunias" que no es otra cuestión que esas piedras acabadas en punta que nuestros antepasados -muy antepasados- utilizaban para sus quehaceres cotidianos. Bien, pues hemos de saber que estas piedras talladas (hachas) reciben el nombre de "piedras de rayo" aunque en otras culturas también han recibido -sorprendentemente- denominaciones muy similares, como "piedras de trueno" (en Islandia o Japón), "flechas de Dios " (en Hungría), "dientes de rayo" (en Java) o "dardos de hada" (en Irlanda) por no citar más que unos pocos ejemplos de la increíble similitud en las nominaciones dadas a nivel mundial.
¿Y por qué todo esto? Bueno, pues viene a colación de que en el año 1947, a las ocho de la mañana del día 28 de diciembre (¡encima, para colmo, el día de los Santos Inocentes!) un fuerte ruido asustó a todos los que estaban por allí y concretamente a los que andaban o faenaban en las inmediaciones de la calle Real, que no es otra que la calle por la que pasa el Camino de Santiago. Hubo quien pensó que acababa de estrellarse un avión. Hubo quien pensó que se trataba de una explosión de ignoto origen... Pero no, no se trataba de nada de lo anterior; se trataba de lo que menos podían imaginar: un meteorito. Sí, nada más y nada menos que un meteorito de casi nueve kilos de peso.
En la actualidad, dicho meteorito está expuesto en el Museo Nacional de Ciencias de Madrid y también se da la circunstancia de que, al día de hoy, es todavía el último meteorito catalogado en España. Hecho curioso, sin duda.
Décima
novena etapa
Poblaciones
por las que pasaremos:
Mansilla de
las Mulas
Villamoros de
Mansilla
Puente de
Villarente
Arcahueja
León
Mansilla de las Mulas
En primer lugar deberíamos destacar sus impresionantes murallas (en fase de restauración) que nos dejarán, sin duda, asombrados. Sólo decir que en algunos puntos la muralla tiene ¡más de 14 metros de altura! y que el espesor de sus muros ¡llega a tener 3 metros! También nos llamarán la atención sus cubos. En efecto, a una distancia de unos cuarenta metros unos de otros, veremos seis torres albarranas (torres a modo de baluartes muy fuertes). En su interior existe una escalera que da acceso al andén o ronda superior, dándose la circunstancia de que en una de estas torres se permite la subida para admirar desde tan privilegiada atalaya, Mansilla y su entorno.
El llamado Arco de Santa María es la única puerta que se conserva en buen estado de todas las que existían en el recinto amurallado… También llamada Puerta de la Concepción, es la que daba entrada en la ciudad a la calzada romana que por aquí discurría.
En cuanto a su arquitectura tradicional, tenemos bellos ejemplos en esta población que nos asombrarán por su espectacularidad. Tampoco debemos dejar de visitar la Plaza del Grano o la Plaza del Pozo, como asimismo el Museo Etnográfico.
En fin, tantos y tantos lugares... ¡Ah, por Dios! ¡Se nos olvidaba el precioso monumento al peregrino que se encuentra situado en la entrada del pueblo según caminanos por la senda jacobea! Creemos que es un monumento que nos llamará la atención.
El llamado Arco de Santa María es la única puerta que se conserva en buen estado de todas las que existían en el recinto amurallado… También llamada Puerta de la Concepción, es la que daba entrada en la ciudad a la calzada romana que por aquí discurría.
En cuanto a su arquitectura tradicional, tenemos bellos ejemplos en esta población que nos asombrarán por su espectacularidad. Tampoco debemos dejar de visitar la Plaza del Grano o la Plaza del Pozo, como asimismo el Museo Etnográfico.
En fin, tantos y tantos lugares... ¡Ah, por Dios! ¡Se nos olvidaba el precioso monumento al peregrino que se encuentra situado en la entrada del pueblo según caminanos por la senda jacobea! Creemos que es un monumento que nos llamará la atención.
Su arquitectura tradicional será lo más relevante que nos salga al paso.
Este puente medieval, sobre el Porma, tiene una
antigüedad que le remonta al siglo XII, al menos, pues ya se cita en el tan
mencionado “Codex”… Por cierto, teníamos entendido que en el presente año (2012) se iban a iniciar las obras para habilitar una pasarela metálica con la finalidad de que los peregrinos puedan cruzar el Porma sin tener que ser rasurados por camiones, coche, motocicletas... que pasan a escasos milímetros del aterrorizado jacobita. La verdad es que el redactor de esta bitácora o blog puede asegurar que impresiona la proximidad de los vehículos, dándose el caso de tener que atravesarlo con el bordón ligeramente levantado para que se separaran un poco pues ya es conocido a nivel mundial -o casi- que a los conductores les importa más un rasponazo en la pintura de su vehículo que un rozadura con un peregrino o peatón. (Pido disculpas por tan temeraria afirmación, pero podemos asegurar que en algunos casos es así). En fin, esperemos que este año llegue la tan necesaria pasarela; aunque nos tememos que con esto de la crisis...
Casas de adobe reciben al peregrino aunque, es inevitable, la proximidad de la gran urbe de León ha influido grandemente en la modernización de muchas de las casas de esta población. En este sentido, podemos citar unas pallozas que veremos en esta localidad pero que no son "ancestrales", sino que han sido construidas recientemente para dar forma y contenido a un restaurante que se publicita como "medieval".
León
Otra vez estamos en el mismo problema: ¿Qué monumentos citar? La Legio VI Victrix romana estableció aquí sus campamentos para, con el tiempo, servir de asentamiento definitivo de la Legio VII Gemina. Esto explica por qué hasta hace no mucho tiempo el gentilicio de los habitantes de esta ciudad era "legionense" y no como ahora se dice "leonés".
Bien, hecha esta curiosa y siempre interesante introducción, pasemos a los monumentos civiles... ¿Cuáles? Son tantos que nos vemos en el mismo problema de otras grandes e históricas ciudades: ¿Qué destacar? En fin, tendremos que empezar por alguno... Por ejemplo, no debemos perdernos la visita a su Plaza Mayor, con su antigua Casa Consistorial, o la visita de obligado cumplimiento a lo que fuera en su origen hospital de peregrinos y después fuera -entre otros muchos destinos- sede de la Orden de Caballería de Santiago -hoy convertido en un hotel de alto lujo denominado "Parador Hostal de San Marcos"- a la Casa Botines, dirigida por el mismísimo Gaudí, o al Palacio de los Guzmanes...
Otros edificios que también tienen un carácter interesante (recordemos que los edificios religiosos se reseñan en un capítulo aparte) podrían ser: el Palacio del Conde de Luna, el Arco de la Cárcel o Puerta Castillo (la única de las puertas de entrada a la ciudad que se conserva)... La Plaza del Grano (junto al albergue de Las Carbajalas)...Y, en definitiva, otros muchos monumentos que dejamos a la curiosidad -y ganas de andar- del peregrino su oportuno descubrimiento... como -ya para terminar- el llamado "Barrio Húmedo" que no es otra cosa que el barrio por excelencia de los bares con sus famosas tapas y aperitivos; barrio inmerso en estrechas calles aliviadas tan sólo por alguna que otra placita de recatado aspecto.
Bien, hecha esta curiosa y siempre interesante introducción, pasemos a los monumentos civiles... ¿Cuáles? Son tantos que nos vemos en el mismo problema de otras grandes e históricas ciudades: ¿Qué destacar? En fin, tendremos que empezar por alguno... Por ejemplo, no debemos perdernos la visita a su Plaza Mayor, con su antigua Casa Consistorial, o la visita de obligado cumplimiento a lo que fuera en su origen hospital de peregrinos y después fuera -entre otros muchos destinos- sede de la Orden de Caballería de Santiago -hoy convertido en un hotel de alto lujo denominado "Parador Hostal de San Marcos"- a la Casa Botines, dirigida por el mismísimo Gaudí, o al Palacio de los Guzmanes...
Otros edificios que también tienen un carácter interesante (recordemos que los edificios religiosos se reseñan en un capítulo aparte) podrían ser: el Palacio del Conde de Luna, el Arco de la Cárcel o Puerta Castillo (la única de las puertas de entrada a la ciudad que se conserva)... La Plaza del Grano (junto al albergue de Las Carbajalas)...Y, en definitiva, otros muchos monumentos que dejamos a la curiosidad -y ganas de andar- del peregrino su oportuno descubrimiento... como -ya para terminar- el llamado "Barrio Húmedo" que no es otra cosa que el barrio por excelencia de los bares con sus famosas tapas y aperitivos; barrio inmerso en estrechas calles aliviadas tan sólo por alguna que otra placita de recatado aspecto.
Vigésima
etapa
Poblaciones
por las que pasaremos:
Trobajo del
Camino
La Virgen del
Camino
Valverde de la
Virgen
San Miguel del
Camino
Villadangos
del Páramo
San Martín del
Camino
Puente y
Hospital de Órbigo
Esta población se encuentra unida a la de León y recibía antiguamente el nombre de Trobajo de Arriba o Trobajo de Suso. Sin embargo, nos llamará la atención que lo que hoy se conoce como Trobajo, esté compuesto por Trobajo del Camino, Trobajo de Cerecedo o de Abajo y Trobajuelo que en los archivos medievales aparecían como Trebalio, Tropalio y Troballo. Bueno, no son monumentos civiles pero creemos que estas curiosidades puede que sean del interés de alguno de los pacientes lectores. Ahí queda el dato.
Nada más pasar las vías del tren por una pasarela entramos en esta localidad que, dada la proximidad a la que es sede de la Pulchra Leonina, ha perdido gran parte del encanto de ser una ciudad apegada a su tierra y tradiciones con lo que ello implica de modernización de todo su municipio aunque todavía podemos deleitarnos con algunos edificios, en piedra y ladrillo, de bella estampa.
Nada más pasar las vías del tren por una pasarela entramos en esta localidad que, dada la proximidad a la que es sede de la Pulchra Leonina, ha perdido gran parte del encanto de ser una ciudad apegada a su tierra y tradiciones con lo que ello implica de modernización de todo su municipio aunque todavía podemos deleitarnos con algunos edificios, en piedra y ladrillo, de bella estampa.
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Imagen de archivo (travesía de la ciudad) |
La Virgen del Camino
Situada sobre una loma, a unos 906 metros de altitud (aunque haya quien diga que está a 920), está expuesta a los fríos vientos que le llegan de las no tan lejanas montañas de la Cordillera Cantábrica o de los próximos Montes de León. Como quiera que se encuentra bajo la influencia de la gran capital que es la ciudad de León, también ha perdido una parte de su esencia primigenia aunque podamos ver algunas construcciones singulares.
Esta población es similar a las que ya vamos dejando atrás estando, por ello, muy influenciada por León, la gran urbe que tan próxima se encuentra. Nos llamará la atención una espadaña que está repleta de nidos de cigüeñas pues podemos afirmar sin temor a equivocarnos que a esas cigüeñas se les ha acabado el "terreno urbanizable".
Hacemos los mismos comentarios vertidos en las poblaciones inmediatamente anteriores aunque ya empezamos a ver más casas de arquitectura tradicional pues la influencia de la capital se va diluyendo poco a poco. Apreciaremos, al salir de San Miguel del Camino, que nos encontramos en tierras de páramo; en tierras yermas en donde los vientos se enseñorean del lugar y someten a sus caprichos a todos aquellos que pasan por sus predios.
Villadangos del Páramo
A decir verdad, en esta etapa también nos encontramos con uno de esos lugares en los cuales nos dicen que vayamos por aquí... ¡No, no!, ¡vaya usted por allá! ¡Quia, hombre! -o mujer-, ¡que es mejor por aquí, que se lo digo yo! (Y así siempre). Pues hemos de saber, estimado y paciente lector, que al llegar a la altura del santuario de la Virgen del Camino, al desviarnos a la izquierda, bajaremos una pequeña cuesta y nos encontraremos con "un montón" de pintadas en la calzada (podemos ver dicho sitio en una fotografía de esta obra). Ahí, en la calzada, en letra de color amarillento en su mayor parte, se nos dice que no sigamos de frente y que torcamos a la izquierda pues es lo mejor, lo más bucólico, lo "fetén". Claro que, por otro lado, también se nos dice que sigamos de frente porque es la senda original... Y que si esto o lo otro o lo de más allá. (¡Señor, qué cruz!).
Conviene, no obstante, que sepamos que si bien es cierto que la variante de la izquierda se aparta del trazado de la carretera y pasa por pueblos interesantes en su esencia local, también es cierto que si seguimos de frente llegaremos a una población tan vinculada al Camino como pueda ser Villandangos del Páramo en la cual nos encontraremos con un albergue magníficamente atendido con mimo por su hospitalera que nos llevará en esta época un cubo lleno de leña y nos encenderá ella misma la chimenea para que no pasemos frío. (Que conste que esto se reseña como experiencia propia pasada y NUNCA como unos datos que deban exigirse a nuestra llegada. No obstante, creemos firmemente que este comentario es ocioso ya que el peregrino del invierno NUNCA es un turista y por lo tanto nunca exigirá nada; antes al contrario, agradecerá todo aquello que se le brinde, sea mucho o poco -que siempre será bastante-).
El autor ha recorrido los dos itinerarios y prefiere -a título personal, por supuesto- el trazado "histórico"; es decir, el que pasa por Villadangos del Páramo.
Bueno, pero no nos desviemos de la finalidad principal de este apartado: los monumentos civiles... ¿Cuáles citar? Bien, dado que el protagonismo principal se lo lleva la iglesia de Santiago Apóstol con unos detalles "sabrosísimos" que ya comentaremos en su lugar correspondiente, nos quedaría citar la calle Real que aunque no destaque hoy en día por aquello de la remodelación urbanística, sigue siendo el lugar histórico por el que transitaron, transitan y transitarán miles y miles de peregrinos que, en definitiva, pisan el llamado Camino Real.
Conviene, no obstante, que sepamos que si bien es cierto que la variante de la izquierda se aparta del trazado de la carretera y pasa por pueblos interesantes en su esencia local, también es cierto que si seguimos de frente llegaremos a una población tan vinculada al Camino como pueda ser Villandangos del Páramo en la cual nos encontraremos con un albergue magníficamente atendido con mimo por su hospitalera que nos llevará en esta época un cubo lleno de leña y nos encenderá ella misma la chimenea para que no pasemos frío. (Que conste que esto se reseña como experiencia propia pasada y NUNCA como unos datos que deban exigirse a nuestra llegada. No obstante, creemos firmemente que este comentario es ocioso ya que el peregrino del invierno NUNCA es un turista y por lo tanto nunca exigirá nada; antes al contrario, agradecerá todo aquello que se le brinde, sea mucho o poco -que siempre será bastante-).
El autor ha recorrido los dos itinerarios y prefiere -a título personal, por supuesto- el trazado "histórico"; es decir, el que pasa por Villadangos del Páramo.
Bueno, pero no nos desviemos de la finalidad principal de este apartado: los monumentos civiles... ¿Cuáles citar? Bien, dado que el protagonismo principal se lo lleva la iglesia de Santiago Apóstol con unos detalles "sabrosísimos" que ya comentaremos en su lugar correspondiente, nos quedaría citar la calle Real que aunque no destaque hoy en día por aquello de la remodelación urbanística, sigue siendo el lugar histórico por el que transitaron, transitan y transitarán miles y miles de peregrinos que, en definitiva, pisan el llamado Camino Real.
(Imagen provisional)
Hasta tal punto es "famoso" su depósito de agua que, nada más y nada menos, está incluido en el escudo de esta población junto a una vieira en la zona siniestra del campo. (Nota: siniestra tiene aquí el significado de izquierdo, no de funesto o aciago).
San Martín
del Camino
Aunque no se trate de una obra de "antigua construcción", repararemos en una especie de platillo volante que se mantiene estático a una prudencial distancia del suelo. Este "platillo" no es otra cosa que un depósito de agua para la ciudad; aunque, eso sí, sumamente original -más o menos-.
También haremos mención a sus agradables parques -pequeños pero acogedores- que nos permitirán un breve descanso en nuestro caminar.
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Imagen de archivo (pétreo cilindro que recuerda la gesta de D. Suero de Quiñones) |
Tal vez, El puente
del “Passo Honroso” sea el monumentos más famoso de esta población. Se trata de un puente muy, muy largo que nos llamará la atención lo desproporcionado de su tamaño con respecto a la corriente de agua que salva; pero hemos de tener en cuenta que antes de que se construyera el embalse del Esla, el río tenía un caudal mucho mayor.
¿Y qué decir de este puente? En fin, pues se cuenta que, corriendo el Año Jacobeo de 1434, un caballero llamado Suero de Quiñones -de insigne familia- solicitó del rey Juan II de Castilla que permitiera...
¿Y qué decir de este puente? En fin, pues se cuenta que, corriendo el Año Jacobeo de 1434, un caballero llamado Suero de Quiñones -de insigne familia- solicitó del rey Juan II de Castilla que permitiera...
(Reseñamos lo que "Wikipedia" dice al respecto)...
...Que permitiera llevar a cabo un torneo especial en que tendrían que participar a la
fuerza todos los caballeros que pasaran por el lugar elegido, que era
el puente de Hospital de Órbigo, situado en la ruta leonesa del Camino de Santiago. Si se negaban a participar, debían depositar un guante en señal de cobardía y atravesar el río vadeándolo.
La justa o torneo tendría que mantenerse durante un mes en que Suero
de Quiñones estaría acompañado de sus mejores amigos. Don Suero llevaba
colgada al cuello cada jueves una argolla metálica, como prueba de amor
hacia su dama Doña Leonor de Tovar. El motivo para proponer las justas
del puente era poderse librar de dicha argolla peregrinando a Santiago después de haber vencido a todos los caballeros que se presentasen en
dicho puente y tras haber roto 300 lanzas a razón de tres por caballero.
El rey le dio permiso y ofreció toda clase de facilidades. Invitó a
los mejores caballeros del reino a que pasasen por el camino de Hospital
de Órbigo. El torneo comenzó el 10 de julio de 1434 y terminó el 9 de agosto del mismo año, día en que don Suero fue herido. Sólo hubo un descanso el día 25,
festividad de Santiago. Se levantó el tinglado junto al puente y cada
día se comenzaba con una misa solemne y se terminaba con un gran festín.
Las crónicas cuentan que sólo hubo una muerte al cabo del mes, la de un
caballero catalán llamado Asbert de Claramunt, que recibió un lanzazo
en un ojo atravesándole el cerebro. Parece ser que la Iglesia prohibió
que se le enterrase en lugar sagrado.
Cuando terminó el torneo, don Suero y sus amigos se dirigieron en
peregrinación a Santiago a cumplir con la promesa hecha. Don Suero
depositó allí la argolla y la cinta azul que simbolizaba su amor por la
dama y en la que estaba escrita una leyenda que lo atestiguaba. En la
actualidad esta cinta se halla alrededor del cuello de una imagen de
Santiago Menor que está en la catedral, en la capilla de lasreliquias. La argolla es una gargantilla de oro y se encuentra en el relicario del Apóstol.
En este siglo XV ya no se hacían justas caballerescas al estilo de Chrétien de Troyes.
Fue simplemente una moda o un juego, pero de tal envergadura y renombre
que hasta Don Quijote se refiere a este caballero leonés de la
siguiente forma: "...digan que fueron burlas las Justas de Suero
Quiñones del Passo, las empresas de Luis de Faces contra don Gonzalo de
Guzmán, caballero castellano, con otras muchas hazañas hechas por
caballeros cristianos, tan auténticas y verdaderas, que torno a decir
que el que las negase carecería de toda razón y buen discurso".
Desde 1951 en el puente de Hospital de Órbigo puede verse un monolito
con los nombres grabados de todos los que pelearon junto a Don Suero:
Lope de Estúñiga, Diego de Bazán, Pedro de Nava, Suero Gómez, Sancho de
Rabanal, López de Aller, Diego de Benavides, Pedro de Ríos y Gómez de
Villacorta.
Aquel torneo fue conocido como El Passo Honroso y fue narrado y cantado por muchos poetas de la época. El notario real Pero Rodríguez de Lena dejó por escrito una crónica del hecho.
Pues nada, dicho lo anterior, citaremos también su agradable alameda que nos permitirá sentir la rumorosidad de las hojas caídas durante el otoño mientras disfrutamos del fresco aire y sentimos a nuestro alrededor la intangible presencia de peregrinos que otrora se dirigían, al igual que nosotros, a la tumba del Apóstol.
Pues nada, dicho lo anterior, citaremos también su agradable alameda que nos permitirá sentir la rumorosidad de las hojas caídas durante el otoño mientras disfrutamos del fresco aire y sentimos a nuestro alrededor la intangible presencia de peregrinos que otrora se dirigían, al igual que nosotros, a la tumba del Apóstol.
Vigésima
primera etapa
Poblaciones
por las que pasaremos:
Villares de
Órbigo
Santibáñez de
Valdeiglesias
San Justo de
la Vega
Astorga
Tenemos un
sencillo monumento en cruz vaciada,
que dice: “A los peregrinos a Santiago”. También podemos ver una magnífica representación de arquitectura tradicional que no nos dejará indiferentes... Pero, dirá el sagaz lector, ¿qué hacemos aquí, en Villares de Órbigo? Quien se cuestione sobre el porqué de esta pregunta no andará descaminado porque hemos de saber que aquí también se dan dos posibilidades... Bueno, decimos "aquí"; no, no aquí exactamente. La desviación se presenta nada más salir de Hospital de Órbigo. ¿Cuál tomaremos? De frente es la "histórica" (por el arcén de la N-120) y por la derecha caminaremos por una agradable zona de bosquetes y pueblecitos nacidos del propio paisaje que los circunda. El autor ha recorrido las dos opciones y, en esta ocasión, prefiere ir por Villares de Órbigo y Santibáñez de Valdeiglesias por las razones que ya se expusieron en el capítulo titulado "Bosques y monte bajo".
Su arquitectura tradicional está todavía bien conservada -dentro de lo que cabe- y será un aliciente para nuestra cámara fotográfica o para nuestras pupilas. También descubriremos una fuente "subterránea" -de moderna hechura- que, tras bajar unos peldaños, nos deleitará con sus frescas aguas. Además de lo anterior, si paseamos un poco por sus callejuelas, descubriremos algunos rinconcitos con un sugestivo banco en el que podremos mitigar nuestra ya controlada fatiga. Antes, habremos descubierto una extraña composición de figuras a cual más imaginativa entre las que destaca un peregrino ataviado con su ropaje y mochila. En algunas descripciones de páginas o guías se referencia como si fuera un "espantapájaros" aunque a nosotros se nos antoja un peregrino que nos da la bienvenida.
Bueno, pues el bucólico paisaje que hemos venido descubriendo en los kilómetros precedentes toca a su fin. Según caminamos llegaremos, tarde o temprano, al llamado crucero de Santo Toribio desde el que obtendremos una magnífica vista de San Justo de la Vega y de Astorga un poco más allá. Unos bancos de piedra y unas mesas del mismo material nos invitan a un pequeño descanso.
Más al fondo, frecuentemente refulgiendo con albo tono, el Teleno, la montaña sagrada de los astures, se alza, majestuosa, con sus 2.188 metros de altitud como marco incomparable de la bella ciudad de Astorga.
Cuando llegamos a San Justo de la Vega, volveremos a notar cómo las poblaciones pierden una parte importante de su identidad cuando se encuentran en las cercanías de las grandes o medianas ciudades. Éste es el caso de la población que estamos comentando. Atravesaremos por la calle Real en la cual podremos para un poco para reponer fuerzas mediante algún oportuno bocadillo.
En este sentido, el autor recuerda con agrado cómo en uno de estos bares el que estaba en la barra atendiendo al público, le miró detenidamente y entabló conversación con él pues le recordaba perfectamente de dos años atrás. ¡Vaya! Siempre es agradable que lo recuerden a uno -y que no sea por "incomodidades", claro-.
El puente de la Molinería, es una de las obras civiles que podemos destacar. De origen romano, ha sufrido diferentes restauraciones aunque tiene una relativa buena conservación.
Dejaremos esta población, atravesando el río Tuerto por una pasarela metálica que discurre sobre un lado del macizo puente.
Esta ciudad, una ciudad con un muy importante pasado, nos sorprenderá por su monumentalidad. Podemos destacar, entre otros monumentos, el Ayuntamiento, situado en una bonita plaza, es un soberbio edificio que está considerado como uno de los ejemplos más relevantes del barroco leonés. Cuando oigamos tañer las campanes, si elevamos la vista y buscamos la procedencia del sonido, veremos que éste es provocado por el martilleo de dos personajes mecánicos: los maragatos Juan Zancuda y Colasa.
El Museo Romano forma parte de un recorrido histórico más amplio que comienza en el foso del primitivo campamento romano que sustituyó al asentamiento astur y termina en las murallas que se asientan sobre las defensas astures.
Dejamos, como siempre decimos en estos casos, a la curiosidad del arrojado y valiente peregrino invernal el descubrimiento de rincones o monumentos no enumerados. No obstante, también queremos decir que en Astorga hay -creemos recordar- unos cinco museos como puedan ser el Museo Catedralicio, el Museo de los Caminos (IMPRESCINDIBLE SU VISITA -es impresionante-), el llamado Museo de la Semana Santa, el ya citado Museo Romano y un museo de curiosa temática como pueda ser el Museo del Chocolate.
Vigésima
segunda etapa
Poblaciones
por las que pasaremos:
Murias de
Rechivaldo
Santa Catalina
de Somoza
El Ganso
Rabanal del
Camino
Foncebadón
Corría el año
1992, cuando en su semana primera del séptimo mes, el Boletín Oficial de
Castilla y León emite una disposición por la cual se declara BIC (Bien de
Interés Cultural) a Murias de Rechivaldo por atesorar en su municipio una
excepcional muestra de arquitectura tradicional
maragata. Son casas con un amplio portalón (muy necesario
antiguamente para poder guardar los carros) que conduce directamente a un patio
interior desde el cual se puede acceder a la balconada y a las habitaciones
superiores. Por fuera, en agradable piedra de mampostería, notaremos cómo
todavía pervive la esencia de aquellos antiguos arrieros que hoy están en el
recuerdo.
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Añadir leyenda |
El escudo de Murias de Rechivaldo nos muestra una vieira como demostración indubitable de su vinculación al Camino.
En la página "muriasderechivaldo.com" podemos leer aspectos tan curiosos como los que siguen:
"El 11 de septiembre de 1846 se produce un hecho que marca dramáticamente el futuro del pueblo: la destrucción de la ubicación original como consecuencia de una tempestad y la posterior avalancha de agua del río Jerga. Matías Rodríguez Díez, en 'Historia de Astorga' dice que: 'Una horrorosa tempestad, un imponente fenómeno atmosférico (vulgo: manga de agua) se desencadenó en la indicada fecha sobre la ciudad y pueblos inmediatos, causando estragos de inmensa consideración'.
Y sigue describiendo, de forma general, cómo fue y las consecuencias que tuvo para la comarca.
No se conoce exactamente la destrucción que provocó en el pueblo, ni si hubo algún fallecido. Lo que probablemente sucedería fue que todas las casas situadas en el margen del río serían destruidas y únicamente se salvarían tanto la iglesia como las casas situadas a su alrededor.
Esta destrucción provocó que se reconstruyera el pueblo a lo largo de las dos calles existentes a ambos lados de la carretera".
Curioso, sin duda.
Santa Catalina de Somoza
Con sus robustos portalones de doble hoja, la arquitectura tradicional maragata nos recibe también en esta
población. Nos encontramos a un poquito menos de la cota de los 1.000 metros de
altitud y eso se nota por estas tierras. La nieve es frecuente en el invierno,
con lo que ello conlleva de belleza paisajística.
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Imagen de archivo (vista de la calle Real) |
Las llamadas "casas teitadas"
nos salen al paso. Hemos de saber que las cubiertas están formadas por paja de
centeno y retama y que a pesar de su apariencia, no dejan que se forme ni una
sola gotera en el interior. El ocre de sus piedras armoniza perfectamente con
el entorno produciendo una imagen casi bucólica -o sin casi-.
La novena etapa del Códex situaba
aquí su final de etapa. En Rabanal del Camino podríamos aplicar aquellas
palabras de "Mateo 22-14" que dicen: Muchos son los llamados y pocos son los escogidos. Estas
palabras, dichas en labios de Jesús, vendrían a colación a que habiendo varios
albergues en esta población, tenga que recaer en uno de ellos -siempre el
mismo- la tarea de atender a los peregrinos invernales.
En el apartado de "Albergues" ya desarrollaremos esta cuestión con
más amplitud; pero, de momento, lo que deseamos desde estas líneas es agradecer
infinitamente que uno de ellos esté siempre abierto para atender a los
valientes, osados y auténticos peregrinos invernales.
Como casi siempre le suele ocurrir al redactor de este trabajo, alguien se le
acercó sin que él se percatara y, estando haciendo alguna que otra fotografía,
le dijo pausadamente: ¿Sabía usted que
en este pueblo, en la “casa de las cuatro
esquinas”, se alojó Felipe II al hacer la peregrinación a Santiago
de Compostela… El autor del blog se quedó un momento pensativo e intuyó
que la realeza de entonces, cuando hiciera el Camino, no lo haría como la de
estos tiempos... Pero bueno, esas son conjeturas que en nada nos interesan... ¿Y sabe usted que también aquí se casó el
caballero de Carlomagno, llamado Anseis, con la hija de un rey moro? ¡Caramba!
Se puede decir que nos quedamos perplejos por tanta erudicion. Miramos al
recién llegado, entablamos una agradable conversación y terminamos tomando un
vino (él) y un refresco ("el que suscribe") en un bar próximo.
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Imagen de archivo (Foncebadón recibe frecuentemente la visita de las nieves. Aquí podemos ver el edificio del albergue que está abierto en inviero en medio de una espectacular nevada recién caída) |
Si tuviéramos que elegir -ante una curiosa pregrunta- cuál es la población que más misterio atesora en sus calles, que más sobrecoge, que más inquieta, no dudaríamos en afirmar que esa población sería -sin ninguna duda al respecto- Foncebadón.
En efecto, Foncebadón no tiene grandes monumentos civiles -ni siquiera religiosos- pero la atmósfera que se respira cuando caminamos al lado de las casas derrumbadas en medio de la niebla y de la ventisca, es difícilmente explicable.
Destaca su arquitectura tradicional (lo que queda de ella) y destacan también sus leyendas; leyendas ancestrales que se entroncan con la noche de los tiempos... Leyendas en las que se habla de brujas, de lobos, de almas en pena. Fueron muchos los peregrinos que murieron en estas alturas extraviados en medio de terribles tormentas de nieve o devorados por los hambrientos lobos. Hoy en día se hace perfectamente, no vaya a preocuparse en exceso el interesado lector.
En efecto, Foncebadón no tiene grandes monumentos civiles -ni siquiera religiosos- pero la atmósfera que se respira cuando caminamos al lado de las casas derrumbadas en medio de la niebla y de la ventisca, es difícilmente explicable.
Destaca su arquitectura tradicional (lo que queda de ella) y destacan también sus leyendas; leyendas ancestrales que se entroncan con la noche de los tiempos... Leyendas en las que se habla de brujas, de lobos, de almas en pena. Fueron muchos los peregrinos que murieron en estas alturas extraviados en medio de terribles tormentas de nieve o devorados por los hambrientos lobos. Hoy en día se hace perfectamente, no vaya a preocuparse en exceso el interesado lector.
Vigésima
tercera etapa
Poblaciones
por las que pasaremos:
Manjarín
El Acebo
Riego de
Ambrós
Molinaseca
Campo
Ponferrada
Manjarín
Dicen los que han pernoctado allí que es un lugar peculiar, que es un lugar que se sale de todo lo conocido, que es un lugar que siempre impresiona... para bien o para mal, que de todo hay en la viña del Señor.
Dado que es un asentamiento diminuto, no podremos hablar sobre edificios singulares... A no ser, claro, que consideremos un "edificio singular" el propio del albergue que, a bien decir, es un milagro que se mantenga en pie.
En fin, cuando lleguemos sabremos que estamos. Es, ciertamente, inconfundible. En Internet, como no podía ser menos, hay muchas opiniones sobre este lugar por lo que, dado lo peculiar del mismo -como ya se ha dicho- no nos resistimos a la tentación de poner dos de ellos por cada concepto; es decir, dos "buenos" y dos "malos"... Primero, los "buenos": Hice el mágico Camino de Santiago allá por el año 2000 y el encuentro
con (...) fué particular! no llevavamos ni dinero ni comida desde hacía
veinticuatro horas nos quedamos unas horas por la mañana en su compañía,
tomando café con leche se hizo la hora del angelus..lo rezamos cogidos
de las manos con su traje de templario y su espada..fué maravilloso mi
compañero de viaje estuvo casi todo el día en trance..y a mí
milagrosamente se me quitaron todos mis dolores..anduvimos hasta la
noche... Bueno, el autor del blog debe decir que eso del "trance" le suena porque cuando él llegó aquí la primera vez y tomó un café que hospitalariamente le ofrecieron, estuvo "un poco raro" durante algunas horas. (¿Tal vez era un carajillo? -dado que el autor es abstemio, no se descarta tal posibilidad... Aunque deberían haberlo advertido-).
Veamos el otro "bueno"... al maestro k un dia me condecoro y desde ese dia mi vida cambio .gracias
y no cambies maestre,pues tengo otra visita k aserte pues tu armonia y
tu corazon ase que los hombres se encuentren con sigo mismo .te
preguntaras k es , aquel k un dia aparecio en tu refujio con su hermano y
llevavan la crus de malta y el mas joven te conto lo k dañama su alma y
tu combocaste a micael y desde ese dia me enseñaste k era .gracias
tomas dale recuerdo a tu hijo caballo de hierro .el secreto segira
asalvo
...Y ahora, de un tirón, los dos "malos"...
...Bueno, después de leer los "malos", preferimos no ponerlos pues este blog no se siente cómodo con opiniones que rozan el insulto, la infamia y el desprestigio más atroz -no entramos en la parte de razón que puedan tener- (el autor no ha dormido en este albergue nunca, pero conoce el lugar y ha hablado largo y tendido con las personas que lo atienden).
...Bueno, después de leer los "malos", preferimos no ponerlos pues este blog no se siente cómodo con opiniones que rozan el insulto, la infamia y el desprestigio más atroz -no entramos en la parte de razón que puedan tener- (el autor no ha dormido en este albergue nunca, pero conoce el lugar y ha hablado largo y tendido con las personas que lo atienden).
Como Internet está al alcance de todos, mírese ahí. Nosotros sólo hemos querido dejar constancia de la singularidad del lugar; un lugar que, eso sí, es sumamente fotogénico por su fuerte peculiaridad.
La
arquitectura popular se echa de ver en su calle
principal; en la calle Real que tiene una arquitectura deslumbrante con tejados de pizarra, piedra amarronada de acogedor aspecto y vistosas balconadas de madera. Es un pueblo pequeño pero con un gran "encanto".
Riego de Ambrós
Si El Acebo es un "lugar con encanto", este pueblo no se queda atrás. Los rincones pintorescos, de una espléndida arquitectura tradicional, son muchos y variados. Merece la pena detenerse un poco y observar detenidamente las construcciones; unas construcciones que son, en unos casos, de reciente construcción y en otros de antigua historia con sus secuelas lógicas por el paso del tiempo. Sin embargo, tal vez sean éstas las más interesantes desde el punto de vista de nuestra curiosidad.
(imagen provisional)
El escudo de Molinaseca consta de... Escudo cortado. 1º de gules, una cruz de plata cantonada de cuatro veneras de oro. 2º de azur, un puente de tres ojos de oro, sobre ondas de plata y azur. Timbrado con corona real española.
Molinaseca
El puente medieval que encontramos a la
entrada de esta ciudad nos dará la bienvenida y nos hará saber que dicho puente también recibe el nombre de "Puente de los Peregrinos" del cual están muy orgullosos en la población pues es el único peatonal en toda la provincia y es considerado como una joya del patrimonio histórico de la comarca, además de tener unas características notables: siete bóvedas de sillería de las cuales, las tres de la margen derecha pertenecen posiblemente a un puente más antiguo semienterrado por lo que sus arcos parece que sean escarzanos. Nos permite salvar el río Miruelo o Meruelo, que de ambas formas se le conoce.
Existe documentación de este puente desde el siglo XII, por lo menos.
Como siempre y como ya, afortunadamente, nos vamos acostumbrando, la arquitectura tradicional es importante. Por cierto, los naturales de Molinaseca (desconocemos su gentilicio) dicen que su población es "un oasis en el Camino de Santiago". Bueno, pues ahí queda dicho.
La magnífica calle Real nos sumergirá en un mundo pretérito lleno de reminiscencias jacobeas. En efecto, el encanto de sus calles estrechas que apenas si cabe una persona; el espléndido pasado que se refleja en las fachadas de sus casonas y palacios como puedan ser la casona de D. Pelegrín, con bello torreón en esquina, o la casa-fuerte de los Balboa o el palacio de los Cangas y Pambley con dos torres entre las que se divisan bellos escudos. Es, ciertamente, una calle digna de ser recorrida con pausa, con detenimiento, con avidez de empaparnos en el espíritu que ahí se atesora en cada rincón y en cada callejuela.
También, aunque no se agoten los posibles descubrimientos, hablaremos del "Viejo Crucero" del cual se tienen referencias desde 1202 -¡ahí es nada!-. Esta situado en la salida de Molinaseca.
Existe documentación de este puente desde el siglo XII, por lo menos.
Como siempre y como ya, afortunadamente, nos vamos acostumbrando, la arquitectura tradicional es importante. Por cierto, los naturales de Molinaseca (desconocemos su gentilicio) dicen que su población es "un oasis en el Camino de Santiago". Bueno, pues ahí queda dicho.
La magnífica calle Real nos sumergirá en un mundo pretérito lleno de reminiscencias jacobeas. En efecto, el encanto de sus calles estrechas que apenas si cabe una persona; el espléndido pasado que se refleja en las fachadas de sus casonas y palacios como puedan ser la casona de D. Pelegrín, con bello torreón en esquina, o la casa-fuerte de los Balboa o el palacio de los Cangas y Pambley con dos torres entre las que se divisan bellos escudos. Es, ciertamente, una calle digna de ser recorrida con pausa, con detenimiento, con avidez de empaparnos en el espíritu que ahí se atesora en cada rincón y en cada callejuela.
También, aunque no se agoten los posibles descubrimientos, hablaremos del "Viejo Crucero" del cual se tienen referencias desde 1202 -¡ahí es nada!-. Esta situado en la salida de Molinaseca.
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Imagen de archivo (aunque sea prácticamente un barrio de Ponferrada, la población de Campo sigue conservando su personalidad) |
Es notable su fuente romana, situada algo antes de llegar al núcleo urbano, la cual -aunque no se tenga la seguridad sobre ello- es posible que pertenezca a una época tardorromana… Las casas solariegas de Los Lunas son otros de los alicientes a visitar o al menos contemplar, así como las llamadas casas torreadas de los Villaboa, descendientes del Marqués de Campoalegre. En esta población, a pesar de su proximidad a la gran urbe que es Ponferrada, todavía se respira un aire de otros siglos, un aliento medieval que preserva la naturaleza y el espíritu del Camino.
El
impresionante castillo de los templarios, sin duda, nos dejará sorprendidos. Castillo que sirvió en el Medievo de acuartelamiento de la poderosa orden militar del Temple, también fue palacio residencial de los personajes de la Orden. La fortaleza se yergue, altiva y desafiante, a unos 60 metros sobre las aguas del Sil que le sirven como magnífico foso natural.
Estamos inmersos, sin apenas habernos dado cuenta, en el singular mundo berciano; un mundo que se encuentra casi aislado del exterior pues su territorio forma una especie de gran cubeta triangular en medio de las agrestes montañas.
Así, otros monumentos que podemos citar (entre muchos más que dejamos a la curiosidad del peregrino) son... La Torre del Reloj que, según nos aseguró un ponferradino que por allí pasaba, "es la única torre exenta con reloj de toda España". ¡Vaya!, ahí queda el dato... Pero sigamos con algún otro ejemplo: la Casa Consistorial (de finales del XVII y de estilo barroco), el Museo de El Bierzo (localizado en el palacio de los Condes de Toreno -está junto a la torre del reloj-), el interesante Museo del Ferrocarril (con máquinas de diferentes tamaños, vagones, centros de control de vías...), el interesantísimo Museo de la Radio (que, muy posiblemente, tal vez sea el mejor museo de esta temática en toda España) en donde el autor ha pasado largo tiempo escuchando emisiones de hace muchos años atrás; y, como decíamos, más curiosidades de toda índole que dejamos a la iniciativa del peregrino su descubrimiento.
Estamos inmersos, sin apenas habernos dado cuenta, en el singular mundo berciano; un mundo que se encuentra casi aislado del exterior pues su territorio forma una especie de gran cubeta triangular en medio de las agrestes montañas.
Así, otros monumentos que podemos citar (entre muchos más que dejamos a la curiosidad del peregrino) son... La Torre del Reloj que, según nos aseguró un ponferradino que por allí pasaba, "es la única torre exenta con reloj de toda España". ¡Vaya!, ahí queda el dato... Pero sigamos con algún otro ejemplo: la Casa Consistorial (de finales del XVII y de estilo barroco), el Museo de El Bierzo (localizado en el palacio de los Condes de Toreno -está junto a la torre del reloj-), el interesante Museo del Ferrocarril (con máquinas de diferentes tamaños, vagones, centros de control de vías...), el interesantísimo Museo de la Radio (que, muy posiblemente, tal vez sea el mejor museo de esta temática en toda España) en donde el autor ha pasado largo tiempo escuchando emisiones de hace muchos años atrás; y, como decíamos, más curiosidades de toda índole que dejamos a la iniciativa del peregrino su descubrimiento.
Vigésima
cuarta etapa
Poblaciones
por las que pasaremos:
Columbrianos
Fuentes Nuevas
Camponaraya
Cacabelos
Villafranca
del Bierzo
Pereje
Nos sorprenderá saber que esta población es muy, pero que muy antigua siendo, incluso, más antigua que Ponferrada. Columbrianos tiene importantes casas solariegas como la de Regalao (que fue Casa Consistorial) y la de Tormaleo, entre otras.
Robustas casonas de maciza piedra nos darán la bienvenida. Aquí, como en otros lugares del sendero, podremos ver una fuente con pilón que tan importante labor social cumplió en su momento.
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(imagen provisional) |
Entendemos que la medida que indica 1717 es un claro error aunque el autor ha consultado personalmente el boletín y se especifica de esa forma. (Suponemos que habrá una posterior corrección de errores).
Camponaraya
Situado en el lado de "Fuentesnuevas", el poblado de Naraya era conocido desde los lejanos tiempos del siglo IX. Del lado de Cacabelos se levantó con el tiempo otro poblado que fue dado en llamar "Campo. Ambos estaban separados por el arroyo Naraya o de los Barredos. Posteriormente, allá por el siglo XV, ambos asentamientos se unieron dando lugar a lo que a partir de entonces se llamó "Camponaraya" -para evitar discusiones-. El hospital de La Soledad y el de San Juan de Jabero, en plena Edad Media, tuvieron sus quehaceres para con los peregrinos en esta población jacobea.
Recias casas que conocieron épocas mejores nos saldrán al paso; como, por ejemplo, la casa de los Marqueses de Quiñones, con su escudo heráldico central en el cual podremos observar -ajado por el paso del tiempo- una vieira en su parte inferior; o la casa de la familia Ucieda, también con dos importantes escudos heráldicos en su anciana frente.
En cuanto a los escudos heráldicos, ya que estamos tratando de ello, será curioso conocer que el casco o yelmo que aparece en la parte superior del escudo sólo se representa si pertenece a blasones familiares por vía de varón. Además de esto, también debemos saber que todos miran hacia la diestra mientras que los cascos correspondientes a hijos bastardos miran hacia la siniestra. NOTA: en heráldica, la diestra y la siniestra siempre se referencian con respecto al escudo, nunca con respecto al que los mira. Así, la derecha de un escudo heráldico siempre queda a nuestra izquierda y viceversa.
Cacabelos
Cualquier español sabe perfectamente que "La Moncloa" es el palacio en el cual reside el Jefe del Estado Español. Cualquier ciudadano de la piel de toro sabe perfectamente que el mencionado palacio se encuentra situado en la carretera de La Coruña, aunque ahora se hayan empeñado en llamarlo "carretera de A Coruña" por no sabemos muy bien qué extraños avatares lingüísticos. En este sentido -y como existe una gran polémica al respecto- queremos destacar lo que se indica en la "Wikipedia" sobre ello: A Coruña es la denominación en gallego y oficial conforme con la Ley 3/1983 de Galicia. / La Coruña es la denominación tradicional en español recomendada por la Real Academia Española de la Lengua, usada cuando se habla y escribe en español. / Coruña es la forma del topónimo sin el artículo, de uso frecuente y común en ambas lenguas, de uso coloquial muy habitual entre coruñeses. / También existen las denominaciones de A Cruña y A Crunha, ya en desuso.
Bueno, pero... ¿a cuento de qué viene todo esto? Pues todo esto, estimado seguidor de este blog o bitácora, viene a colación de que en Cacabelos tenemos "otra" Moncloa en donde su residente no está cuatro años y luego lo ocupa otra persona, no: esta "otra" Moncloa se refiere a una famosa cadena de productos típicos de El Bierzo que tiene su sede central aquí, en la pablación de Cacabelos, y que fue bautizada en su momento con tal nombre.
Debemos saber que si nos acercamos con la credencial a dicho lugar, seremos invitados, en nuestra calidad de peregrinos, a un vasito de vino y a un trozo de ampanada. Es un detalle simpático que siempre es de agradecer.
En otro orden de cosas, también sería interesante que nos acercáramos al reciente (2008) Museo Arqueológico, el el cual se exponen piezas de la historia de esta región... Castro Ventosa o La Edrada, por ejemplo, que están relacionados con la mansión viaria romana de Bergidum Flavium. Otro interesante museo -para el que sea amante de estos detalles- es el Museo de Vino.
Villafranca del Bierzo
Antesala del angosto valle del río Valcarce, esta población ya se configuró, desde muy lejanos tiempos, como puerta de entrada hacia Galicia. Término de una de las etapas que establecía el Códex... "El auge de la ruta inclina al rey Alfonso VI a otorgar una cédula el 17 de diciembre de 1072, eximiendo a los peregrinos del pago del portazgo que exigía el castillo de Santa María de Autares, próximo a Villafranca, en “ofrenda al Apóstol bajo cuyo poder está toda España”. (-entresacado de Wikipedia-)
En las postrimerías del siglo XV, los Reyes Católicos convierten lo que hasta ese momento era un Señorío en "Marquesado de Villafranca del Bierzo". Posteriormente, pasaría por esta ciudad el emperador Carlos V, dirigiéndose a Santiago de Compostela para convocar las cortes de 1520 que darían lugar a la llamada "Guerra de las Comunidades" y fue precisamente en esta misma ciudad -Villafranca- en donde recibió la petición de una comisión de castellanos para que las cortes se celebraran en Castilla.
Bueno, dicho lo anterior, debemos mencionar -entre los edificios civiles que nos ocupan- el castillo, el denominado "Barrio de los Tejedores", la Calle del Agua -con su gran riqueza en escudos heráldicos y con la presencia del palacio de los Marqueses de Villafranca y el palacio de Torquemada-, la Plaza Mayor (con uno de los más bellos teatros de toda España -ver fotografía en esta misma sección-), así como otros monumentos y lugares que dejamos a la curiosidad del sagaz peregrino su descubrimiento.
Sus viviendas de arquitectura tradicional ciertamente nos llamarán la atención y, entre otras, una que se encuentra al lado de la carretera y que tiene forma semicircular con un gran balcón corrido que muestra su maderamen con claros síntomas de una feroz resistencia contra el paso del tiempo.
Vigésima
quinta etapa
Poblaciones
por las que pasaremos:
Trabadelo
La Portela de
Valcarce
Ambasmestas
Vega de
Valcarce
Ruitelán
Las Herrerías
La Faba
Laguna de
Castilla
O Cebreiro
Las casas de pizarra y piedra son inseparables en este mundo de connotaciones casi célticas, druídicas...
Aquí, en esta población, allá en el Medievo,
los viajeros que querían entrar en Galicia debían prepararse a pagar a los
señores feudales una cantidad como portazgo para poder seguir su camino… Para
ello, había una “oficina de recaudación” a unos tres kilómetros más adelante
(en Vega de Valcarce) Las herrerías... de las cuales, por cierto: todavía hoy, se conserva en
esta localidad una herrería del XIX que, según información facilitada por el propio Ayuntamiento: "Una de ellas está situada en las orillas del río Valcarce, en el
pueblo de la Portela, a unos trescientos metros al este del núcleo y su
antigüedad data del siglo XIX. Se compone de varios edificios
establecidos en la ladera del valle. En una posición más elevada
se emplaza la casa y a un lado de ella se sitúa el conjunto de
pajares, cuadras y almacenes. En posición más baja está la
herrería, que a pesar de tener ala cubierta hundida conserva todos
sus muros, con los espacios de trabajo, horno y el espacio bajo
el canal del banzao donde se situaba el rodezno del mazo".
Esta pequeña población tiene en su término unos cuantos monumentos que el sufrido, valiente y siempre curioso peregrino puede localizar fácilmente. Así, podremos ver, según salgamos del pueblo, un típico pajar que en este caso viene a datarse en el siglo XIX, siendo un pequeño edificio en planta trapezoidal construido a dos aguas en mampostería y sillarejo, con cubierta de losa. Por supuesto, siempre llamará nuestra atención la arquitectura tradicional con su omnipresente piedra y pizarra o losa... Así como un molino del siglo XIX.
Pero no podemos dejar de pasar por alto el puente romano que encontraremos en la entrada de la población. En efecto, este puente -que salva el arroyo Balboa- es de origen romano aunque en la actualidad conserve muy, pero que muy poco de su procedencia.
El castillo
de Sarracín destaca con un especial aire “misterioso” en una bonita vista
de un alto cerro que se divisa perfectamente desde el albergue de peregrinos.
Es frecuente en esta época del año, que las nieblas o las nieves añadan un aire
irreal a tan bella imagen. Además, al atardecer, suelen encenderse los focos
que lo iluminan, con lo cual la estampa es de una considerable fuerza estética…
Parece que estemos varios siglos atrás… Varios siglos atrás cuando, por
ejemplo, se ejercían los llamados “portazgos” (en moderno vocabulario, vendría
a equivaler a un pago por peaje y por aduana) Estos tributos que había que
pagar por pasar puentes, territorios fronterizos, atravesar ríos en barcazas…
se cobraban normalmente a todo aquel que pasara; pero -esto siempre existió de
una u otra forma- los peregrinos estaban exentos. No obstante, dado que la
picaresca siempre ha existido, aquellos que hacían la peregrinación “por
encargo” (cuestión ésta de dudosa demostración) de personas que no podían
peregrinar por razones de salud o cualesquiera otras, inducían a confusión a
los portazgueros los cuales no discernían demasiado bien que fueran peregrinos
y no mercaderes que estuvieran en sus negocios. Por eso, no siempre fue respetada
la exención de pago de los que se dirigían “por pietatis causa” a Santiago.
Por ello y como quiera que el portazgo se establecía en esta ciudad, en seguida
se buscó una ruta alternativa que ahorrara tal tributo. Así, hubo otro acceso a
Galicia que rodeaba Vega de Valcarce desviándose a la altura de La Portelade
Valcarce. Dejando el Camino a su derecha, se adentraban monte arriba para pasar
por la población de Villasinde y enlazar con el Camino entre Ruitelán y La
Faba. Además de éste, hubo otros itinerarios “alternativos” para evitar, como decimos, “al
fisco”. Al autor ha recorrido, además del "oficial" uno de estos itinerarios alternativos del cual se
adjuntan fotografías y comentarios en esta obra.
Otro de los atractivos que encontraremos lo constituye toda su arquitectura típica; una arquitectura que se baña en el paisaje que lo circunda formando parte inseparable de él.
Un pretil de poca altura nos acompañará al pasar por un puente de las postrimerías del XVIII que se encuentra en medio del pueblo. Este puente, de un solo ojo con arco de medio punto, está construido con mampostería tosca pizarrosa y de labra imperfecta en su sillarejo. Además de ello, se ha recuperado un hórreo "traído desde el pueblo de Lavallós" -según amablemente nos informó un vecino- "que se ha instalado en esta población y que puede visitarse", según nos aseguró. Bien, ahí quedan esos datos.
Otro de los atractivos que encontraremos lo constituye toda su arquitectura típica; una arquitectura que se baña en el paisaje que lo circunda formando parte inseparable de él.
Un pretil de poca altura nos acompañará al pasar por un puente de las postrimerías del XVIII que se encuentra en medio del pueblo. Este puente, de un solo ojo con arco de medio punto, está construido con mampostería tosca pizarrosa y de labra imperfecta en su sillarejo. Además de ello, se ha recuperado un hórreo "traído desde el pueblo de Lavallós" -según amablemente nos informó un vecino- "que se ha instalado en esta población y que puede visitarse", según nos aseguró. Bien, ahí quedan esos datos.
Aquí, como pueblo casi "fronterizo" con Galicia, notaremos -más si cabe- la transformación en la que el paisaje, casas y pobladores están inmersos: es la antesala de la tierra del Apóstol; es la puerta a un mundo que nos habrá de sorprender en muchos aspectos pues nos transportará a épocas muy alejadas en la historia hispana. Por ello, cada vez iremos apreciando más esa sutil transformación.
Con información facilitada por el propio Ayuntamiento, podremos conocer que... "En Ruitelán hay también un puente de una sola bóveda de medio cañón realizado en mampostería tosca pizarrosa. Se mantienen restos del pretil original, conservando una albardilla, constituida por un magnífico sillar de cerca de tres metros de longitud. Ocupa el lugar de un antiguo puente romano, reparado en el siglo XVIII y ampliado a principios del siglo XX, pasando por él el tránsito pesado de la carretera hasta su desviación".
También podremos ver, ya en las afueras del pueblo, un viejo molino de principios del XIX -nada menos que con dos siglos de existencia-. Este molino conserva íntegramente su maquinaria.
Con información facilitada por el propio Ayuntamiento, podremos conocer que... "En Ruitelán hay también un puente de una sola bóveda de medio cañón realizado en mampostería tosca pizarrosa. Se mantienen restos del pretil original, conservando una albardilla, constituida por un magnífico sillar de cerca de tres metros de longitud. Ocupa el lugar de un antiguo puente romano, reparado en el siglo XVIII y ampliado a principios del siglo XX, pasando por él el tránsito pesado de la carretera hasta su desviación".
También podremos ver, ya en las afueras del pueblo, un viejo molino de principios del XIX -nada menos que con dos siglos de existencia-. Este molino conserva íntegramente su maquinaria.
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Imagen de archivo |
Las Herrerías
Según informa el Ayuntamiento, debemos saber que este pueblo... "debe su nombre a la existencia de cuatro herrerías en
las que se trabajaba el hierro y otros metales procedentes de las
montañas circundantes. Junto a las Herrerías, un gran pozo del que
se extraía cal, le ayudó a ser un gran foco comercial en una
época. En este pueblo puede verse todavía una de estas herrerías.
En una amplia parcela, al lado del río Valcarce hay un conjunto de
edificaciones denominadas “La Herrería”. Tiene dos alturas y está
realizado en mampostería y sillarejo con cubierta de losa a tres
aguas. Aquí están situadas las viviendas y la antigua herrería.
Hay además, en el segundo cuerpo de la edificación, un molino y
una vivienda que actualmente está en uso. Esta edificación es más
tardía que la anterior. El molino se sigue utilizando como
servicio a la finca, conservando íntegramente su maquinaria, que
sustituyó a la antigua instalación de la herrería hidráulica".
Es impactante la aproximación a Las Herrerías pues si hubiera nevado recientemente o quedara nieve de las nevadas anteriores, cuando mirenos por encima de las pétreas y pizarrosas casas, en las alturas del angosto valle que se aprecia a sus espaldas, entre frecuentes nubes arreboladas, el níveo manto nos producirá una extraña sensación de inquietud. Sabemos que tenemos que subir hasta esas alturas y que nos aguarda la soledad que nos hablará con el silbo de gélido viento.
Es impactante la aproximación a Las Herrerías pues si hubiera nevado recientemente o quedara nieve de las nevadas anteriores, cuando mirenos por encima de las pétreas y pizarrosas casas, en las alturas del angosto valle que se aprecia a sus espaldas, entre frecuentes nubes arreboladas, el níveo manto nos producirá una extraña sensación de inquietud. Sabemos que tenemos que subir hasta esas alturas y que nos aguarda la soledad que nos hablará con el silbo de gélido viento.
Si hay lugares "con una especial atmósfera" y con una fuerte carga de peculiaridad, La Faba es, sin duda, uno de ellos. Podríamos decir que, dado que el pueblo tiene varias comunas de corte hippie, lo más reseñable es ese ambiente, su presencia; una presencia que no debe entenderse como algo negativo sino como algo distintivo.
Ya estamos llegando a los 1.200 metros de altitud que nos hemos marcado para poder calificar el trayecto de "zona montañosa". La Laguna de Castilla es el último pueblo que encontraremos antes de llegar a la tierra del Apóstol. Es una agrupación de casas de tradicional construcción muchas de ellas, casi una aldea, que vemos -desde bien lejos- casi perdida en medio de la montaña. Sus casas dejan ver algún que otro hórreo.
Una máquina expendora de bebidas y golosinan nos marca el último punto "civilizado" antes de llegar a la aldea "celta" de O Cebreiro (El Cebreiro). A partir de aquí, nos espera una subida que habrá de culminar con el magnífico espectáculo de las pallozas del Cebreiro.
O Cebreiro
Las pallozas son el elemento más distintivo de este lugar. Estas viviendas, con reminiscencias de la cultura castreña, viene atribuyéndose a un origen celta en su inmensa mayoría. Suelen tener entre diez y veinte metros de diámetro y su construcción se caracteriza por sus parades muy bajas de piedra y por una techumbre cónica vegetal formada normalmente por tallos de centeno que pueden estar rematados o no por una forma picuda. En el interior solía haber dos o tres aposentos separados por paredes y en dicho interior convivían las personas y los animales, dándose mutuamente calor.
Sin embargo, aunque llamadas popularmente pallozas, la denominación tradicional de este tipo de construcción es la de "cabanas" (casas) "de teito" o "cabanas de teitu".
Todas las casas de esta asombrosa aldea son de piedra y constituyen (aunque modernas) una magnífica muestra de adaptación al entorno.
Las vistas son magníficas desde este emblemático lugar. Es muy curioso, pero cuando miramos hacia el lugar del cual partimos esa misma mañana, nos parecerá estar casi, casi, en lo alto de una gran cordillera, tal es su impacto visual.
Sin embargo, aunque llamadas popularmente pallozas, la denominación tradicional de este tipo de construcción es la de "cabanas" (casas) "de teito" o "cabanas de teitu".
Todas las casas de esta asombrosa aldea son de piedra y constituyen (aunque modernas) una magnífica muestra de adaptación al entorno.
Las vistas son magníficas desde este emblemático lugar. Es muy curioso, pero cuando miramos hacia el lugar del cual partimos esa misma mañana, nos parecerá estar casi, casi, en lo alto de una gran cordillera, tal es su impacto visual.
Vigésima
sexta etapa
Poblaciones
por las que pasaremos:
Liñares
Hospital
Padornelo
Fonfría
O Biduedo
[aldea de Ramil]
[aldea de Ramil]
Triacastela
San Cristovo
do Real (San Cristóbal del Real)
Renche
San Martiño do
Real (San Martín del Real)
Samos
Sus casas de piedra y pizarra nos darán la bienvenida. Liñares es una pequeña población que pasaremos para enfilar sin mayor tardanza hacia la siguiente población que estaremos viendo durante un buen rato en la lejanía.
Más de lo mismo. En Hospital da Condesa (Hospital de la Condesa) veremos más casas con la ya familiar piedra y con la no menos familiar pizarra engalanando sus cubiertas.
Pequeña, muy pequeña, población que dejaremos atrás con la imagen en nuestra retina de las acostumbradas casas de arquitectura tradicional, consistente ésta en -como ya sabemos- la piedra y la pizarra.
Lo mismo, aunque con las peculiaridades intrínsecas de cada localización. Sus casas de piedra y pizarra nos recibirán con agrado; y ese agrado se convertirá en admiración por nuestra parte en el caso -frecuente- de que veamos todo cubierto con el manto protector de la nieve. La imagen, en estos casos, es magnífica.
Otra pequeña población (aldea casi) que nos saluda y nos despide. Como ya nos iremos acostumbrando, lo más destacable -dentro de las construcciones civiles- serán sus casas de corte tradicional, con fuertes muros de piedra y con su cubierta de grandes losas de pizarra.
[aldea de Ramil]
La diminuta aldea de Ramil, aparte de sus bonitas casas de rústica piedra, nos enseñará un castaño centenario -dicen que muy centenario- que, con sus desnudas ramas, parecerá querer abrazarse a nosotros para que le demos un poco de calor. Si imagen es impactante pues se presta a un juego de volúmenes y de ángulos francamente interesante.
Es cierto que ya hemos hecho referencia a él en el apartado correspondiente, pero no podemos dejar de sustraernos a su "poderosa figura" en medio del reino de pizarras y piedras que le circunda.
Triacastela
En esta bonita población encontramos varios monumentos de interés para el jacobita: por una parte, tenemos la llamada cárcel del peregrinos que se encuentra en lo que fue hasta hace poco el Ayuntamiento. En su fachada todavía podemos apreciar algunas inscripciones y en su interior -aunque creemos que no se puede visitar- todavía se conserva una primitiva celda.
Además, tenemos un gran monumento dedicado al peregrino -está justo antes de salir del pueblo en dirección a San Xil (San Gil) o Samos- que consta de una enorme piedra vertical con una Cruz de Santiago y que se erigió -según nos dijeron- allá por el año 1950.
En cuanto al nombre de Triacastela, tal vez podríamos pensar que pueda deberse a que aquí hubieran tres poderosos y temibles castillos... Y tal vez esa impresión nos viniera dada por los dibujos de la torre de la iglesia en la cual se aprecian perfectamente tres castillos grabados... Pero, antes de seguir haciendo elucubraciones y puesto que estos asuntos son de gran interés para el siempre curioso peregrino, no nos resistimos a poner lo que aparece en la página "diocesisdelugo.org" a este respecto:
Además, tenemos un gran monumento dedicado al peregrino -está justo antes de salir del pueblo en dirección a San Xil (San Gil) o Samos- que consta de una enorme piedra vertical con una Cruz de Santiago y que se erigió -según nos dijeron- allá por el año 1950.
En cuanto al nombre de Triacastela, tal vez podríamos pensar que pueda deberse a que aquí hubieran tres poderosos y temibles castillos... Y tal vez esa impresión nos viniera dada por los dibujos de la torre de la iglesia en la cual se aprecian perfectamente tres castillos grabados... Pero, antes de seguir haciendo elucubraciones y puesto que estos asuntos son de gran interés para el siempre curioso peregrino, no nos resistimos a poner lo que aparece en la página "diocesisdelugo.org" a este respecto:
El nombre de Triacastela.
Merece la pena pararse a examinar el significado del nombre de esta
localidad, pues existen varias explicaciones que forman teorías distintas
sobre el origen del lugar. La interpretación común y tradicional es
identificar “Tria-castela” con “tres castillos”. Esta etimología se
basa en que hubo desde tiempos de Roma tres importantes defensas en esta comarca
y que, luego, los normandos en su invasión, las derribaron. Siguiendo esta
etimología se grabaron tres castillos en la torre de la Iglesia, construida en
el año 1970, como símbolo de la villa. Sin embargo, esta interpretación
parece que no tiene rigor histórico.
Una segunda interpretación sobre el nombre de Triacastela es la
denominación popular gallega del lugar como el camino que “tira a Castela”,
el camino que lleva a Castilla.
Y, en tercer lugar, creemos, como afirma Jaime Delgado (El Camino Francés
de Santiago en su tramo lucense), que el nombre se debe a los TRES CASTROS que
se divisan al descender por el Camino hacia esta localidad. Se trata de los
castros de TRIACASTELA, de LAGARES, y el de SAN ADRIÁN. Los tres forman un triángulo
sobre la margen derecha del Camino de Santiago. Pero tofavía es más revelador
para esta etimología, continúa afirmando Jaime Delgado, el hecho de que una
gran cantidad de lugares de Galicia en los que existe un castro, son conocidos
ya con el nombre de Castelo en los más antiguos documentos que se conservan.
En origen de la actual Triacastela está, pues, en estos tres castros,
que se encuentran ligeramente alejados de lo que es el actual núcleo de población.
Este nuevo núcleo tiene existencia ya desde tiempos de Alfonso IX (S.XIII),
cuando empieza a diferenciarse el lugar de los Tres Castros de la Triacastela
Nueva. En los tiempos modernos este lugar no ha sabido conservar su
extraordinario prestigio medieval. En los últimos siglos no hallamos hechos
históricos de importancia. Pero conserva los restos de la floreciente historia
desde los tiempos de Alfonso IX. Su importancia reciente radica únicamente en el
hecho de ser atravesada por el camino francés a Santiago, hecho que le sigue
reportando numerosos beneficios a nivel turístico.
Bueno, pues ya sabemos.
Un molino de agua con su correspondiente pequeña presa para encauzar las aguas, nos saldrá al paso, así como una espléndida muestra de arquitectura rural perfectamente integrada en el entorno. Es de notar la inquietante apariencia de encontrarnos en un "pueblo fantasma"; es decir: en un pueblo deshabitado.
Esta pequeña población, perteneciente al ayuntamiento de Samos, nos muestra -como en todas estas aldeas o pequeños pueblos- una magnífica muestra de arquitectura rural.
San Cristovo do Real, Renche y este pueblo -San Martiño do Real- configuran en sí mismos una magnífica muestra de arquitectura popular, destacando como uno de los más importantes valores patrimoniales a destacar en la historia de esta región. Sus construcciones de mampostería, parcas en decoración, harán que nos fijemos en ellas de manera detenida y relajada. Son pueblos de un gran encanto que debemos observar y matizar en nuestro conocimiento.
Habremos leído en más de una ocasión, pues todos los verdaderos peregrinos se interesan por las noticias del Camino, que el alcalde de Samos (ahora mismo, no sabríamos decir si es el actual o fue el anterior) hace -o hacía- "barbaridades" con el Camino, demostrando (añadimos "presuntamente") un total desprecio por él. En efecto, hemos leído en alguna parte que se pretende (o pretendía) hacer un gran polígono industrial en Samos -¡Santo Cielo!, exclamará más de uno-. O, por ejemplo, que también en Samos se han cortado árboles centenarios y se ha asfaltado un tramo del Camino... ¡Ya!, pero... ¿Es eso motivo para no ir por Samos? ¿Para no ir y visitar un monasterio que es de los más antiguos de España? Si los peregrinos dejamos de ir por el Camino porque se hacen barbaridades, el Camino en sí mismo ya habría desaparecido porque barbaridades las hay dondequiera.... ¿Acaso no ha oído el peregrino que el alcalde de una población del Camino ha echado gravilla negra encima de una calzada romana para que los peregrinos caminen mejor? (¡¡¡Burrooooo!!! -dirá, posiblemente alguno-). ¿Acaso no ha oído el peregrino que el alcalde de una población del Camino ha puesto grandes losetas de piedra artificial -léase cemento o similar- para atravesar un bosque de un increíble encanto y que así, de esta manera, no se manchen de barro las botas de los peregrinos? (¡¡¡Burrooooo!!! -dirá, posiblemente, alguno-). ¿Acaso, en fin, no ha oído el peregrino que el responsable de una iglesia románica del Camino ha quitado las centenarias losas de gruesa y desgastada piedra del suelo para poner un terrazo de cocina "que queda más bonito y brillante" (¡¡¡Burrooooo!!! -dirá, posiblemente, alguno-). Y repetimos... ¿Eso es motivo para dejar de ir? Lo que hay que hacer -en nuestra opinión- es denunciar los abusos que veamos porque si dejamos de ir lo que propiciaremos será que se salgan con la suya y nos destruyan por completo esta maravillosa realidad que es el Camino. Entre todos, tenemos que concienciar a ciertos personajes municipales con delirios de grandeza -y otras variantes de delirios-, que el Camino no es un parque temático y que la Senda de las Estrellas no es Disneylandia -con todos nuestros respetos-. El peregrino busca lo auténtico y el sentirse a la par con aquellos que lo hicieron hace más de mil años antes que él. La soledad, el sosiego, lo imprevisto, la superación de las dificultades... Eso es lo que busca el peregrino; lo demás, es pura gana de "colgarse medallas" sin darse cuenta de que lo único que hacen es el más absoluto de los ridículos además de demostrar su increíble presunta falta de cultura (lo de "presunta" es por imperativo legal, claro).
Pero dejémoslo aquí y sigamos con Samos...
Aparte de su extraordinario cenobio (que data, nada más y nada menos que de la época de los suevos -siglo VI-) y del cual ya hablaremos largo y tendido en el correspondiente capítulo (en "De las ermitas a las catedrales"), podemos citar el enorme "Ciprés Milenario" -como es llamado- que se encuentra muy cerca del monasterio. También debemos destacar el denominado "Palco Municipal", de bella hechura, una torre con un típico reloj además de una fuente pública con todo lo que ello encierra de entrañable en nuestros pueblos. Por último (aunque, como siempre, dejamos otros descubrimientos a la curiosidad del jacobita) citar un monumento a los peregrinos con la representación de una familia que se dirige a Compostela.
Pero dejémoslo aquí y sigamos con Samos...
Aparte de su extraordinario cenobio (que data, nada más y nada menos que de la época de los suevos -siglo VI-) y del cual ya hablaremos largo y tendido en el correspondiente capítulo (en "De las ermitas a las catedrales"), podemos citar el enorme "Ciprés Milenario" -como es llamado- que se encuentra muy cerca del monasterio. También debemos destacar el denominado "Palco Municipal", de bella hechura, una torre con un típico reloj además de una fuente pública con todo lo que ello encierra de entrañable en nuestros pueblos. Por último (aunque, como siempre, dejamos otros descubrimientos a la curiosidad del jacobita) citar un monumento a los peregrinos con la representación de una familia que se dirige a Compostela.
Vigésima
séptima etapa
Poblaciones
por las que pasaremos:
Sivil
Perros
Aguiada
Sarria
Barbadelo
Rente
Brea
Ferreiros
En Galicia nos encontraremos con ciudades, algunos pueblos y muchísimas aldeas. Son comunidades de pocas personas, normalmente ancianas o de edad relativamente avanzada y esas aldeas se mantienen a duras penas en medio de una naturaleza exuberante. Antes de llegar a Sivil habremos pasado por otras dos exiguas aldeas: Gerolfe y Reiriz; aunque, a bien decir, más adecuado sería asegurar que se trate de una agrupación de caseríos en ambos casos. En todos ellos destaca su magnífica arquitectura rural la cual hará nuestras delicias fotográficas (con cámara o sin ella). Esta población es la última del concello de Samos y a partir de la siguiente aldea (Perros) ya entramos en el concello de Sarria.
Otra aldea de las muchas que vamos encontrando y encontraremos. Por cierto, aunque tenga el nombre de "Perros", ello no quiere decir que en esta aldea haya más perros de lo normal. El autor estuvo preguntando sobre el origen de tan singular nombre pero no supieron darle razón convincente o plausible de ello.
En este sentido, y ya que estamos hablando de estos animales, hemos de resaltar que a todo lo largo del Camino nos encontraremos con perros sin dueño, en la mayoría de los casos, que saldrán a nuestro encuentro y nos ladrarán de manera un tanto "insolente". No debemos asustarnos. Guardemos la calma y siempre, SIEMPRE, debemos levantar nuestro bastón (normalmente metálico, de esos que se pliegan) y apuntar hacia la cabeza del animal según seguimos avanzando al mismo paso. Incluso cuando lo hayamos rebasado, seguiremos con el "bordón" levantado del suelo hacia el animal en señal de "advertencia" para que no se acerque. Hay que marcar un círculo "territorial" para que el animal comprenda que no debe rebasarlo bajo ningún concepto. El autor ha tenido más de un susto con estos perros casi asilvestrados pero con la técnica descrita no ha llegado a mayores hasta hoy. No obstante, leeremos en algún lugar que ciertos perros han atacado a un peregrino e, incluso, han llegado a morderlo en las piernas. Desconocemos si los protagonistas de estos sucesos llevaban en esos momentos el bastón desplegado o cómo actuaron en dicha situación. Recordemos: si algún perro sale a nuestro encuentro, nunca debemos correr (siempre nos alcanzará si se lo propone) ni tampoco empezar a gritarle ni a hacerle frente... Levantemos nuestro bordón y según avancemos mantengámoslo siempre apuntando a su cabeza... Normalmente desistirán de cualquier ataque.
Bueno, que nos hemos ido por otros derroteros, aunque estos consejos siempre sean interesantes y oportunos... ¿Qué destacar de la aldea de Perros? Pues lo más importante de estas zonas: su arquitectura rural.
Última aldea antes de llegar a la gran población de Sarria. Aquí, en medio de una abundante naturaleza y robustas casas compuestas por lascas irregulares y sobrios tejados de pizarra, nos reciben, una vez más, magníficas muestras de esa arquitectura popular y rural que ya va calando hondo en nuestra sensibilidad.
Sarria
El Edificio de la
Prisión Preventiva, en la salida del pueblo, nos sorprenderá por lo curioso de su aspecto exterior. También nos encontraremos con un bonito puente de ascendencia medieval -tras rebasar la mencionada Prisión Preventiva, que salva el río llamado "Pequeño" -humilde afluente del Sarria- aunque hemos visto en otros lugares que el nombre de dicho río es el de "Celeiro". Por ello, ante esta ambigüedad de datos, procedimos a consultar los correspondientes mapas topográficos, llegando a la conclusión de que no llegamos a ninguna conclusión a través de las consultas topográficas... Bueno, tras revisar varios datos de otras fuentes, podemos afirmar que ambos ríos son válidos; es decir: que el río se llama Celeiro pero que recibe también el nombre de Pequeño. Estamos en el denominado Ponte Áspera.
Otro de los lugares interesantes que dejamos al entusiasmo del peregrino visitar, es el torreón de la antigua muralla defensiva de la ciudad.
Aquí -si alguien no ha tenido la "feliz" ocurrencia de borrarlo, podremos ver unos bellos grafitos que reproducimos totalmente en esta obra y que expresan una sensibilidad poco común en este tipo de actuaciones artísticas.
En esta ciudad, a poco más de 100 kilómetros de Santiago de Compostela, inician muchos peregrinos su Camino para obtener la preciada certificación de haber hecho por “pietatis causa” la peregrinación a la tumba del Apóstol… No obstante, dado que se producen algunas “irregularidades” entre los jacobitas, se está planteando sellar la credencial dos veces al día a partir de aquí: una en el propio albergue de fin de etapa y otra en algún punto intermedio con el fin ya apuntado de minimizar las denominadas “irregularidades”. No obstante lo anterior, el autor estima que en la temporada invernal no es probable que esto se lleve a efecto dada la baja afluencia; aunque, en realidad, al que transita el Camino en invierno -verdadero peregrino en toda la extensión de la palabra- no le importan estas pequeñeces… Él, que tanto ha caminado ya desde –muy probablemente- allende los Pirineos, es un peregrino de verdad, que lo “único” que busca es disfrutar de la senda jacobea en su más pura esencia y vivirlo con toda la intensidad de la que sea capaz… Las bagatelas que otros quieran llevar encima no pertenecen al mundo del que lo realiza en invierno… porque él es la misma esencia jacobea.
Otro de los lugares interesantes que dejamos al entusiasmo del peregrino visitar, es el torreón de la antigua muralla defensiva de la ciudad.
Aquí -si alguien no ha tenido la "feliz" ocurrencia de borrarlo, podremos ver unos bellos grafitos que reproducimos totalmente en esta obra y que expresan una sensibilidad poco común en este tipo de actuaciones artísticas.
En esta ciudad, a poco más de 100 kilómetros de Santiago de Compostela, inician muchos peregrinos su Camino para obtener la preciada certificación de haber hecho por “pietatis causa” la peregrinación a la tumba del Apóstol… No obstante, dado que se producen algunas “irregularidades” entre los jacobitas, se está planteando sellar la credencial dos veces al día a partir de aquí: una en el propio albergue de fin de etapa y otra en algún punto intermedio con el fin ya apuntado de minimizar las denominadas “irregularidades”. No obstante lo anterior, el autor estima que en la temporada invernal no es probable que esto se lleve a efecto dada la baja afluencia; aunque, en realidad, al que transita el Camino en invierno -verdadero peregrino en toda la extensión de la palabra- no le importan estas pequeñeces… Él, que tanto ha caminado ya desde –muy probablemente- allende los Pirineos, es un peregrino de verdad, que lo “único” que busca es disfrutar de la senda jacobea en su más pura esencia y vivirlo con toda la intensidad de la que sea capaz… Las bagatelas que otros quieran llevar encima no pertenecen al mundo del que lo realiza en invierno… porque él es la misma esencia jacobea.
Una vez más nos encontramos con
pequeñas poblaciones que salpicarán nuestro recorrido diario. Barbadelo no es
ajena a esta realidad y nos muestra una magnífica variedad de casas de corte tradicional.
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Desde Sarria hasta Portomarín nos iremos encontrando con una serie de aldeas sin apenas distancia entre muchas de ellas... |
Macizas casa de sillería o sillarejo saldrán a
nuestro encuentro. Sus fuertes paredes resisten el paso del tiempo aunque,
desafortunadamente, podamos comprobar que no todas las casas tienen "buena
salud" pues algunas de ellas se presentan ajadas o en fase de evidente
deterioro.
Por supuesto, en la pequeña aldea de Brea, seguiremos admirando
las fotogénicas, robustas y acogedoras casas de
gruesa piedra y fina pizarra... Aunque al rebasar este emplazamiento
y antes de llegar a una todavía más pequeña aldea llamada Morgade, tenemos un monumento
singular que hará que nos emocionemos... ¿Que qué monumento es éste? Pues ni
más ni menos que nos encontraremos con el mojón tan esperado durante cientos o
miles de kilómetros... ¡El mojón del kilómetro
100! ¡Ahí está! ¡Ya sólo nos quedan cien kilómetros! ¡Qué es eso
para el esforzado peregrino invernal! Nada. ¡Ya casi estamos en Santiago!
Esta población es la primera
parroquia del Concello de Paradela
en la cual encontraremos, como de costumbre en estas "cuasi aldeas",
una buena muestra de arquitectura rural;
destacando algunas construcciones verdaderamente hermosas en su formidable
estampa.
Vigésima
octava etapa
Poblaciones
por las que pasaremos:
Rozas
Vilachá
Portomarín
Gonzar
Castromaior
Hospital da
Cruz (Hospital de la Cruz)
Tanto esta pequeña población (aldea) como la siguiente de Vilachá, tienen como característica más destacable su buena fábrica en piedra y pizarra siendo ésta es la última aldea perteneciente a Paradela. Como ya viene siendo habitual, las casas de fuerte piedra y cubierta de pizarra también serán nuestras compañeras mientras transitemos por sus callejas de rústico e innegable encanto.
La entrada en
Portomarín se lleva a cabo por uno de los arcos del puente romano y
medieval al que se ha adosado una inmensa y abrumadora escalinata, con una pequeña capilla en su parte superior. Su subida
(por ahí se indica que sigue el Camino) nos dejará poco menos que sin
respiración. Eso sí, si estando ya arriba giramos la cabeza para observar el
paisaje, éste nos recompensará por el esfuerzo realizado… A veces, si el agua del embalse estuviera suficientemente baja, podremos ver el antiguo puente que servía para atravesar este río: el Miño. Debemos saber que la inmensa mayoría del pueblo quedó bajo las aguas como consecuencia de la construcción del mencionado embalse (que no pantano) del Belesar; obra que se inauguró allá por los ya algo remotos tiempos de la década de los años sesenta.
Los pazos del Conde da Maza (actual Ayuntamiento) y el del dos Pimentales, además del de Berbeteros, se reubicaron -al igual que la iglesia fortaleza- para salvarlos de las aguas del Belesar… pues, en efecto, fueron varios los monumentos o construcciones de interés que fueron desmontados piedra a piedra y reconstruidos en la parte alta de su anterior emplazamiento, fuera ya del peligro de quedar sumergidos. Es curioso observar cómo todavía se puede ver en muchas de las piedras de esos edificios la numeración que permitiría -como si se tratara de un inmenso puzle o rompecabezas- su exacta reconstrucción.
Los pazos del Conde da Maza (actual Ayuntamiento) y el del dos Pimentales, además del de Berbeteros, se reubicaron -al igual que la iglesia fortaleza- para salvarlos de las aguas del Belesar… pues, en efecto, fueron varios los monumentos o construcciones de interés que fueron desmontados piedra a piedra y reconstruidos en la parte alta de su anterior emplazamiento, fuera ya del peligro de quedar sumergidos. Es curioso observar cómo todavía se puede ver en muchas de las piedras de esos edificios la numeración que permitiría -como si se tratara de un inmenso puzle o rompecabezas- su exacta reconstrucción.
En esta población podremos ver un precioso hórreo con frentes en vistosa piedra primorosamente tallada, flancos en grisácea madera y maciza base en lascas irregulares.
Un modesto cruceiro nos saldrá al paso mientras seguimos admirando la pétrea arquitectura rural que se mezcla con otras construcciones de corte más moderno.
Como ya iremos comprobando, los típicos hórreos serán nuestros compañeros en muchos kilómetros. Siempre de bella estampa, su silueta nos dirá inequívocamente en qué lugar nos encontramos... (Con permiso de otros lugares de España en donde también se pueden hallar). Además, y sin ánimo de ser reiterativos, la arquitectura tradicional se presenta con su peculiar protagonismo.
Esta aldea, según nos dicen, pertenece a la parroquia de San Mamede do Río (o algo así) perteneciente a su vez a Portomarín. Veremos algunos hórreos y, elevándose del suelo que las vio nacer, esas fotogénicas casas de noble piedra en magnífica pizarra coronadas.
Vigésima
novena etapa
Poblaciones
por las que pasaremos:
Ventas de
Narón
Ligonde
Airexe
Palas de Rei
Casanova
Leboreiro
Furelos
Melide
En esta
población, según nos informó un vecino, en el año 1524 , en viaje hacia La Coruña para casarse con María
Tudor, pernoctó Felipe II en la denominada "Casa do Carneiro", perteneciente a la familia Ulloa, que estuvo destinada a alojamiento de la realeza por lo que no parece incierto que estuviera aquí el mismísimo Felipe II. Sin embargo, producto de nuestras pesquisas, tal vez haya que modificar la fecha antes citada (1524) ya que si el emperador iba en viaje de desposorios para contraer nupcias con María Tudor, dicha boda se realizó el 25 de julio de 1554. Nótese lo significativo de la fecha... 25 de julio: festividad de Santiago Apóstol, patrón de las Españas.
Perteneciente al municipio de Monterroso, se encuentra enclavado en la comarca de Ulloa destacando como monumento, la cruz y el pequeño túmulo que nos recuerda que allí existió un importante cementerio de peregrinos anexo a un hospital que aquí se encontraba y que pertenecía a la Orden de Santiago. Debemos detenernos para contemplar la interesante construcción del cementerio que encontraremos justo al lado del Camino. Nos llamará, sin duda, la atención.
Además, algunas de sus casas presentan blasones de noble, y bella factura.
Y también citar (sería imperdonable no hacerlo) el famosísimo cruceiro de Ligonde del cual se afirma que representa a la Virgen en maternidad; aunque a nosotros se nos antoja, después de observarlo atentamente, que tal vez se trate de una Piedad. No obstante, es una opinión personal que no pretende "sentar cátedra" en absoluto.
Perteneciente al municipio de Monterroso, se encuentra enclavado en la comarca de Ulloa destacando como monumento, la cruz y el pequeño túmulo que nos recuerda que allí existió un importante cementerio de peregrinos anexo a un hospital que aquí se encontraba y que pertenecía a la Orden de Santiago. Debemos detenernos para contemplar la interesante construcción del cementerio que encontraremos justo al lado del Camino. Nos llamará, sin duda, la atención.
Además, algunas de sus casas presentan blasones de noble, y bella factura.
Y también citar (sería imperdonable no hacerlo) el famosísimo cruceiro de Ligonde del cual se afirma que representa a la Virgen en maternidad; aunque a nosotros se nos antoja, después de observarlo atentamente, que tal vez se trate de una Piedad. No obstante, es una opinión personal que no pretende "sentar cátedra" en absoluto.
En Galicia no podemos decir aquello de... "Y nos encontramos con una aldea más..." porque cada aldea tiene su personalidad propia y aunque muchas se parezcan, cada una mantiene ese algo distintivo que las separa en su presencia aunque no en su esencial configuración. Los hórreos, su escaso número de casas en piedra esquistosa pero en perfecta sintonía con la naturaleza que las abraza, sus bonitas puertas en madera rodeadas en dintel de granito gallego... y, en fin, muchos pequeños detalles que, a pesar del pequeño tamaño de la aldea, sabremos descubrir para solaz de nuestros sentidos.
Palas de Rei
Palas de Rei
es otro de los lugares en los cuales se agrupaban los peregrinos para poder
afrontar con mayores garantías de éxito su caminar… En este caso no se trataba de atravesar grandes puertos de montaña o de sumergirse en la frondosidad de espesos y siempre peligrosos bosques; antes al contrario, se trataba de que estando el
final tan cerca no sería de desear que algún contratiempo diera al traste con
tan largo viaje.
Bueno, aunque no sea una obra de la antigüedad más antigua, merece la pena que nos fijemos en una composición escultórica que encontraremos en esta población y que representa a una pareja de peregrinos bailando. Bien, sin duda es una composición original en -creemos- granito de la zona. También cabría destacar el magnífico castillo de Pambre (castelo de Pambre) aunque queda un poco lejos del Camino como para ir andando... No obstante, si el peregrino tiene interés, tenemos entendido que hay visitas guiadas todos los días.
También podremos fijarnos en el edificio del Ayuntamiento que aunque tampoco sea de los antiguos y "veteranamente vetustos", tiene una imagen ciertamente interesante... Con sus paredes encaladas en medio de dinteles y esquinas de recio granito.
En sus aledaños, algún cruceiro, una pequeña fuente con su templete de piedra adornada con una venera y algún que otro cabazo (ya explicado en la correspondiente fotografía -unas líneas más arriba de la presente- y mencionado en Leboreiro -unas líneas más abajo de la presente-) son algunas de las curiosidades que encontraremos.
Por supuesto y como ya viene siendo habitual, dejamos a la inquietud del peregrino el hallazgo de cualquier otro detalle de interés pues si todo fuera detallado... "no tendría gracia" cuando llegáramos.
Bueno, aunque no sea una obra de la antigüedad más antigua, merece la pena que nos fijemos en una composición escultórica que encontraremos en esta población y que representa a una pareja de peregrinos bailando. Bien, sin duda es una composición original en -creemos- granito de la zona. También cabría destacar el magnífico castillo de Pambre (castelo de Pambre) aunque queda un poco lejos del Camino como para ir andando... No obstante, si el peregrino tiene interés, tenemos entendido que hay visitas guiadas todos los días.
También podremos fijarnos en el edificio del Ayuntamiento que aunque tampoco sea de los antiguos y "veteranamente vetustos", tiene una imagen ciertamente interesante... Con sus paredes encaladas en medio de dinteles y esquinas de recio granito.
En sus aledaños, algún cruceiro, una pequeña fuente con su templete de piedra adornada con una venera y algún que otro cabazo (ya explicado en la correspondiente fotografía -unas líneas más arriba de la presente- y mencionado en Leboreiro -unas líneas más abajo de la presente-) son algunas de las curiosidades que encontraremos.
Por supuesto y como ya viene siendo habitual, dejamos a la inquietud del peregrino el hallazgo de cualquier otro detalle de interés pues si todo fuera detallado... "no tendría gracia" cuando llegáramos.
Otra aldea entre las innumerables que vamos encontrando por estos tramos de corredoiras inmersas en magníficos bosques. Debemos destacar que muchas de estas aldeas están formadas por unas pocas casas por lo que, salvo que tengan algo muy peculiar, normalmente no se citan; tan sólo nos limitamos a mencionar las más importantes dentro de su pequeño tamaño. En esta ocasión estamos en la última aldea de la provincia de Lugo; a partir de ahora entraremos en la última de las provincias de nuestro ya largo pero intenso recorrido: La Coruña (o, como dicen los "modernos", en A Coruña -¡Que nadie se enfade, por favor!-).
Sin embargo, debemos tener presente que todos estos caseríos diseminados entre la más magnífica de las espesuras, entre ubérrimos prados y abundantes regatos, son un regalo para nuestros sentidos pues entramos en el convencimiento de encontrarnos en la Galicia más auténtica, más profunda, mas ancestral.
Casanova no es ajena a esta realidad y como nota más destaclable podremos citar su entrañable arquitectura rural.
La magnífica representación pétrea de sus casas con viejas tejas teñidas de musgos y líquenes, volverá a asombrarnos. Un sencillo cruceiro saldrá a nuestro paso en un ensanchamiento de la vía por la que transitamos. Estamos en el primer pueblo o aldea de A Coruña como ya hemos indicado anteriormente.
Enfrente de la iglesia de Santa María se encuentra la fachada de la llamada “Casa de la Enfermería” la cual fue, según se comenta en esta población, un antiguo hospicio de peregrinos.
Enfrente de la iglesia de Santa María se encuentra la fachada de la llamada “Casa de la Enfermería” la cual fue, según se comenta en esta población, un antiguo hospicio de peregrinos.
Un puente del
siglo XIV sobre el río Seco (otra vez esta denominación) nos facilita su cruce…
En plena calle podemos ver un “cabazo”
(pequeño hórreo en forma de gran canasta y cuya descripción ya se ha hecho en la correspondiente fotografía ilustrativa de esta etapa).
Otra aldea con sus magníficas casas en estilo tradicional aunque, como suele ocurrir en estos casos, se nota la innegable influencia de la urbe -aunque no sea muy grande- de Melide. Por ello, veremos alternadas otras construcciones de corte más moderno. No obstante lo dicho, todavía quedan construcciones demostrativas de esa aquitectura rural que tan entrañable ya es para nosotros.
Un poco antes de entrar en esta población, en una zona boscosa, existe un curioso dispositivo "comercial" que lo único que consigue es "asustar" o, en el mejor de los casos, "sobresaltar" al espiritual peregrino que por allí transita ajeno a las miserias de este mundo y con el pensamiento puesto en las más altas cotas que humano alguno pueda concebir. Bien, bien... Y, ¿a cuento de qué viene esto? Pues mire usted, amable lector y seguidor del blog... ¿Qué pensaría si en plena tarde ya anochecido, sin más luz que el haz proyectado por nuestra linterna y sin más preocupación que ir pensando en aspectos profundos de nuestra existencia o, tal vez, disfrutando de una soledad y un silencio que nos arropa desde hace rato, de repente sonara un bocinazo a nuestro lado? Posiblemente -muy posiblemente- daríamos un salto y miraríamos perplejos hacia la fuente de dicho ruido que no es otra cosa que un estridente sonido para anunciarnos "a bombo y platillo" -nunca mejor dicho- las excelencias de no sé qué albergue que en Melide nos espera... ¡Ja!, ¡menuda gracia! Resulta, estimado lector, que en un punto del sendero seguramente accionado por alguna célula fotoeléctrica, cuando pasa alguien por ahí se pone en marcha un sistema de megafonía que nos dice que el albergue tal -la verdad sea dicha, no recordamos cuál- es magnífico y debemos ir sin mayor dilación a él. La verdad... no sabemos que reacción provocará en otros peregrinos, pero al autor -en su último Camino- a eso de las ocho de la tarde-noche, ensimismado en sus pensamientos, casi sufre un infarto por culpa de la dichosa megafonía. Por supuesto, en caso de que no hubiera ningún otro albergue abierto en Melide jamás pernoctaría en el que anunciaban, tal fue la fobia que le provocó semejante atentado a su intimidad, paz y sosiego. Antes hubiera preferido dormir en algún cómodo banco del pueblo. Luego, comentando el hecho en el albergue municipal, nos dijeron que no éramos los únicos que nos habíamos quejado de semejante sistema publicitario.
Quede claro que este comentario es a título personal y en modo alguno quiere decir que vaya a provocar el mismo rechazo en otros y ni siquiera que se quiera insinuar tal cosa; pero nos parece oportuno advertirlo mientras rezamos fervorosamente para que no se vaya poniendo de moda este modo de publicidad. ¡Sólo nos faltaba que a cada paso nos dieran un bocinazo sobre las excelencias de ir al restaurante de mengano, al albergue de zutano o al hotel de vaya usted a saber quién! ¡Dios mío, no queremos ni pensarlo!
Pero dejemos estos asuntos y pasemos al objeto directo de este apartado: los monumentos civiles... Ya, en la entrada de esta población, cruzaremos el río Furelos por un puente romano o medieval de bella fábrica Entre los demás monumentos, podemos encontrar un magnífico Ayuntamiento cuyo edificio data del siglo XVIII, además de otro cruceiro que no deberíamos perdernos en su contemplación y que se encuentra al lado de la capilla de San Roque pues está considerado como el más antiguo de toda Galicia.
Aunque no sea un monumento, creemos que sí está considerado como tal pues nos referimos al famosísimo pulpo de Melide que no deberíamos desaprovechar la ocasión para saborearlo en alguna de las famosas pulperías que por aquí se encuentran.
Por supuesto, hay más monumentos esparcidos por sus calles en espera de ser descubiertos por el peregrino; por un peregrino que, en este caso que estamos tratando, será un peregrino muy especial: el peregrino de invierno.
Quede claro que este comentario es a título personal y en modo alguno quiere decir que vaya a provocar el mismo rechazo en otros y ni siquiera que se quiera insinuar tal cosa; pero nos parece oportuno advertirlo mientras rezamos fervorosamente para que no se vaya poniendo de moda este modo de publicidad. ¡Sólo nos faltaba que a cada paso nos dieran un bocinazo sobre las excelencias de ir al restaurante de mengano, al albergue de zutano o al hotel de vaya usted a saber quién! ¡Dios mío, no queremos ni pensarlo!
Pero dejemos estos asuntos y pasemos al objeto directo de este apartado: los monumentos civiles... Ya, en la entrada de esta población, cruzaremos el río Furelos por un puente romano o medieval de bella fábrica Entre los demás monumentos, podemos encontrar un magnífico Ayuntamiento cuyo edificio data del siglo XVIII, además de otro cruceiro que no deberíamos perdernos en su contemplación y que se encuentra al lado de la capilla de San Roque pues está considerado como el más antiguo de toda Galicia.
Aunque no sea un monumento, creemos que sí está considerado como tal pues nos referimos al famosísimo pulpo de Melide que no deberíamos desaprovechar la ocasión para saborearlo en alguna de las famosas pulperías que por aquí se encuentran.
Por supuesto, hay más monumentos esparcidos por sus calles en espera de ser descubiertos por el peregrino; por un peregrino que, en este caso que estamos tratando, será un peregrino muy especial: el peregrino de invierno.
Trigésima
etapa
Poblaciones
por las que pasaremos:
Boente
Castañeda
Ribadiso de
Baixo (Ribadiso de Abajo)
Arzúa
Calle
Salceda
Santa Irene
Rúa
Pedrouzo
La proximidad de Melide se deja notar en las construcciones de esta pequeña población; población que ha ido remodelando sus casas para adaptarlas a estándares de mayor confort y funcionalidad. Por supuesto, como es habitual, ello redunda en una pérdida de autenticidad en el estilo de construcción rural. No obstante, todavía podemos ver algunas casas de buena fábrica con sus piedras teñidas por el tiempo y sus herrumbrosos tejados... además de contemplar (al lado de un cruceiro) una entrañable fuente pública de esas que ya van quedando cada vez menos y que tienen en la actualidad una función eminentemente estética ya que el consabido cartelito de "agua no tratada" o directamente el de "agua no potable" han dado al traste con su preciado uso. En este caso concreto, un vecino que pasaba por allí, viendo nuestro interés y mirada de cariño nostálgico, se acercó y nos dijo que la fuente era llamada en el pueblo "Fuente da Saleta". Por supuesto, agradecimos el dato el cual queda reflejado en estas líneas.
En fin, dejamos a la curiosidad del peregrino el descubrimiento de los pequeños detalles que muchas veces nos transmiten intensos mensajes emocionales.
Castañeda... Sus celebérrimos hornos de cal en donde se preparaban las piedras para la construcción de la catedral... Bueno, pero esto ya lo habremos oído en múltiples ocasiones por lo que no vamos a incidir mucho más en ello. Hoy en día, al no realizarse tal tarea, quedamos eximidos de tener que cargar piedras desde Triacastela. Con la que dejamos en la Cruz de Ferro ya está bien.
Algún que otro bonito hórreo con cromáticas maderas nos llamarán la atención mientras caminamos en busca del río Iso. Dados los colores y formas con los que están decorados algunos de ellos, podríamos decir que nos encontramos en presencia de "hórreos de diseño".
![]() |
Imagen de archivo (puente sobre el río Iso en las proximidades de Ribadiso de Baixo) |
Pequeña población en la cual destacan sus casas en arquitectura rural de bella y homogénea estampa que se mimetiza perfectamente con el exuberante entorno que lo proteje. A la entrada, cuando llegamos a la altura del "coqueto" albergue que está al lado del río, pasaremos por un interesante puente medieval.
La fiesta del queso es una importante
manifestación que se celebra todos los años el primer domingo del mes de marzo. Por supuesto, conviente llegar pronto porque a poco que nos descuidemos luego ya no quedará prácticamente nada. El autor ha coincidido en dos ocasiones en esta festividad y puede dar fé de los sabrosos quesos que se exponen, venden y degustan.
Aparte de la fiesta mencionada, en esta población y aunque estemos hablando de una ciudad relativamente grande -en comparación con las que venimos visitando-, Arzúa ha sabido mantener un tono sostenido en cuanto al encanto de sus casas de piedra con balconadas, ventanales y puertas en resistentes y bellas maderas. También debemos destacar algunos escudos heráldicos de buena labra.
Aparte de la fiesta mencionada, en esta población y aunque estemos hablando de una ciudad relativamente grande -en comparación con las que venimos visitando-, Arzúa ha sabido mantener un tono sostenido en cuanto al encanto de sus casas de piedra con balconadas, ventanales y puertas en resistentes y bellas maderas. También debemos destacar algunos escudos heráldicos de buena labra.
Una aldea de reducidas dimensiones en la cual, aparte de su arquitectura típica de la zona, el Camino pasaba por debajo de un hórreo de madera que, la verdad sea dicha, resultaba bastante fotogénico. No sabemos muy bien las causas, pero ese hórreo que aparecía fotografiado en todas las publicaciones de esta etapa, ha desaparecido... Sí, desaparecido por el efecto del tiempo pues su deterioro ya se venía observando año tras año hasta que, posiblemente para evitar cualquier accidente, ha sido desmontado. No sabemos si se reconstruirá o si, por el contrario, será uno más de los elementos que van faltando poco a poco y cuyo recuerdo sólo queda en nuestras cámaras y en nuestra retina. Otros hórreos de tradicional factura podrán ser vistos según avanzamos en nuestro caminar.
Y en cuanto a Salceda, podemos decir que su arquitectura rural es lo más destacable en esta pequeña población.
Esta pequeña aldea, ya en las puertas de la capital de la Comunidad Gallega, nos ofrece -siempre que hagamos un pequeñísimo desvío cruzando la carretera y pasando por un breve túnel- una interesante fuente barroca de compacto aspecto que nos sorprenderá por lo inusual de su hechura.
En cuanto a Rúa, podemos comentar que los hórreos y las casas de arquitectura tradicional son recurrentes en esta pequeña población.
En cuanto a Rúa, podemos comentar que los hórreos y las casas de arquitectura tradicional son recurrentes en esta pequeña población.
Ya estamos en las puertas de Santiago de Compostela cuando lleguemos a Pedrouzo y la arquitectura cambia radicalmente con respecto a lo que hemos estado acostumbrados hasta ahora en esas aldeas o pequeños pueblos. A partir de aquí nos encontraremos con industrias, un aeropuerto, autovías y una amalgama de viviendas producto de la presión inmobiliaria además de un largo etcétera que haría de nuestro caminar algo monótono si no fuera por la ilusión contenida de que ésta sea nuestra última etapa. La Catedral ya está ahí, al alcance de nuestra mano... Y eso, esa idea, ayuda -y mucho-. Tan sólo la primera parte del recorrido nos transportará a esos paisajes acostumbrados al discurrir por un espeso y encantador bosque de eucaliptos. El resto: una transición entre los bucólicos y tranquilos paisajes dejados ya atrás y la desbordada alegría del Obradoiro.
Trigésima
primera etapa
Poblaciones
por las que pasaremos:
Lavacolla
San Marcos
Santiago de
Compostela
En su término municipal se encuentra el aeropuerto de Santiago de Compostela. Lo citamos porque aunque no sea un monumento en el sentido que lo venimos aplicando, sí es cierto que constituye una novedad en nuestro discurrir. Por cierto, será necesario recordar una vez más que el camino es el Camino y que no podemos estarlo cambiando continuamente por esto, aquello o lo de más allá. En este sentido, el sendero que discurre por el espeso bosque de eucaliptos llegaba perpendicularmente a una de las pistas del citado aeropuerto; tanto es así que en este trabajo se detalla cómo queda grabado en el subconsciente de un peregrino el despegue de un avión configurado como una simpática anécdota... Bueno, pues ahora ya no. Ahora -creemos que desde el Año Santo del 2010- el camino se ha desviado de tal manera que ya no vamos paralelos a la pista de despegue. Otro cambio más... Y así continuamente... Para el peregrino que lo haga por primera vez no reparará en ello, pero para el que ya lleva varios caminos, se dará perfecta cuenta de cómo hoy nos encarrilan por la derecha, mañana por la izquierda y luego, sin saber muy bien el porqué, por el centro... ¡Qué lástima que algunas autoridades no se tomen en serio el Camino de Santiago y no hagan valer las leyes, tener en cuenta los aspectos históricos y de conservación del entorno o, una vez definidos, mantener siempre el mismo trazado! ...Pero claro... se podría decir que eso es otra historia.
Bien, volviendo a nuestro quehacer, diremos que en Lavacolla encontraremos un interesante cruceiro con un Cristo sedente que data -según pudimos saber- del siglo XIV y que está nominado como Cruz do Home Santo con unas trece figuras talladas en representación de Jesucristo, San Juan, la Virgen, Santiago con sus dos discípulos...
Esta pequeña población marca el tramo final de nuestro largo aunque siempre corto recorrido. Seis kilómetros nos separan del Monte do Gozo y una vez que lleguemos a dicho monte, sólo nos separarán de la Catedral 5,5 kilómetros que aunque son un poco tediosos por las razones apuntadas anteriormente, se salvan con toda la alegría que el momento requiere.
Debemos destacar el conjunto de monumentos del monte del Gozo y en particular dos figuras de bronce de gran tamaño representando a dos peregrinos ataviados "a la vieja usanza" que se muestran alborozados ante la vista de las agujas de la Catedral objeto de todos nuestros desvelos (no aconsejamos ver las torres desde el mismo albergue de la explanada del mencionado monte porque su localización es poco menos que "dificultosa" al tener que localizarlas a través de un corte en un grupo lejano de eucaliptos y entre algunas urbanizaciones).
Santiago de Compostela
También debemos aclarar, antes de ponernos de lleno en la realización de los presentes párrafos, que hacer una enumeración de los monumentos que podemos encontrar en Santiago de Compostela haría casi interminable esta última descripción de nuestro recorrido. Así, y sin querer agotar el detalle de sus principales joyas monumentales de carácter civil, podemos significar el Hostal de los Reyes Católicos, el Pazo de Raxoi (sede del Ayuntamiento), la llamada Casa Gótica (alberga en la actualidad en Museo de las Peregrinaciones), el Pazo de Fondevila (con sus ventanales y balcones volados), el Pazo de Feixoo (con su amplio vestíbulo e impresionante escalera), el Pazo de Bendaña (en cuya fachada destacan sus balcones con artísticos enrejados del más puro barroco compostelano). También podemos citar el precioso Mercado de Abastos (con su interesante fachada en piedra), el colegio San Clemente de Pasantes (en cuya fachada se pueden observar elementos decorativos que innovaron en su momento el barroco gallego de principios del XVII), así como la Facultad de Geografía e Historia (edificio neoclásico de enormes columnas) o, por no hacer interminable la relación, citaremos la casa do Cabido (casa del Deán) que presenta una peculiaridad ciertamente interesante... ¡Sólo tiene tres metros de fondo! La verdad es que a poco que preguntemos, alguien nos dirá en seguida que esa casa se construyó única y exclusivamente como ¡decoración! Sí, así es; pues se levantó para cerrar visualmente la plaza de Platerías y en realidad no se le asignó ninguna utilidad funcional.
Bien, ¿qué más decir? Muchas cosas podríamos decir como ya afirmamos a comenzar los comentarios de Santiago de Compostela; pero queremos hacer un especial énfasis en la increíble monumentalidad de todas las calles de su casco viejo, con esas losas desgastadas por el paso del tiempo que adquieren tintes irreales en cuanto empiezan a caer las primeras gotas. En definitiva, lo mejor de la ciudad de Santiago es sentir ese corazón vivo que perdura a través de los siglos. Dejémonos llevar a través de sus callejuelas -muchas de ellas con hermosos soportales- y revivamos el ambiente de muchos siglos atrás. El entorno en el que nos encontramos hará que esta sensación se apodere de nosotros inmediatamente.
Ahora ya hemos terminado nuestra peregrinación propiamente dicha, pero el peregrino, el verdadero peregrino que se ha sentido parte integrante de todo lo que le ha rodeado desde el comienzo de su caminar, sentirá en su interior una rebelión de los sentidos... En efecto, algo dentro de él le dice que el Camino no puede haber terminado allí, que es necesario seguir caminando siempre en pos de lejanas metas... Hemos aprendido a conseguir una de ellas con humildad, mucho esfuerzo y una gran ilusión que se habrá ido acrecentando con cada paso que dábamos pero sentimos al mismo tiempo que lo que acabamos de realizar es en verdad el comienzo de una nueva perspectiva de nuestra existencia. Por eso, mientras maduramos y dejamos que crezcan estas sensaciones vivas como nosotros mismos, tenemos una extraordinaria oportunidad: hacer cuatro jornadas más (tres para los que tengas prisas) y acercarnos a aquel mítico lugar que era temido por todos: el fin del mundo; porque hemos de saber que antes del descubrimiento de América, el mundo -llegados a estas tierras- sólo tenía el oriente. Nada existía hacia occidente. Sólo el mar, la mar océana, el llamado "Mare Tenebrosum", el lugar en el cual se creía firmemente que existía una inmensa catarata en la cual las aguas del Atlántico se precipitaban a abismos insondable, era lo que había más allá.
En este sentido, no nos resistimos a reproducir una interesante reseña que aparece en la página "elcastellano.org" con respecto a lo que comentamos. Dice: Atlas, un gigante de la mitología griega, fue condenado por Zeus a sostener la Tierra sobre sus hombros como castigo por haber tomado partido por los titanes en lucha contra los dioses. Para los griegos, el mundo se reducía a las cercanías del Mediterráneo, yendo desde el Asia Menor hasta las ‘columnas de Hércules’, como llamaban al peñón de Gibraltar. Y suponían que Atlas cumplía su castigo debajo de la Tierra, sumergido en aquel mar ignoto que se avistaba después de las columnas, motivo por el que Hesíodo lo llamó mar de Atlas o Atlántico. Por la misma razón, el supuesto continente perdido, que según Heródoto habría quedado sumergido en aquel mar, se llamó Atlántida. El nombre Atlas está formado por el prefijo a- y el verbo tlenai ‘soportar’, ‘sostener’. Aunque aquí se habla de las "columnas de Hércules", podemos hacerlo extensivo -debemos hacerlo- a la zona del fin del mundo por antonomasia: "Al Finis Terrae", a la llamada "costa de los Muertos", fin de todo lo conocido. Para ello recorreremos 113,5 kilómetros si queremos ir por Muxía y luego por Finisterre (o Fisterra como es la denominación oficial gallega) o algo menos en caso de ir directamente a Fisterra como fin de nuestra andadura o a Muxía como fin de dicha andadura. Cualquiera de las dos ciudades es un buen final, aunque el autor siempre ha gustado de ir a Muxía (lugar verdaderamente especial cargado de energía positiva que se siente perfectamente) y luego terminar en Finisterre que es un lugar también bonito pero sin ese halo de magia misteriosa que emana de cada roca de Muxía.
Cada cual deberá decidir su recorrido.
No obstante, como se ha creado un capítulo que hemos dado en llamar "Prolongación hacia el Finis Terrae", será ahí donde continuemos con la descripción de las ciudades y con todas aquellas particularidades que, sin duda, serán de nuestro interés. Damos aquí, pues, por terminado el capítulo dedicado a las ciudades, pueblos y aldeas.
Bien, ¿qué más decir? Muchas cosas podríamos decir como ya afirmamos a comenzar los comentarios de Santiago de Compostela; pero queremos hacer un especial énfasis en la increíble monumentalidad de todas las calles de su casco viejo, con esas losas desgastadas por el paso del tiempo que adquieren tintes irreales en cuanto empiezan a caer las primeras gotas. En definitiva, lo mejor de la ciudad de Santiago es sentir ese corazón vivo que perdura a través de los siglos. Dejémonos llevar a través de sus callejuelas -muchas de ellas con hermosos soportales- y revivamos el ambiente de muchos siglos atrás. El entorno en el que nos encontramos hará que esta sensación se apodere de nosotros inmediatamente.
Ahora ya hemos terminado nuestra peregrinación propiamente dicha, pero el peregrino, el verdadero peregrino que se ha sentido parte integrante de todo lo que le ha rodeado desde el comienzo de su caminar, sentirá en su interior una rebelión de los sentidos... En efecto, algo dentro de él le dice que el Camino no puede haber terminado allí, que es necesario seguir caminando siempre en pos de lejanas metas... Hemos aprendido a conseguir una de ellas con humildad, mucho esfuerzo y una gran ilusión que se habrá ido acrecentando con cada paso que dábamos pero sentimos al mismo tiempo que lo que acabamos de realizar es en verdad el comienzo de una nueva perspectiva de nuestra existencia. Por eso, mientras maduramos y dejamos que crezcan estas sensaciones vivas como nosotros mismos, tenemos una extraordinaria oportunidad: hacer cuatro jornadas más (tres para los que tengas prisas) y acercarnos a aquel mítico lugar que era temido por todos: el fin del mundo; porque hemos de saber que antes del descubrimiento de América, el mundo -llegados a estas tierras- sólo tenía el oriente. Nada existía hacia occidente. Sólo el mar, la mar océana, el llamado "Mare Tenebrosum", el lugar en el cual se creía firmemente que existía una inmensa catarata en la cual las aguas del Atlántico se precipitaban a abismos insondable, era lo que había más allá.
En este sentido, no nos resistimos a reproducir una interesante reseña que aparece en la página "elcastellano.org" con respecto a lo que comentamos. Dice: Atlas, un gigante de la mitología griega, fue condenado por Zeus a sostener la Tierra sobre sus hombros como castigo por haber tomado partido por los titanes en lucha contra los dioses. Para los griegos, el mundo se reducía a las cercanías del Mediterráneo, yendo desde el Asia Menor hasta las ‘columnas de Hércules’, como llamaban al peñón de Gibraltar. Y suponían que Atlas cumplía su castigo debajo de la Tierra, sumergido en aquel mar ignoto que se avistaba después de las columnas, motivo por el que Hesíodo lo llamó mar de Atlas o Atlántico. Por la misma razón, el supuesto continente perdido, que según Heródoto habría quedado sumergido en aquel mar, se llamó Atlántida. El nombre Atlas está formado por el prefijo a- y el verbo tlenai ‘soportar’, ‘sostener’. Aunque aquí se habla de las "columnas de Hércules", podemos hacerlo extensivo -debemos hacerlo- a la zona del fin del mundo por antonomasia: "Al Finis Terrae", a la llamada "costa de los Muertos", fin de todo lo conocido. Para ello recorreremos 113,5 kilómetros si queremos ir por Muxía y luego por Finisterre (o Fisterra como es la denominación oficial gallega) o algo menos en caso de ir directamente a Fisterra como fin de nuestra andadura o a Muxía como fin de dicha andadura. Cualquiera de las dos ciudades es un buen final, aunque el autor siempre ha gustado de ir a Muxía (lugar verdaderamente especial cargado de energía positiva que se siente perfectamente) y luego terminar en Finisterre que es un lugar también bonito pero sin ese halo de magia misteriosa que emana de cada roca de Muxía.
Cada cual deberá decidir su recorrido.
No obstante, como se ha creado un capítulo que hemos dado en llamar "Prolongación hacia el Finis Terrae", será ahí donde continuemos con la descripción de las ciudades y con todas aquellas particularidades que, sin duda, serán de nuestro interés. Damos aquí, pues, por terminado el capítulo dedicado a las ciudades, pueblos y aldeas.
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