miércoles, 30 de noviembre de 2011

  IR A ZONAS MONTAÑOSAS
  IR A BOSQUES Y MONTE BAJO
  IR A LLANURAS ESTEPARIAS










PRESENTACIÓN
DE
UNOS PAISAJES INÉDITOS


 
Comentábamos en el prólogo, que el Camino Francés ofrece unas peculiaridades verdaderamente singulares... Patrimonio de la Humanidad (Unesco, 1993), Itinerario Cultural Europeo (Consejo de Europa, 1987) o, también, el título honorífico de “Calle Mayor de Europa”.
Sin ninguna duda, no es un camino más. La ruta de las Estrellas se despliega ante nosotros conformando una perfecta alternancia de paisajes y, desde luego, de estados anímicos asociados. Francia (si comenzáramos en Saint-Jean Pied-de-Port o en cualquier ciudad de las diferentes rutas galas), Navarra, La Rioja, Castilla y León... Galicia, se van sucediendo ante nuestros asombrados ojos con una perfecta armonía en lo físico y en lo espiritual.

Ciertamente, existen diferentes caminos para llegar a Compostela; así, y sin ser exhaustivos, entre los más importantes caminos peninsulares, tenemos: Camino Francés –con su variante aragonesa-, Vía de la Plata (con el Camino Mozárabe), Camino del Ebro –con otros caminos catalanes-, Camino del Norte –con su variante en el Camino Primitivo-,  Camino aragonés -entrando por Somport o por el Portalet-, Camino Portugués -por la costa y por el interior-, Camino de La Lana (con origen en la ciudad de Alicante –además del que parte desde Valencia-), Camino de Madrid, Camino Inglés, prolongación a Muxía y Fisterra (o viceversa); además de todos aquellos otros que desde los cuatro puntos cardinales acceden a los trazados principales... Y ello, sin haber hecho referencia a la inmensa maraña de trayectos que a lo largo del resto del “Viejo Continente” se dirigen a la Ciudad del Apóstol. Entre éstos, podríamos citar los que parten desde Gran Bretaña (con continuación en el ya citado “Camino Inglés”), Alemania y Austria (atravesando Francia por la denominada Vía Lemovicense y la Podense –en este caso, atravesando Suiza-), Polonia... y tantas y tantas ciudades europeas. Entre éstos, cabe destacar los caminos que, "comenzando" en Francia, lo hacen en las ciudades de Paris, Vézelay -en esta misma obra se da una guía completa de todo este trazado en suelo galo pues el autor lo ha recorrido en el invierno 2012-2013-, Le Puy y, por último, Arlés.


El calor que desprende la tierra –mínimo- es suficiente para impedir que el roce de la niebla se condense en las ateridas ramas de los arbustos que se encuentran cercanas al suelo. Sin embargo, a pocos centímetros de la superficie ese calor se disipa y difumina de tal manera que el frío puede cumplir con su noble trabajo: dar un aspecto totalmente mágico al paisaje; un aspecto que nos emocione por lo que tiene de sorprendente, de inusual, de arrobador.
Sentiremos –con pleno convencimiento- que sólo unos pocos privilegiados –y los peregrinos de invierno lo son- pueden ver estas maravillas. Cuando lleguemos al albergue estaremos fuertemente impresionados por esas imágenes que la naturaleza y "el Sr." Santiago nos han permitido disfrutar.
BELORADO – VILLAFRANCA MONTES DE OCA  14.01.06



Sin embargo, destaca el llamado camino Francés -con una importantísima tradición jacobea- siendo, además, el único que presenta la alternancia “paisajístico-espiritual” que sigue (al unísono con la ruta aragonesa). Este Camino también es denominado “la ruta de las Estrellas” por discurrir bajo el mismo trazo que recorre la Vía Láctea en los cielos... Siempre, en todo momento, un aire de irrealidad, de magia, de misterio, nos envuelve sin casi darnos cuenta al principio mientras que, tras algunas etapas, comenzaremos a vislumbrar toda una serie de connotaciones que nos sorprenderán a nosotros mismos sin apenas haber reparado en ello.
Tras hacer el Camino nos damos cuenta de que hemos sido protagonistas de una experiencia vital que no tiene parangón en lo que la sociedad nos pueda ofrecer hoy en día. El Camino de Santiago nos atrapa en su mundo singular en pos de la tumba del Apóstol y, posteriormente, en su prolongación hacia el fin de la tierra; del Finis Terrae, del fin del mundo conocido para toda Europa antes del descubrimiento de América.
 
Un impresionante hayedo (Fagus Sylvatica) desnudo nos acompañará desde el Alto de Mezkiritz hasta los aledaños de Biskarreta (Gerendiain). Este bosque que atravesamos parece estar encantado pues un aire misterioso se esconde tras los troncos y las parduzcas hojas que se encuentran en el suelo a modo de primorosa alfombra. Es significativo conocer que los hayedos constituyen la masa boscosa más importante de la Comunidad Foral de Navarra llegando a constituir, incluso, la tercera parte de todos los que existen en la Península Ibérica.
RONCESVALLES – ZUBIRI  25.12.06
       
Cuando comenzamos en las verdes y feraces tierras navarras (y, ni que decir tiene, si lo iniciamos en Francia) nos encontramos con un paisaje que nos absorbe por completo. Nos sentimos extasiados ante las níveas montañas o el verde intenso de sus colinas, ante la frondosidad de sus bosques de hayas, abedules, robles y pinos; ante la profusión de los helechos y las hiedras, ante la rumorosidad de sus ríos y manantiales... En definitiva, nuestros sentidos se sienten atraídos por la inmensa riqueza cromática y melódica que nos rodea por doquier.
Según avanzamos en nuestro camino, ya cuando nos acercamos a La Rioja - y mientras caminamos por esta Comunidad - el paisaje comienza a transformarse de tal manera que los bosques van dejando paso a una naturaleza de transición entre lo exuberante y lo parco, entre la variopinta diversidad y la monocroma sobriedad que nos aguarda y todo ello se va alternando, entre valles y altozanos, hasta llegar a Burgos. 


Paralelos a la carretera, en plena Maragatería, el camino discurre en un tramo de suave pendiente y prácticamente recto. En estas etapas, los vientos pueden sorprendernos con una inusitada fuerza frontal. Cuando así ocurre, los peregrinos suelen agruparse “en fila india” para poder avanzar más fácilmente, alternándose en su cabecera. A nuestra izquierda, siempre presente, la figura del Teleno nos acompaña con su nívea cumbre.
SANTA CATALINA DE SOMOZA – EL GANSO 10.02.07
  

Al salir de Burgos, al poco, entramos en pleno páramo castellano–leonés. Las tierras, ahora ocres, dominan todo nuestro entorno. En alguna guía del Camino o, tal vez, en alguna publicación de las que, de vez en cuando, se hacen eco del acontecer jacobeo, leeremos –a veces, como decimos, así lo expresan- que estas etapas son aburridas y que constituyen un simple trámite que debemos soportar en medio del tedio y la penitencia. Nada más lejos de la realidad.
Seguiremos caminando y nos adentraremos, cada vez más, en una tierra, sí, de desolación y soledad pero, sin duda por este motivo, cautivadora como pocas. En efecto, en los páramos de la provincia de Burgos o, ya en Palencia, en plena comarca de Tierra de Campos, la austera superficie cerealista nos dará compañía durante mucho tiempo. No será hasta pasar la ciudad de León cuando veamos cambiar este paisaje; paisaje que, durante unos 200 kilómetros, nos habrá acompañado potenciando nuestra sensibilidad y nuestra capacidad de percepción interior. De hecho, es aquí en donde ya estamos en disposición de sumergirnos en nosotros mismos; de sentir cómo la vida, las vivencias, los sentimientos y las emociones  comienzan a desfilar por nuestra mente, reverberando en nuestra conciencia todo un universo de sensaciones.
En el tramo comprendido entre Carrión de los Condes y Calzadilla de la Cueza, tenemos el más preclaro ejemplo de lo que antecede: el camino deviene en un recorrido pausado, dilatado, calmo. Zona de soledades y silencios, sin ningún núcleo de población en tan larga distancia, sólo el sonido cadencioso de las pisadas y el rítmico golpeteo del bordón resuenan en nuestros oídos. El acompasamiento que durante unos 14 kilómetros, nos acompañará, hace que entremos en una especie de estado supramaterial que propicie e impulse nuestra consciencia al subvertir las percepciones habituales. Aprehendemos una nueva dimensión que hace que nos desentendamos por momentos de nuestro entorno inmediato. Solos, con la armonía del tiempo al unísono de nuestros pensamientos, vagamos ingrávidos en un viaje intemporal.


El aliento casi se vuelve escarcha al salir el aire de nuestra boca. Todo es silencio alrededor de nosotros. Solamente, de vez en cuando, una ráfaga de viento ulula en la penumbra propiciada por una pertinaz niebla que nos restringe el horizonte a unos pocos metros. El frío se cuela por las pequeñas ranuras de nuestra vestimenta y hace que nos ajustemos más la ropa de vez en cuando. Si viéramos sin niebla, la sensación no sería –ni de lejos- la misma. Al no ver mucho más allá, no podemos reprimir un cierto temor difuso que deberemos vencer a cada paso. De esto saben mucho los montañeros. Aunque conozcamos bien el terreno, NUNCA nos confiemos y vayamos siempre muy atentos a los vestigios de señalización que pudiéramos encontrar. En invierno, todo se tapa, todo se oculta, todo se esconde.
SAINT-JEAN PIED-DE-PORT – RONCESVALLES 
(por Lepoeder)  22.12.06


La estación hibernal, con su aire fresco, avivará nuestra mente y nos sentiremos más lúcidos para reconocer e interpretar estos estados anímicos. La alegría y la tristeza, la melancolía y la euforia, la nostalgia y la esperanza, se entremezclarán en remolinos inconexos que propiciarán, en una sensación final,  ser más conocedores de nosotros mismos; descubriendo o, al menos, intuyendo, estados que creíamos ignorar por completo o que atisbábamos en medio de preguntas sin respuesta.
En definitiva, saldremos de esta fase intermedia del Camino, más convencidos de que el viaje, posiblemente, suponga algo más de lo que habríamos creído en el comienzo; y ello, sin duda, será en el invierno, por sus peculiaridades intrínsecas, cuando lo apreciemos con mayor intensidad en todos sus aspectos.

Progresivamente, más o menos a partir de Astorga, comienza otra vez a cambiar el entorno. Al principio de manera sutil para, al llegar a la altura de Rabanal del Camino, comenzar a transformarse más decididamente ascendiendo y superando la zona más alta de todo el trayecto: la Cruz de Hierro (entre Foncebadón y Manjarín) Luego, tras atravesar en última instancia la ubérrima hoya de El Bierzo, nos adentraremos en el último tramo de nuestro singular viaje: Galicia.
A partir de aquí, la exuberancia vuelve a hacerse presente en todo el recorrido. Nuevamente volvemos a disfrutar ante las albas montañas o el verde intenso de sus colinas, ante la frondosidad de sus bosques de eucaliptos, castaños, robles, hayas y pinos; ante la profusión de los helechos, con su singular coloración, y de las hiedras, protegiendo del frío invernal los desnudos troncos; ante la rumorosidad de sus ríos y manantiales... Tierra de “corredoiras” que, en un dédalo de caminos, nos sumergirá en un mundo casi onírico y fuertemente singular.


Las estribaciones de los Montes Aquilianos, con sus cumbres a unos dos mil metros de altitud, dejan paso, al poco, a las montañas galaicas. Los desnudos viñedos parecen poblados por extraños seres convulsos. Hasta Villafranca nos queda un cómodo andar para, a partir de dicho punto, comenzar la subida a los montes gallegos. Ya, desde estas tierras, se divisa en lontananza la zona del Cebreiro. No podremos evitar una cierta emoción. 
VALTUILLA DE ARRIBA – VILLAFRANCA DEL BIERZO 21.02.06
 

En definitiva, los paisajes del camino Francés presentan tres grandes fases en su devenir: la primera es “exterior”, con profusión de elementos lúdicos; la segunda es eminentemente “interior”, con un ascetismo patente y la tercera conlleva una nueva “exteriorización” de nuestras valoraciones.
Toda esta profusión paisajística se imbrica formando un conjunto absolutamente sólido y coherente. Saltarse alguna de las etapas es desvirtuar el Camino en su conjunto y, desde luego, en invierno estos aspectos comentados se potencian en grado sumo magnificando su significación y resultados; estableciéndose, así, una indeleble corriente unívoca cuya impronta permanecerá en nosotros de forma imperecedera. 



Interesantísimo vídeo que recorre la ruta jacobea desde Roncesvalles hasta Santiago de Compostela y, posteriormente, continúa hasta Muxía siguiendo la misma traza del autor, si bien en este caso termina en la propia ciudad de la Virgen de la Barca sin continuar hasta la ciudad de Fisterra (Finisterre).
Como podrán ver, aparece nieve en los Pirineos y primera parte de Navarra, con algo en la cruz de Ferro y en la zona del Alto do Poio. Podemos pues constatar cómo el camino en la estación de los blancos copos es perfectamente realizable.
¡Que disfruten del vídeo! 



GALERÍA DE IMÁGENES




Como si de un enorme glaciar se tratara, el aspecto níveo de un simple campo en barbecho adquiere connotaciones singulares. La belleza sin par de las llanuras esteparias es patente en todas sus manifestaciones. Podremos sentir, con toda su fuerza, un algo indefinible que nos envuelve. Estamos en tierras del Canal de Castilla; estamos en tierras de San Telmo que, en plena meseta castellana, es el patrono de los navegantes... Curioso.
BOADILLA DEL CAMINO – FRÓMISTA 25.01.07


Al atravesar los Montes de León, el denominado por los peregrinos “Collado de las Antenas” marca la máxima altitud de todo el Camino Francés (1.510 metros). Aunque suele nevar, no presenta los problemas que podemos encontrar en las otras dos grandes zonas montañosas: los Pirineos y El Cebreiro. Es interesante conocer que los Reyes Católicos dictaron una exención de impuestos a El Acebo a cambio de colocar 400 pares de estacas para guiar por estos parajes a los peregrinos (¡curioso!).
FONCEBADÓN – EL ACEBO 12.02.07
 
Las nieblas suelen ser frecuentes en esta época del año. Sobre todo por las mañanas, antes de que el sol, en titánico esfuerzo, consiga apartar las brumas, densos girones de algodonosos claroscuros se alternarán escondiéndose entre las colinas que nos rodean. Veremos el mojón de Pausasac colocado nada menos que en 1395... 
SAUVATERRE-DE-BEARN – SAINT-PALAIS  28.01.11
 

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1 comentarios:

HOLA SOY E PANAMA, Y ME ALEGRE TANTO QUE MIS OJOS ATREVES DE ESTA PAGINA , PUDIERAN HABER APRESIADOA TANTA,....MAGIA Y NOBLEZA DE LA MANO DE DIOS.....LA NATURALEZA.....QUE POCO A POCO SE VA DESVANESIENDO POR LAS MANOS DEL HOMBRE.....LUGARES QUE A MIS 43 AÑOS ...PENCE QUE ESTUVIERAN EN UN LUGAR REMOTO DEL MUNDO....GRACIAS POR TANTA BELLEZA......SIGAN CAMINANDO.....SALUDOS DE SAYLA !!!

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